La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado un estudio que desaconseja el consumo de edulcorantes artificiales, sustitutos del azúcar que se utilizan para endulzar alimentos y bebidas, debido a sus posibles efectos adversos en la salud a largo plazo.
Según la OMS, los edulcorantes no ayudan a bajar de peso y podrían aumentar el riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y síndrome metabólico. Además, podrían alterar la composición y el funcionamiento de la microbiota intestinal, el conjunto de bacterias que habitan en el intestino y que desempeñan un papel clave en la digestión, la inmunidad y el metabolismo.
La revisión se basa en estudios experimentales y ensayos clínicos que han analizado el impacto de los edulcorantes en la microbiota y la respuesta glucémica. Algunos de estos estudios han encontrado que el consumo de sacarina o sucralosa, dos de los edulcorantes más comunes, provoca cambios significativos en el intestino, favoreciendo el crecimiento de bacterias asociadas a la obesidad y la inflamación. Estos cambios podrían afectar a la forma en que el organismo procesa los niveles de glucosa en sangre.
La OMS recomienda reducir el consumo de azúcares libres, especialmente como sacarosa y jarabes de fructosa y glucosa, y optar por fuentes naturales de dulzor, como las frutas o la miel. Asimismo, insta a los consumidores a leer las etiquetas de los productos y a evitar aquellos que contengan edulcorantes artificiales.