El presidente Joe Biden pronosticó el martes que la frontera entre Estados Unidos y México será “caótica durante algún tiempo” una vez que se levanten las restricciones relacionadas con la pandemia, mientras empezaban a llegar unos 550 soldados en servicio activo a la región y los migrantes contemplaban la posibilidad de cruzar o no hacia Estados Unidos.
Las restricciones han estado en vigor desde 2020 y han permitido a las autoridades federales expulsar rápidamente a los migrantes en la frontera. Llegarán a su fin esta semana y Estados Unidos está implementando una serie de nuevas medidas que reducirán el número de cruces ilegales al tiempo que ofrecen a los migrantes una vía legal hacia Estados Unidos si se registran mediante una app del gobierno, tienen un patrocinador y pasan las revisiones de antecedentes.
Biden dijo que su gobierno estaba trabajando para realizar los cambios de forma ordenada. “Pero está por verse”, dijo ante reporteros. “Será caótico durante algún tiempo”.
Biden y el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador hablaron por teléfono durante casi una hora el martes para tocar el tema de la frontera. Debido a que México comparte una frontera de aproximadamente 3.140 kilómetros (1.951 millas) con Estados Unidos, es una pieza clave para el éxito de cualquier plan que Estados Unidos tenga para controlar la inmigración en su frontera sur.
Los migrantes ya comenzaron a llegar. Unas 100 personas —la mayoría procedentes de Colombia— cruzaron la frontera antes del amanecer del martes y caminaron casi dos horas a través de remotas montañas al este de San Diego hasta llegar a una meseta arenosa donde los vigilaban agentes de la Patrulla Fronteriza.
Andrés Barra, de 39 años, salió de Colombia el viernes, voló a Tijuana, México, y pagó a un contrabandista 300 dólares para que le guiara hasta la cima de una montaña cercana a los agentes, ante quienes se entregaron. Huyó de Colombia porque los frecuentes robos y extorsiones le dificultaban la vida.
Dijo que quería entrar en Estados Unidos mientras las restricciones seguían en vigor, porque había oído que sería más difícil después del jueves.
“Ya no será tan fácil”, comentó.
Agentes de la Patrulla Fronteriza del relativamente tranquilo sector El Centro, en California, detuvieron a unos 260 migrantes al día en un periodo de cuatro o cinco días que terminó el domingo, comparados con las 90 detenciones diarias que realizaron la semana anterior, de acuerdo con Gregory Bovino, el jefe del sector. El lunes los agentes encontraron a migrantes de 22 países.
De momento no está claro qué está impulsando el aumento, aparte de la expectativa de que las restricciones implementadas por la pandemia están a punto ser retiradas, señaló Bovino.
“Registramos estos aumentos siempre que hay un acontecimiento o una noticia importante”, comentó. “No tenemos una bola de cristal, así que no puedo afirmar que vaya a haber un incremento masivo el viernes”.
En la ciudad fronteriza de Reynosa, México, limítrofe con McAllen, Texas, grupos entregaban panfletos que explicaban en inglés y creolé haitiano cómo registrarse en la app CBP One que Estados Unidos ha estado utilizando para permitir que los migrantes programen una cita para intentar ingresar a territorio estadounidense.
En la plaza central de Reynosa, el haitiano Phanord Renel señaló el domingo que no se arriesgará a ser deportado. “No queremos volver (a Haití), porque allá la situación es muy complicada”, comentó. “Si no podemos cruzar, tendremos que aguantar aquí, quizá el gobierno haga algo por nosotros, pero cruzar ilegalmente… no”.
Las leyes estadounidenses e internacionales otorgan a los migrantes el derecho a solicitar asilo. Pero Estados Unidos ha utilizado el Título 42 de una ley de salud pública para realizar 2,8 millones de expulsiones de migrantes sin darles la posibilidad de pedir asilo desde marzo de 2020 con el argumento de evitar la propagación del COVID-19.
El gobierno de Biden ha dicho que está preparado para lidiar con lo que sea que ocurra luego de que se retiren las restricciones del Título 42, aunque también ha criticado en repetidas ocasiones al Congreso por no hacer cambios al sistema de inmigración del país.
“Creemos que tenemos un proceso robusto para lidiar con lo que va a pasar luego de que se retire el Título 42. Nuevamente, estamos utilizando las herramientas que tenemos disponibles debido a que el Congreso se niega a hacer su trabajo en lo que se refiere a la frontera”, señaló la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, el martes.
El movimiento de soldados forma parte de las labores para aumentar la seguridad a lo largo de la frontera sur, pero los elementos tendrán como actividad principal ayudar a vigilar la frontera, capturar datos y brindar apoyo, y “no están allí en modo alguno para interactuar con los migrantes”, afirmó el general de brigada Pat Ryder, secretario de Prensa del Pentágono. El objetivo es liberar al personal de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus iniciales en inglés) para que se dedique a actividades policiales.
Al menos algunos de los soldados serán desplegados cerca de El Paso, Texas, dijo Ryder, aunque agregó que la CBP decidirá a dónde irán los efectivos. Más de 900 soldados, infantes de Marina y miembros de la fuerza aérea llegarán a la frontera sur de Estados Unidos a finales de mes.
Aproximadamente 2.500 miembros de la Guardia Nacional ya han sido desplegados en todos los sectores de la frontera, brindando una serie de servicios de apoyo a la CBP, como vigilancia, detección y transporte aéreo. Por otra parte, miembros de la Guardia Nacional de Texas también están trabajando en la frontera bajo la autoridad del estado.
Incluso aunque las restricciones al asilo implementadas por la pandemia de COVID-19 aún están en vigor, el gobierno estadounidense ha visto cifras récord de personas que cruzan la frontera. El plan del gobierno federal es tomar medidas enérgicas contra los que cruzan ilegalmente y crear nuevas vías para ofrecer alternativas a un viaje peligroso y a menudo mortal.
Algunos migrantes han sido incitados por información falsa que difunden los contrabandistas o por rumores generalizados de lo que significarán los cambios para sus posibilidades de poder permanecer en Estados Unidos.
“Es un sistema legal bastante complicado, y cada vez se vuelve más difícil comunicar las realidades de nuestros clientes”, dijo Daniel Berlin, del International Rescue Committee. “Si bien nosotros intentamos comunicar la información más precisa y actualizada que tenemos, contrabandistas, traficantes y otros comunican información falsa”.
También ha habido repercusiones lejos de la frontera sur. La alcaldesa de Chicago, Lori Lightfoot emitió una declaratoria de emergencia en respuesta a un incremento de 10 veces en el número de solicitantes de asilo que llegan a la ciudad requiriendo de albergue temporal y demás asistencia.
Funcionarios de Chicago han advertido durante varias semanas que los albergues no tienen capacidad para la gran cantidad de migrantes que han llegado a diario desde finales de abril. Los migrantes se han estado albergando dentro de estaciones de policía o aeropuertos porque los refugios de la ciudad están llenos.