#OPINIÓN El coronel corrupto, sin pronósticos decentes, sin códigos morales #3May

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«Si fuese posible crear un robot capaz de ser funcionario público, creo que haríamos un gran bien, ya que las Leyes de la Robótica le impedirían dañar a un ser humano, lo incapacitarían para la tiranía, la corrupción, la estupidez, el prejuicio».

Isaac Asimov

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En una institución que de un lustro para acá se ha venido a menos, en una caracterización  del debilitamiento de la honestidad, que desde la presencia del coronel psicópata,  desgraciadamente se ha metamorfoseado con un empoderamiento de la corrupción y en una genuflexión de los talentos al delito. Enumeraré algunos delitos de corrupción administrativa del coronel psicópata, seguramente no todos, dejando para otras epístolas aquellos de distinta naturaleza a los que expondré, sin perjuicio de describirlos aquí de soslayo.  Comencemos:

Los signos exteriores de riqueza nos revelan que el coronel psicópata ha incrementado su patrimonio de manera desproporcionada e injustificable en relación a sus ingresos, en consecuencia ha incurrido en enriquecimiento ilícito. Todos los espectadores, trabajadores de la institución, se muestran estupefactos ante esta desfachatez reflejada en el incremento patrimonial del coronel psicópata por medio de ingresos ilegales, delictuales. Se sabe de sus cuentas en dólares en dos bancos norteamericanos, de una mansión de tres plantas que se construyó  en los Altos, de una mansión que tiene en el corazón del imperio, de varios vehículos que ahora ostenta, de las casas que se ha comprado en distintos municipios foráneos, de las empresas engañosas que ha montado y de otras de maletín quebradas que constituyó con la pretensión de que le sirvan de escudo o soporte al momento de tener que demostrar el origen de su sospechosa fortuna y en la que figura con viejos socios, que son viejos de edad, que les sirven de testaferros. Con esta empresa él y sus socios depredan de la institución y hacen otras cuantas actividades nada santas en las que sale ganancioso el coronel psicópata y a la cual le hizo un aumento extraordinario y significativo de capital, con dineros producto de la corrupción en la institución que regenta. Al registro subalterno hemos de remitirnos.

No tiene cómo justificar el doctor fraude de donde obtuvo o sacó el dinero para reflotar su empresa quebrada si ella no se autofinancia. Con estas empresas de fachada, está prevenido este militar retirado, para acreditar engañosamente el caudal de corrupción con el que ha llenado sus arcas personales. Pero de igual modo los números son escandalosos y las cuentas reflejan que hay flujos de dinero negro, de dinero no declarado, que tiene fuentes delictuales de ingresos que no puede justificar. Que se le hace cuesta arriba probar que no son de fuentes ilícitas y de corrupción. Las naranjas no le dan para todo ese grosero incremento patrimonial el cual ostenta el muy cara dura. Ni tampoco el abigeato, las reses destinadas a la comida de la institución que se ha robado. Esos negocios sucios no le han dado exclusivamente para tantos bienes de los que se llevan registros y de los que se tienen los registros y de los que se sabe su ubicación. Los que ha ocultado pero que se sabe cuáles y cuántos son.

Lo que el coronel psicópata refleja en su contabilidad personal o sus cuentas financieras por concepto de ingresos legales como salario y según sus declaraciones al impuesto sobre la renta o en su declaración jurada de patrimonio, no se corresponden con las exorbitantes fortunas que ha acumulado desde que tomó las riendas de la institución. Llegó a la corporación con un patrimonio de entrada, que reflejaba lo que había acumulado en corrupción en cargos anteriores, pero ahora actualmente el patrimonio que ostenta, del que es corrupto titular, es extremosamente irreverente, delictual, como si estuviera implicado en la trama de corrupción de PDVSA. Por lo que su balance personal es información falsa cuando le conviene y cuando no, entonces presenta balances acomodaticios. Porque cuando quiere hacer alarde de que tiene “plata” entonces se precipita a mostrar engreído que es adinerado. Como en ese restaurante donde se muestra especialmente dadivoso y donde le fingen respeto y cortesía, porque es un botaratas a costa de las extorsiones que hace en la institución. En tanto que para el fisco y las contralorías, miente todo el tiempo y se hace el huevón. Pero con Isabel se luce gastando a manos llenas. Entre psicópatas se apañan.

