#COLUMNA Soliloquios de café: ¿Es obligatorio el rescate de la caficultura? #2Abr

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De ser el primer país exportador de café, por su calidad, Venezuela pasó a ser un país importador que ocupa los primeros lugares en los mercados exportadores de países como Nicaragua, Honduras y Brasil, de los cuales (según cifras emanadas del sindicato nacional de “Café Venezuela”) se trae el 94,2% del café que consumimos. 

Para la cosecha del año 1998-99, según estadísticas del Fondo Nacional del Café FONCAFÉ,” producíamos 1.550.000 quintales de café al año; consumíamos 950.000 quintales y exportábamos 600.000 quintales/año.

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“Por ahora”, según cifras presuntamente manipuladas, ante la inexistencia de cifras estadísticas oficiales creíbles, durante la cosecha 2011-12 produjimos, si acaso, 500.000 quintales, esto, según declaraciones del ex ministro Loyo, en una televisora con cobertura nacional, el 14-12-2011, acotándose que ya había pasado el pico de la cosecha, cuando él declaró que se habían recogido 348.000 quintales para esa fecha, calculándose el saldo para los meses enero y febrero de aquel año.

En Venezuela tenemos un consumo de, aproximadamente, 1.300.000 quintales, si aplicamos un 30% de aumento de la población desde el año 1999, razón por la cual, se puede deducir que, para aquel entonces, ya se importaban más de 700.000 quintales para cubrir el abastecimiento nacional.

“LA PRODUCCIÓN CAFETERA LLEGÓ A CAER EL 94,2% APROXIMADAMENTE”.

En esos mismos porcentajes han sido exterminadas las familias caficultoras, y el ambiente en las zonas que les sirve de hábitat natural, las cuales son de alta fragilidad ecológica, mientras, en otros países productores de café como, por ejemplo, el café turco y las zonas cafeteras de Colombia han sido reconocidos por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Tecnología, UNESCO, como:

“PATRIMONIO INMATERIAL DE LA HUNAMIDAD.”

Para lograr los índices de producción del año 1999, tenemos que recuperar, más de 120.000 hectáreas productoras de café, lo cual tardaría un lapso de 4 años (El café tarda 4 años para dar la primera cosecha con posibilidades de rentabilidad). Es una forma idónea que se debe utilizar para devolver la dignidad a los caficultores, recuperándose su apego a su hábitat natural generando los empleos necesarios para restaurar su bienestar social y así parar la diáspora infame que desmiembra a las humildes familias productoras de café.

Según datos suministrados por el extinto “FONDO NACIONAL DEL CAFÉ, FONCAFÉ”, cuando se producían 1.550.000 quintales se generaban 24.500.0000 jornales año. 18.500.000 jornales directos (En Cultivo) y 6.000.000 indirectos (Fletes, acarreos, de servicios, etc.) 

ESTO DEBE RECUPERARSE… ES EL RETORNO AL CAMPO DE MILES DE FAMILIAS

En época de bonanza cafetera, los caficultores eran denominados:

“GUARDIANES GRATUITOS DEL AMBIENTE”.

HOY, SON SUS PRINCIPALES DEPREDADORES, ARRINCONADOS POR EL HAMBRE Y LA MISERIA IMPUESTA A TRAVÉS DE LOS PRECIOS VILES CON LOS CUALES EL EJECUTIVO NACIONAL CONFISCA SU DERECHO HUMANO A UNA REMUNERACIÓN DIGNA Y SUFICIENTE POR SU TRABAJO.

Al negárseles la justa remuneración por su constancia, trabajo, esfuerzo e inversión, podría suponerse que sobre la producción de café venezolana se ha tejido un plan macabro para lograr, premeditadamente, someter a las humildes familias productoras a situaciones infames, degradantes y hasta insalubres, peores a las que ya constituyen su habitad natural, pues en forma infrahumana sobreviven, peor que a una era prehistórica, en ranchos con paredes bahareque, piso de tierra, cocina de leña, sin energía eléctrica, letrinas, agua potable, sin vialidad, donde para los más privilegiados, sus niños asisten a clases en destartaladas escuelas.

Ya en 1998, médicos de zonas cafetaleras, denunciaron que:

“LA SITUACIÓN SOCIAL DE LOS CAFICULTORES CONSTITUÍA

UN PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA.”

Así mismo declararon sobre las enfermedades endémicas, desnutrición de las madres y de los niños, lumbalgias parasitosis, accidentes cerebro-vasculares y cardio-vasculares, entre otros males, y denunciaron los suicidios, e intentos de suicidios, ingiriendo herbicidas o tratando de ahorcarse, al no poder honrar sus deudas. A mediados de la primera década del siglo XXI, en plena efervescencia del mayor ingreso que ha tenido la República desde su creación, la prensa local denunció las muertes de niños en las zonas cafetaleras del estado Lara, como consecuencia de la desnutrición. 

Ahora, mientras se publicitan saraos apoyados por supuestos acólitos del gobierno, presuntamente, se persigue a los hombres y a las damas que en noviembre del año pasado salieron a la calle a reclamar sus derechos humanos, expresos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, de 1998, en su artículo 23, especialmente, en su numeral 3, y de la cual Venezuela es un país suscrito, por lo tanto, tiene jerarquía constitucional…

Debería hacerse una investigación exhaustiva sobre lo que ha ocurrido con las inversiones gubernamentales en apoyo a la producción de café, porque existe una gran sospecha sobre una posible corrupción.

“Rescatar la caficultura como cultivo tradicional, bajo sombra, es el rescate del ambiente depredado.”

“LA JUSTICIA IMPOLUTA ES EL CAMINO DE LA PAZ.”

Maximiliano Pérez Apóstol

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