La designación de la socióloga Sandra Oblitas, rectora de la Universidad Bolivariana de Venezuela tras haber sido vicepresidenta del Consejo Nacional Electoral, como ministra de Educación Superior, es deplorable para las comunidades universitarias, porque su nombramiento no se corresponde a méritos obtenidos por haber tenido trayectoria académica y capacidad para desempeñar un cargo de esa naturaleza, sino a ser parte del entorno de Nicolás Maduro y una figura burocrática que, al igual que su antecesora, la fallecida Tibisay Lucena, obedecerá lineamientos políticos.
Al expresar su opinión, la licenciada Fátima Dos Santos, presidenta del Sindicato Único de Empleados Administrativos de la Universidad Experimental Politécnica, manifestó que nuevamente incurre el presidente de la República en colocar a una burócrata, de la cual no se espera que tome decisiones importantes en beneficio del personal universitario.
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Hasta ahora, tanto los docentes como el personal administrativo de las universidades, así como los demás trabajadores, han sido afectados considerablemente por la pérdida de sus ingresos, bonificaciones y derechos adquiridos durante décadas, ya que la Oficina Nacional de Presupuesto violentar la propia Constitución al adoptar medidas lesivas a la contratación colectiva.
En este orden de ideas se refirió a la falta de atención médica y hospitalaria, que impide incluso tratamientos permanentes a los trabajadores y sus familiares.
Trata el gobierno de paliar las necesidades mediante la entrega de bonos, como el del lunes de esta semana, cuyo monto de 1.100 bolívares, no alcanza para cubrir necesidades mínimas, ya que la canasta básica de alimentos está por el orden de los 488 dólares mensuales y los sueldos no pasan de los 30 dólares al mes; es decir, un dólar diario.
Con cambiar ministros no se resuelven los problemas de los trabajadores, porque ya se han producido varios cambios y ningún beneficio se ha logrado, comentó. ¿Hasta cuándo hay que aguantar?
Las dos últimas ministras de Educación Superior, la fallecida Tibisay Lucena y la actual Sandra Oblitas, provienen del CNE, cuyas actividades son totalmente distintas a la rama educativa.
No creo que porque hayan cambiado a la ministra habrá mejoras salariales, expresó. Lo que ha pasado es como cambiar barajitas y no apostamos, por tanto, a ningún tipo de beneficio para los trabajadores.
Definitivamente, no se están escogiendo ministros tomando en cuenta su trayectoria académica y capacidad para ejercer las funciones inherentes a la responsabilidad que deben asumir, sino que se rotan los cargos dentro del entorno de la presidencia de la República, declaró. Es deplorable esta situación.