El 8 de marzo de 1908 se registró un lamentable suceso, luego que 129 mujeres fallecieron de manera trágica durante un incendio la fábrica de ropa «Triangle Shirtwaist» ubicada en la ciudad de Nueva York de los Estados Unidos, cuando se mantenían en huelga presencial en exigencia de sus reivindicaciones laborales, entre ellas la reducción de la jornada laboral e igual salario y beneficios que los hombres.
La respuesta del patrón fue cerrar las puertas de la fábrica con candado hasta que las féminas desistieran y en este trance, se registró un siniestro en un descuido con una colilla de cigarro arrojada sobre unas telas que se prendieron en llamas y en el cual perecieron el antes mencionado número de obreras por la soberbia y negligencia del dueño de la factoría.
Desde ese entonces se conmemora a las víctimas de aquel fatal accidente, que al principio se denominada Día Internacional de la Mujer Trabajadora, en homenaje a la memoria de aquellas que resultaron víctimas por reclamar sus justos derechos de igualdad de condiciones laborales en una sociedad que se había caracterizado durante mucho tiempo por la discriminación de género.
De manera paulatina esta efemérides trascendió las fronteras y en lo sucesivo los movimientos feministas del mundo entero la fueron adoptando para cada 8 de marzo enaltecer a las mujeres caídas aquel día por reclamar su justo derecho de igualdad de reivindicaciones laborales con respecto a los hombres, lucha que se extendió a través de los años y que en algunos países lamentablemente sigue vigente por el atraso de algunas sociedades retrógradas que insisten en tratar a las féminas como seres inferiores, nada más lejos de la realidad.
En este contexto, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró en 1975 el Año Internacional de la Mujer y en 1977 llamó a los países que conforme a sus costumbre y tradiciones pudieran o quisieran sumarse a institucionalizar el Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional.
Hoy se celebra el día de ese ser maravilloso que no solo es capaz de la más grande proeza como lo es dar la vida, sino de construir de manera íntegra y profesional una mejor sociedad para el disfrute de todos.