Una costumbre desdeñable se sigue expandiendo en el perímetro de la capital larense, y es que cualquier espacio vacío bien sea en la zona metropolitana o en los márgenes de la ciudad es utilizado como un botadero desperdicios de todo tipo como escombros, desechos vegetales o basura orgánica que incluye restos de animales muertos.
Ejemplo de lo antes citado es el distribuidor Jirajara que comunica desde la urbanización Nueva Segovia en el este, con la avenida Hermano Nectario María o más comunmente conocida como La Ribereña.
Este espacio es utilizado en la actualidad como un basurero y allí personas inconscientes depositan sus desperdicios por cantidades, ello sin contar los escombros y otros desechos sólidos que son arrojados por cantidades sin que al parecer se pueda controlar esa acción irregular.
Las denuncias apuntan a que estas acciones ocurren principalmente en horas de la noche, cuando a ese lugar llegan camiones y camionetas cargados de desperdicios que son arrojados a un lado del puente del distribuidor, lo cual es un grave problema de contaminación ambiental y por ello el llamado a las autoridades encargadas a que estén pendientes de esa situación.