También conocido como Job Pim, nació en Caracas el 1 de septiembre de 1889. Francisco Pimentel se inició en el periodismo en 1911 en El Nuevo Diario y también colaboró con sus escritos en el diario El Universal de Caracas
En 1912 sus versos fueron publicados en la prestigiosa revista El Cojo Ilustrado y además trabajó junto al otro gran humorista de la época, Leoncio Martínez «Leo». Pimentel fundó su propia revista humorística «Pitorreos» en 1918, pero un año después, en 1919 Juan Vicente Gómez clausuró aquella publicación y Job Pim fue enviado junto al caricaturista Leo a La Rotunda.
Pimentel pagó condena en aquella terrible cárcel desde 1919 hasta 1921, el humorismo era un oficio muy peligroso en los tiempos del Benemérito.
En 1923 Job Pim es nuevamente detenido y llevado una vez más a prisión por considerarse que estaba implicado en el asesinato de Juancho Gómez, quien era hermano del dictador Juan Vicente Gómez y gobernador de Caracas.
La última vez que Francisco Pimentel fue enviado a la cárcel de La Rotunda fue en 1928. El humorista estuvo involucrado en la protesta estudiantil de aquel año. Con la muerte de Gómez en 1935 comienza a declinar la opresión intelectual.
Eleazar López Contreras, el nuevo presidente, nombra a Pimentel cónsul en España. Regresó a Venezuela en 1940 y volvió a incursionar en el periodismo e incluso trabajó en El Morrocoy Azul, revista humorística de Miguel Otero Silva quien posteriormente fundó el diario El Nacional.
Job Pim falleció el 12 de agosto de 1942, noticia que fue publicada por El Impulso en Barquisimeto en su primera página. Una enfermedad estomacal adquirida en los tiempos que estuvo preso le pasó factura.
Francisco Pimentel es recordado hoy como el mejor versificador venezolano, hombre que dejó huella luego de pasar amargos momentos en la cárcel al ser perseguido por la dictadura de Juan Vicente Gómez.