Es obligatorio mencionar que el coronel psicópata se ha burlado del principio sobre la fidelidad de la declaración jurada de patrimonio. Artículo 27. De la ley contra la corrupción. “La Declaración Jurada de Patrimonio debe ser una expresión fiel y exacta de la verdad de los datos correspondientes a la situación patrimonial de la servidora pública o servidor público que tenga el deber de elaborarla y presentarla”. De modo que como anillo al asunto, otro instrumento jurídico que coadyuvará a detectar y confiscar los bienes que en corrupción ha adquirido el coronel psicópata, ha entrado en vigencia  y se trata de la ley Orgánica de Extinción de Dominio. Huelgan las palabras. Que localicen todos los bienes del Licántropo y de su barragana, aquellos de los cuales no tengan cómo demostrar su procedencia lícita. 

El peculado es aberrante en la institución, por cuanto el coronel psicópata se ha apropiado, o simulado extravíos o ha usado y usa para beneficio propio, de sus amigos, de sus socios y de sus monos voladores, bienes del patrimonio público. Enésimos recursos se han extraviado de la institución que el coronel psicópata jefatura, con la complicidad y co-autoría de su mayordomo Chuchín quien es su mano siniestra o su mono siniestro. Han vendido vehículos y partes de vehículos de la flota empresarial, maquinarias, computadoras y partes de computadoras, teléfonos, escáneres, enrutadores de wifi, artículos y productos de limpieza y material de oficina, uniformes que venden a otras empresas para que los revendan a los usuarios. El coronel psicópata se ha apropiado de la comida y de las reses destinadas al comedor para los clientes internos y los clientes externos. En cuanto a la comida y a la carne que se roba este espectro delictual merece punto especial por cuanto deja sin comer a los más necesitados y se configura un delito y la violación  de los derechos humanos. La comida y la carne se la reparten entre el coronel, Chuchín e Isabel y esta última aprovisiona su minimarket con estos productos que se roban de la institución. Es vergonzante, tal como lo denuncian sus vecinos, ver que la comida que Isabel vende en su “tiendita”, es la comida que llega a su casa en los camiones que desvían pero que deberían descargar en la institución.

La malversación genérica está a la orden del día, ya que el coronel psicópata, usa el dinero público, las partidas asignadas a la institución, en coautoría con Chuchín quien por su cualidad de mayordomo están ambos encargados de administrar, dándoles uso y destino distinto para fines que no estaban presupuestados, y contratan siempre, todo el tiempo a los socios del coronel psicópata en esa empresa en la que él y sus compinches se han garantizado los dineros que otra empresa con toda certeza cobraría menos y daría mejor servicio, más eficiente y con mayores avales, pero en ningún modo se ha respetado lo dispuesto en la Ley de Contrataciones Públicas y es la empresa del doctor fraude la que recibe todo el tiempo las adjudicaciones directas en violación a la Ley Orgánica de Contrataciones Públicas.  

Pero en todo caso, esa empresa que es de su propiedad a la que el coronel psicópata contrata siempre, no tiene los recursos para responder de las obras y de los servicios que debe entregar a la institución. Lo más cumbre, depravado y aberrante es que la empresa del coronel psicópata se vale  y usa  los recursos , el personal, los materiales, las maquinarias, los implementos e insumos que hay en la institución para dar esos servicios o ejecutar esas obras por las cuales se le contrata. Dicho de otro modo es una empresa insolvente, sin capacidad económica ni financiera, que no coloca nada realmente, no pone los insumos, ni materiales ni las maquinarias, ni el personal con las que supuestamente presta el servicio, no trabaja con recursos propios porque no los tiene y entonces por complicidad con el coronel psicópata y Chuchín son los servicios generales de la institución los que colocan todo lo descrito, incluso los obreros de la intuición hacen lo que la empresa debería hacer con sus supuestos propios obreros, usando y gastando lo que a la institución le pertenece y esta empresa pasa a cobro luego las facturas como si ella los hubiese colocado y es falso, totalmente, una mentira podrida. Los implementos, productos, maquinarias, artefactos y el  personal con los cuales esta empresa de maletín propiedad del coronel psicópata hace el trabajo para la institución son de la institución, pertenecen a la institución  y entonces la empresa de maletín contratada en componenda con el doctor fraude  y Chuchín cobra como suyo lo que no es suyo.

