“El que lo abandona todo por ser útil a su país, no pierde nada
… y gana cuanto le consagra”.
Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios y Blanco.
“El Libertador”
Demás está describir a Simón Bolívar, “El Libertador”, porque es de todos conocido, y quien, para mí, es el hombre más grande que ha parido la humanidad, ya qué Jesús el Cristo Redentor fue Dios e Hijo de Dios.
Es innegable la vivencia del pensamiento de Simón Bolívar, por ello lo utilizo para hacer un llamado a reflexión a “todos” los venezolanos probos que amen la libertad y la democracia, recordándoles también las palabras que expresó un año antes de su desaparición física en correspondencia dirigida a Antonio Leocadio Guzmán:
… “Si algunas personas interpretan mi modo de pensar y en él apoyan sus errores, me es bien sensible, pero inevitable, con mi nombre se quiere hacer en Colombia el bien y el mal, y muchos lo invocan como el texto de sus disparates”.
La realidad en la cual se destruye la república lograda con la sangre, el sudor y las lágrimas de nuestros héroes patrios sobrepasa largamente a cualquier calificativo con el cual se pretenda tildar de pesimista a quien analice esta situación, haga de ella verdaderos diagnósticos y/o planifique para aportar soluciones…
Sin olvidar las palabras que pronunció don Rómulo Betancourt siendo presidente, cito:
“Dígale a Fidel Castro que cuando Venezuela necesitó libertadores, no los importó… ¡LOS PARIÓ!
Sin pertenecer a alguna tendencia política, con solo analizar la realidad de la situación que vivimos podemos opinar que, las condiciones socio-económicas creadas ante la imposición de ideologías plenamente identificadas como fracasadas y desfasadas, en todas las regiones del mundo donde se han pretendido imponer, han superado la magnitud de las tragedias ocasionadas con anterioridad en países donde se han aplicado y, han tenido como consecuencias nefastas la destrucción del sistema económico de las naciones, arrastrando consigo el bienestar social de la ciudadanía en general, en términos que han sido calificados como Holocausticos.
Hace aproximadamente 20 años los caficultores anunciábamos que estábamos al borde de la fosa, pues bien, hace mucho tiempo que la caficultura del país fue sepultada. Pero este es tan sólo un ejemplo de cómo se ha destruido el aparato productivo agropecuario venezolano, origen de la inmensa crisis social en la cual sobrevivimos y ha llevado a un país con incuantificables recursos a mendigar ayuda humanitaria, como paliativo a la hambruna que está siendo sometido, al desabastecimiento de medicinas, a la destrucción del sistema de salud, de su infraestructura, del sistema educativo, de los más elementales servicios: agua potable, electricidad, aseo urbano y domiciliario, transporte etc.
Los diagnósticas están hechos y las soluciones propuestas, sólo falta vencer los intereses personales, que se deje de contar los pollos antes de nacer y nos dediquemos, “por entero”, a qué, pacíficamente, amparados en nuestra Constitución Nacional, leyes, reglamentos, y por los tratados internacionales suscritos por la República, erradiquemos un sistema nefasto que ha destruido a la nación que fue ejemplo en el mundo, por su potencial desarrollo y prosperidad; buscada como refugio y añoranza de bienestar social, en oportunidades con mayor prioridad que los Estados Unidos de Norteamérica.
Disponemos del talento necesario, del Estamento Legal nacional e internacional; se han cometido hechos irregulares, delitos plenamente calificados en nuestras leyes y en las leyes y tratados internacionales, Venezuela tiene suficientes recursos naturales, algunos como el oro y el Coltán representan mayores riquezas que el petróleo, sólo hace falta que la dirigencia política quiera pasar a la historia del lado correcto…
Ya basta de la manipulación con el hambre, la miseria y la desesperanza de un pueblo que, históricamente, con dignidad y valentía defendió la libertad y la democracia, esparciendo los cadáveres de sus hijos por el continente suramericano cuando salieron más allá de las fronteras patria, unidos a una sola voz…
¡INDEPENDENCIA!
La “RED DE INSTITUCIONES LARENSES” conforma un caldero inagotable de talento probó, crisol y génesis de altruismo confirmado en nuestras propuestas; hemos demostrado que disponemos del talento probó necesario y suficiente como para asesorar, guiar y/o construir el sendero que conduzca al rescate de nuestra idiosincrasia y bienestar social igual o muchísimo mejor al que disfrutamos durante el periodo llamado era democrática…
Sin tener autoridad, aceptamos la responsabilidad de que, más que denunciar, alertamos y realizamos propuestas a fin de evitar o solucionar los problemas que confrontan los ciudadanos cotidianamente.
¡LARGA VIDA A LA RED!
“Quien no vive para servir… No sirve para vivir”.
MADRE TERESA DE CALCUTA.
Maximiliano Pérez Apóstol
