Nació esta virtuosa dama en Caracas el 22 de diciembre de 1853 fruto del amor de Manuel Carreño, sobrino del Libertador Simón Bolívar y la señora Clorinda García. Teresa desde niña demostró grandes aptitudes para la música y el piano y fue guiada en un principio por su progenitor, hombre ligado a la cultura y las artes en la Caracas de mediados del siglo XIX.
Teresa es enviada muy joven a continuar sus estudios de piano en Nueva York, allí se hace pupila del afamado pianista Louis Moreau Gottschalk. En 1862 la familia Carreño García vuelve a Nueva York y se radica en esa ciudad, la joven Teresa se convierte en una prodigiosa pianista e inicia su carrera profesional.
Realiza su primer concierto en noviembre de 1862 en la sala Irving Hall de Nueva York y tal fue su éxito, que al año siguiente tocó el piano para el Presidente Abraham Lincoln en concierto exclusivo ejecutado por la joven en la Casa Blanca. A los 9 años debuta como solista con la Orquesta Sinfónica de Boston y con la Filarmónica de Londres.
Teresa viaja a Francia y allí conoce a los compositores Maurice Ravel y Claude Debussy, entre otros grandes de la época. En 1887 retorna a Venezuela como invitada del Presidente Antonio Guzmán Blanco y se presentó en el hoy Teatro Municipal de Caracas.
En 1889 debutó con la Filarmónica de Berlín y ahí obtuvo un grandioso éxito. Sus virtudes ante el piano y la música universalizaron a Teresa Carreño, quien cosechó éxitos en los principales teatros de Estados Unidos y Europa.
Teresa Carreño sólo vivió 10 años de su vida en su país natal y aún así, ésta prodigiosa panista siempre conservó su identidad venezolana. En 1917 realiza una gira por Latinoamérica que se inicia en Cuba, pero se enferma y es obligada a retirarse por cuestiones de salud.
Retorna a su apartamento en la ciudad de Nueva York y allí fallece. La gran pianista venezolana, muere el el 12 de junio de 1917, El Impulso, que aún circulaba en Carora, publicó en su momento la lamentable noticia. Sus cenizas fueron traídas a Venezuela en 1938 y desde 1977 reposan en el Panteón Nacional. Teresa Carreño pasó a la posteridad como la mejor pianista de su tiempo.