Y se roban de esta manera los recursos institucionales por partida doble, porque se le paga el contrato por la ejecución del servicio o de la obra que hace y además se le pagan los materiales, recursos e insumos que son de la institución, que nunca han sido de esta empresa de maletín, que es del coronel psicópata, mediante testaferros;  configurándose otro concurso de delitos. Nótese como lo único que hace la empresa de maletín propiedad del coronel psicópata es firmar el contrato, porque la propia institución se hace la obra y se provee del servicio con sus propios recursos y su propio personal, y así se le echa mentol a las contralorías y la empresa propiedad personal del palafrenero de la institución, aliviadamente solo se encarga de cobrar porque no coloca ni recursos ni personal. Qué manera tan depravada de robarse los dineros de una institución por parte de un delincuente psicópata experimentado. En estas trapisondas está comprometido hasta los tuétanos, un personaje cuyo arrastramiento por el coronel psicópata no puede ser más patético, y sus acciones no huelen precisamente a rosas, sino a mierda y se trata de Rosario el operador, un huele peos del doctor fraude que por sus incursiones y protagonismo como coautor en los delitos perpetrados dentro de la institución, será objeto de otra epístola.

El delito se configura porque el coronel psicópata contrata a su propia empresa de maletín. Coloco aquí un ejemplo sencillo para graficar el delito y facilitar su comprensión. Cuando hay que darle servicio a los aparatos de aire acondicionado de la institución, que son entre otros acondicionadores industriales de aire, el coronel psicópata decide contratar a su empresa, la que solo coloca la firma sobre el papel, sobre el contrato,  porque todos los insumos, materiales, personal pertenecen a la institución cuyo jefe máximo es este militar delincuente el doctor fraude. De modo que la propia institución está en capacidad de darse ese servicio, pero es la empresa de maletín del coronel psicópata la que se enriquece a través de la  malversación genérica de este militar y de su mayordomo Chuchín. Esta empresa de maletín es un invitado corrupto para apropiarse “fácilmente de los dineros del estado”, de los dineros públicos. 

Al atenernos a las tipologías, advertimos cómo el coronel psicópata incurre en  corrupción impropia “Que paguen por lo que es gratuito, dice el coronel psicópata.”. Harto sabido es que el coronel psicópata exige a los clientes externos y recibe de ellos dinero y bienes por los trámites que son gratuitos, pero él y su equipo de monos voladores se las ingenian para cobrar, sacándole provecho ilícito a los de trámites gratuitos que se requieren hacer en esta institución pública. Incluso inventan trámites innecesarios.

El coronel psicópata haciendo uso de sus elaboradas mañas, de sus resabios y malas costumbres; tiene montadas alcabalas de todo tipo, incluso  psicológicas – que serán objeto de otra epístola -, para a través de una falsa seriedad y  embaucadora estampa , por el uso delictivo de su jerarquía y por sus artes deshonestas, les crea a los usuarios la necesidad y la urgencia de pagarle en dólares por los trámites gratuitos, para que se eviten las consecuencias adversas de las que él les advierte  sino se avienen a sus repugnantes habilidades por las que exige dinero o bienes. Lo que este militar delincuente les reclama haciéndose el huevón y en aparente bajo perfil, pero con un caradurísmo extremo, a los usuarios o clientes externos  a través de sus correveidiles y de sus monos jalabolas; son dosificadas ganancias ilícitas que se incrementan caprichosamente a voluntad del coronel psicópata, a medida que se le acrecienta la confianza en la impunidad del delito que comete y en proporción al miedo que siembra en los usuarios.  Es toda una red y maquinarias montadas con muchos elementos, artificios y cómplices  que le garantizan al coronel psicópata el negocio de  la corrupción impropia y de la extorsión.   

Pero además el coronel psicópata también incurre en Corrupción propia, cuando retarda maliciosamente los procedimientos, o dolosamente los hace mal con delictivas intenciones, calculadamente para  luego pedir dinero o bienes para hacerlo rápido y bien, o dejarlos sin efecto; también cobra dólares o bienes por dar o entregar reconocimientos indebida o inmerecidamente; como también cobra en dólares o bienes para favorecer o no dañar a alguien en los procedimientos administrativos, que los usuarios lo sufren en carne propia , todo el tiempo , cada día. Y como los que facilitan estos actos y los que pagan por ellos también incurren en este delito, hay en la institución una profusión renovada por periodos  en la que los monos voladores o cómplices del coronel psicópata, además de hacer incurrir en delitos a los usuarios, la avalancha y concurso de delitos se materializan todos los días, todo el tiempo por parte de su anillo de corrupción y de sus tenientes alcahuetas, el tren de jalabolas, que ponen en riesgo sus reputaciones y su libertades personales para complacer al coronel psicópata y facilitarle la comisión de los delitos.  

