En ciertos puntos a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, multitudes de migrantes que agarraban bolsas con pertenencias o sostenían a niños de la mano, aguardaban el viernes para solicitar asilo luego de que entraron en vigor nuevas normas estadounidenses para regular la inmigración.
Una restricción al asilo conocido como Título 42 que estuvo en vigor durante 3 años llegó a su fin, y fue reemplazada por esas nuevas normas impuestas por el gobierno del presidente Joe Biden.
Muchos migrantes de ambos lados de la frontera llevaban días esperando. En San Diego, una mujer que sostenía un bebé le mostró un brazalete a un guardia fronterizo para decir que estaba entre los que habían esperado más tiempo.
Otras personas se asomaban a través de uno de dos muros fronterizos entre los que se encontraban. Un grupo de hombres se acurrucaba bajo frazadas térmicas que les fueron entregadas de emergencia. Y algunos niños se entretenían durante las largas horas pateando una botella de agua vacía en un partido de fútbol improvisado.
Agentes fronterizos supervisaban las largas filas de migrantes, y vigilaban a multitudes que aguardaban a ser procesadas por las autoridades de inmigración. En El Paso, Texas, los migrantes colocados en fila aguardaban entre la tierra afuera de una puerta en el muro fronterizo.
En Brownsville, Texas, voluntarios llegaron a un punto en la frontera y entregaron pizzas a los que estaban detenidos allí.
Afuera de la ciudad, miembros de la Guardia Nacional de Texas permanecieron junto a rollos de alambre de púas para vigilar en caso de que hubiera cruces ilegales.
Y en la ciudad fronteriza de Matamoros, México, ubicada al otro lado del río Bravo (Rio Grande en Estados Unidos) frente a Brownsville, Texas, familias de migrantes seguían llegando con la esperanza de ingresar a Estados Unidos. Un pequeño grupo que había recibido la aprobación de un organismo de beneficencia fue escoltado por agentes de inmigración mexicanos a través de un puente en dirección a territorio estadounidense.