No sorprendieron, las misivas del Obispo de San Cristóbal, monseñor Mario Moronta a Nicolas Maduro y a la Fuerza Armada Nacional, el pasado febrero 17 de 2019 y divulgadas una vez más este 1° de mayo de 2023. No importa cuando haya sido, sino de su vigencia Se trató de una reiterada interpretación de la realidad tachirense que no es extraña a la nacional a cuatro años de escribirse y no tener respuesta, acerca de la innegable crisis humanitaria de Venezuela reconocida por el mundo, que el régimen se aferra a desconocer por una sola razón, que su pleito no es ideológico sino delictivo. La protección de miles de afectos, convictos y confesos en ilícitos económicos de todo tipo, como el puesto al descubierto en PDVSA, con el agravante de ignorarse, el paradero del principal sospechoso de la trama, quien fuera ministro de petróleo. ¿Cómo ocultar lo que es voz populi?:
«“Sé que le disgusta a Usted y sus seguidores que se le hable de “crisis o emergencia humanitaria” — precisó el Obispo — Pero ¿cómo caracterizar la situación que golpea a la inmensa mayoría de nuestros hermanos? No se puede negar el deterioro de la calidad de vida de los venezolanos”.»
La denuncia del sacerdote católico en aquella ocasión fue, al fondo del asunto: «sería bueno que el SEBIN, en vez de andar persiguiendo a quienes piensan diferente al Gobierno, se dedicaran a hacer labores de auténtica inteligencia: así podrían descubrir la presencia de grupos irregulares en el país, particularmente en nuestra región tachirense; de seguro descubrirían los “negociados” de muchos dirigentes y autoridades, así como de civiles, en torno a lo que es el contrabando de gasolina y otros insumos necesarios; además, si trabajaran como debe ser, podrían conseguir a los responsables y miembros de las mafias que trafican con personas y llevan a muchos jóvenes y adolescentes venezolanos a la prostitución en otros países, como si se tratara de una mercancía apetitosa»
A cuatros años de la denuncia, ¿Qué ocurrió, qué ha ocurrido? Moronta, no se estaba refiriéndose a la tragedia haitiana, en manos de banda de delincuentes, sino a la Venezuela fronteriza con la Colombia de Petro y su fracasado “Plan de Paz”, con su guerrilla narcotraficante y su cortina de humo de promover diálogos entre los venezolanos, con una cuestionable representación ¿A quién engañan? La verdad de Petro es que, la migración Venezuela es una carga para su gobierno, porque no tiene como atenderla, pero esas realidades no la siente la oposición venezolana, pero si la colombiana
¿Por qué monseñor Moronta y no, alguna candidatura opositora? se pronunció al momento y hoy, cuando todo se ha multiplicado, el silencio es la orden de día. Sencillamente, porque no tiene familiares enchufados en el régimen, no puede ser chantajeado a cambio, de no activarse denuncias por corrupción, para lo cual, allí está la “Ley de Extinción de Dominio” y “calladitos se ven mejor” ¡Primarias, primarias, primarias! y candidaturas a los carajazos, cuando el ciudadano común lo que quiere, aspira, es un discurso – por muy duro que pueda ser – responda ¿al qué hacer para motivar a los venezolano a una candidatura única, inderrotable? ¡Ah!, pero se necesita ser Mario Moronta o Luis Ugalde, para proclamar que, sin cambio de gobierno, es imposible una política económica de concentración nacional y el apoyo institucional de la Fuerza Armada a quien pidiera: que “nunca levanten ni la voz ni las armas en contra de sus hermanos”
Hasta tanto, confieso mi escepticismo por el futuro de Venezuela y ojalá que esté equivocado.
Jorge Ramos Guerra