Es práctica habitual del coronel psicópata, ofrecer y entregar dinero y bienes a su superior inmediato y a otros generales y funcionarios para que decidan de manera injusta para favorecerse. Es que este adefesio de coronel, no solo ofrece dinero y bienes, el caso es que se los reciben. Lo que la evidencia empírica nos muestra es que el coronel psicópata se ha mantenido atornillado en el cargo, con la ayuda y complicidad de sus jefes porque estos reciben semanal o quincenalmente sus coimas de manos de este su subordinado, porque evidentemente los generales le dan al coronel psicópata besos negros. Por otra parte es inocultable que su superior es el titiritero mayor, el que gerencia todas las estructuras corruptas de todas las franquicias de la institución.

No obstante las denuncias y las pruebas que se le entregan y hacen saber a su superior jerárquico, este las engaveta y se hace el distraído, como si nada supiera de los delitos cometidos por el coronel psicópata. Pero este doctor fraude hasta ahora ha ofrecido y ha pagado a su superior para que lo mantenga en el cargo de libre nombramiento y remoción que parasita y en consecuencia haga caso omiso de las denuncias y de las evidencias en su contra. Es uno de los modos de operar del coronel psicópata, ofrecer y entregar dinero (sobornando) para burlarse de las leyes y de la institución, blindándose en el cargo en contra de cualquier pronóstico decente, porque está alcahueteado por quien se deja sobornar que es su general, que ahora es cinco para las doce, pero antes lo fue Alfonso Capone el hijo de inmigrantes italianos. Lo más denigrante es que por antigüedad los generales le dan besos negros y se dejan lubricar por el coronel psicópata.

Mediante el uso indebido de la información este militar corrupto, apertrecha sus negocios de corrupción. Esta es la primordial manera del coronel psicópata de apoderarse o hacerse de inmensas sumas de dinero negro, usando información estratégica o confidencial para planificar y ejecutar los delitos a que se contraen la venta ilegal de documentos por los que los interesados  deben llenar requisitos de impretermitible  cumplimento “Intuitu Personae” , pero que el coronel  psicópata libera de esas obligaciones fraudulentamente a los compradores o sus clientes corruptos en el mercado negro y vende esos títulos valores en razón del conocimiento estratégico de los procedimientos y normas de la institución e información delicada que él maneja en ocasión de su cargo y jerarquía.

En lo que constituye un abuso genérico de funciones, el coronel psicópata usa el poder que le da el cargo público que ocupa para causar daños a otros. Este miserable desgraciado, se aprovecha de que ostenta un cargo público de jerarquía social, para por ejemplo mal poner y desprestigiar a otras personas, para anularlas, para evitar v.gr., que logren cuajar sus trámites en otras oficinas como registros públicos, instruyendo a otros estúpidos sugestionables, que entorpezcan las gestiones de determinado funcionario a quien él envidia o que en su narcisismo cree ser envidiado y enfila con bajeza y sobre seguro la ejecución de daños en contra de inocentes y desprevenidos ciudadanos. Programa y da órdenes a otros subordinados de la propia institución para que apliquen ignominia y otras bajezas, crueldades y malos tratos, como actos  deshumanos sobre los funcionarios a quienes él ha decidido abusar. El coronel narcisista es una rata ruin a la cabeza de un organismo al que ha desprestigiado y ejercido dictadura psicopática, mientras lo chupa cual parásito  o lo succiona como una gigantesca garrampa.  

De por sí, dada su naturaleza psicopática, le es connatural a este coronel el tráfico de influencias, por lo que no se le divisa el honor por ningún perfil. Este mañoso y camaleónico militar fraudulento, aprovechándose de la investidura que ostenta por mera carambola y fatídica hora para la institución,  porque se trata de un experimentado psicópata; es artífice siniestro de valerse de las personas que ostentan cargos públicos, o sea de su camarilla o amiguetes, incluso gobernadores y alcaldes u otros personajes ingenuos que por cortesía al creerlo un hombre probo o coludidos o en componendas, ceden a sus solicitudes, por lo que obtiene de ellos resoluciones injustas para auto lucrarse en su condición de influenciador y logra también lucrar a terceros.

Este es un delito que requiere ser escrito con mayor extensión, dada la bestialidad perniciosa con la que este coronel y aventajado criminal de bajo perfil configura “el tráfico de influencias”, el que esencialmente es para mantenerse impune él y sus monos cómplices voladores y la incolumidad de toda la estructura criminal que tiene montada en la institución, donde la joya de la corona es la expedición y venta de títulos valores como pergaminos legítimos que están tan bien “larvados” que la propia institución los avala como emitidos por ella misma. Y salen de la misma institución con sellos y firmas legítimas pero paradójicamente son ilegítimos, son ilegales, porque son un fraude, son la manera más verosímil de certificar lo que es una estafa. Ha logrado el coronel psicópata y su jefe «el general cinco para las doce”, que la propia institución se auto golee.

En un desempeño sin honor, el coronel psicópata está acostumbrado, no solo jefaturando esta institución sino también las que le precedieron, por cuya perversión obtiene ganancias que no le corresponden, valiéndose del cargo que circunstancialmente ejerce. Es y ha sido la forma y manera, el modus operandi, de cómo el coronel psicópata se ha prevalido de su cargo y posición dentro de la institución, para obtener ilícitamente ingentes cantidades de dólares, vehículos, casas y otros bienes, enriqueciéndose corruptamente junto a su barragana la etílica Isabel, Chuchín y otros desvergonzados monos voladores. Vendiendo ilegal e ilícitamente los títulos valores que expide la institución especialmente, solamente, exclusivamente, “solo y solo si” para quienes llenen los requisitos impretermitibles que son intuitu personae, pero que el doctor fraude libera deshonestamente de cumplirlos a sus adquirientes en el mercado negro, y se salta las bardas legales, rompe las barreras morales y los negocia gananciosamente con quienes le pagan altas cantidades en divisas, singularmente para que los exhiban y los tengan como documentos legítimos nacional e internacionalmente.  

Desde que el coronel psicópata junto al rey hizo partner y encontró las rendijas de cómo burlar el sistema de la institución para la expedición de esos preciados documentos o títulos valores, los negocia y los vende en el mercado negro a un grupo oferente ávido de blandirlos como legítimos pero que constituyen la forma más verosímil de certificar lo que es falso. Paradojalmente es que salen o son emitidos como legítimos de la propia institución, sin ser realmente legítimos. Desde entonces el coronel corrompió el sistema, y ha liderado un submundo de corrupción y criminalidad en la que están implicados muchos funcionarios que cualquiera cree decentes, porque fingen decencia pero son pudrición. 

El coronel psicópata y Chuchín, falsean los balances económicos de la institución, produciendo balances fraudulentos, falsos o incompletos para no reflejar ingresos y desviar ese dinero en beneficio propio o de otros. Esto es pan comido para el coronel psicópata y su mayordomo Chuchín. Lo hacen todo el tiempo, pero gente seria y decente le han metido la lupa a estos balances, los han auditado sin ellos enterarse oficialmente, pues son las investigaciones tendentes a desenmascárarlos cuando ya no tengan esos padrinos que les rinden pleitesía a la corrupción y que  le dan besos negros al  coronel y a su combo de  monos delincuentes.

Definitivamente los documentos o pergaminos en forma de títulos valores con los cuales la institución se auto golea por la acción criminal del coronel psicópata tienen como soporte la distorsión o alteración de cifras y de datos que incorporan al sistema y a los índices de la institución como si se tratara de cifras y de datos reales pero son forjados, son falsos y sesgados, sirviéndoles de soporte al documento final. Todo este proceso se perpetra en la columna u oficina de control o gestión de extorsiones, conjuntamente con la columna de las notas musicales. Porque es que en puridad, estos títulos valores que vende el coronel psicópata en el mercado negro son propiedad de una institución pública, de un organismo del estado y en consecuencia son bienes del estado. Y mediante la acción delictiva de toda la red que dirige y  controla el coronel psicópata, estas omisiones y alteraciones de datos y de cifras permiten al doctor fraude apropiarse de lo que se le ha confiado guardar, cuidar y respetar. Pero al doctor fraude le es connatural su  fraudulencia que es conocida por todos, además de la fraudulencia que vende delictivamente. La gestión de este psicópata primario ha perpetrado la mayor estafa que un organismo de esta naturaleza se haya auto goleado en beneficio de la red que está alcahueteada y solapada desde arriba, porque la complicidad es jerárquica.

El coronel psicópata se siente y actúa desinhibido cometiendo corrupción, a sus anchas, que no tiene quien le reclame, ni quien le sancione, además de que es un mentiroso compulsivo y un embaucador nato, no ha experimentado el fuete de la ley.  

En Gaceta Oficial n.° 6.699 extraordinario de fecha 2 de mayo de 2022 fue publicada la Ley que reforma el Decreto con Rango Valor y Fuerza de Ley contra la Corrupción vigente desde el 19 de noviembre de 2014 (GO. n.º 6.155).

«Cómo podemos enfrentarnos al crimen organizado. Junto con la corrupción y el narcotráfico, ha constituido una fuerza que no es paralela al Estado. Es realmente un Estado dentro de él».

Rigoberta Menchú

Crisanto Gregorio León

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