Trabajo de www.radiofeyalegrianoticias.com
El 5 de marzo se funda la mayor institución de educación popular de América Latina, en 1955, en la populosa parroquia caraqueña del 23 de Enero. El padre José María Vélaz, junto a estudiantes de la Universidad Católica Andrés Bello, y con el apoyo del ilustre señor Abraham Reyes, quien donó su casa para que en ella funcionara la primera escuela de Fe y Alegría.
De esta manera surgía lo que con el pasar de los años se ha consolidado como un sistema educativo para los más necesitados en todos los niveles de enseñanza y en los rincones geográficos de más difícil acceso, con nuestro eslogan: “Fe y Alegría, comienza donde termina el asfalto”.
Fe y Alegría actualmente se encuentra en varios países, llevando educación de calidad a las poblaciones populares. En Venezuela, el Movimiento cuenta con los programas de Escuelas, distribuidas por todo el país con énfasis en las zonas populares. Fe y Alegría Capacitación para dar educación para el trabajo. El Instituto Radiofónico Fe y Alegría (IRFA), que tiene sus colegios de educación para adultos y la radio educativa e informativa, allí tuve el honor de formarme. Y los 5 institutos universitarios, diseminados en varias regiones del país.
Durante 68 años, son muchas las historias de vidas transformadas desde este Movimiento educativo humanista, de las que pudiese contarles, pero hoy escribo estas líneas con mucho cariño para agradecer mi historia de vida con Fe y Alegría y desearles un ¡FELIZ CUMPLEAÑOS!
Ser ciego en Venezuela es más complicado
En Venezuela, ser una persona ciega tiene sus complicaciones por diversos motivos. Una de las dificultades más sentidas está en el sistema educativo porque es difícil lograr estudiar. En mis tiempos de infancia y adolescencia en los Valles del Tuy no habían colegios para niños ciegos y eran los años 90 del siglo XX, cuando predominaba el paradigma de la educación especial sectorizada, en la cual los ciegos debían estudiar solo con sus pares con la misma condición, pero tenían la dificultad de no tener las suficientes escuelas en el país. Afortunadamente, con la implementación de las aulas integradas eso ha ido cambiando.
Mi historia con la discapacidad fue dura por la falta de oferta de escuelas para estudiar, en los tiempos que técnicamente debió ser. Soy una persona ciega desde los 5 años por una enfermedad causada por mala praxis médica. Debido a la falta de información, de recursos económicos, de instituciones que me brindaran la educación adecuada pasé más de la mitad de mi vida siendo analfabeta.
Al Instituto Radiofónico de Fe y Alegría Caracas llegué con 20 años cumplidos, sin conocer las letras, menos escribirlas ni leerlas. Allí aprendí a leer, escribir y pronunciar bien las palabras. Un proceso muy complicado porque no es fácil desaprender 20 años hablando, mal por ejemplo, decía “tigurón” y me costó decir tiburón, esa fue tal vez la menos complicada y vale que me costó.
Años de esfuerzos y sacrificios
Fueron 7 años de duro esfuerzos y sacrificios. Me levantaba a las 3.30 AM para asistir al colegio 2 días por semana, porque Bimbo en los Valles del Tuy, y el instituto tienen su sede en el municipio Sucre del estado Miranda.
Recuerdo, que en múltiples oportunidades mi desayuno fue a las 4.00 AM, un plato de caraotas negras con arroz y almorzaba cuando llegaba de regreso a las 5.00 PM, porque como pagaba pasaje estudiantil me tocaba hacer cola para viajar a mi natal Ocumare. También, en contadas ocasiones, asistimos a clases sin comer porque o me quedaba dormido o simplemente no había comida.
Ya en víspera de mi salida del colegio, porque había alcanzado el noveno grado que es hasta donde nos acompañaban en el IRFA a las personas ciegas, mediante un convenio con una compañía privada, recibí la oportunidad de laborar en la institución.
Al poco tiempo me convertí en Tifloreportero (ciego reportero) de los servicios informativos de Radio Fe y Alegría 1390 AM de Caracas. Tuve el honor de vivir la experiencia durante 5 años, haciendo pautas de calle.
Además, con la muerte de mi Santa Madre, recibí la solidaridad y el cariño de mis compañeras y compañeros de trabajo; con el fallecimiento de mi padre, aunque ya no pertenecía al equipo de la radio, fueron mis antiguas compañeras quienes me brindaron todo el apoyo y solidaridad que me permitió seguir adelante.
Sin duda, Fe y Alegría me transformó la vida. Hoy soy, 18 años después de mi llegada a la casa de la escuela cumpleañera, periodista, profesor universitario, entrenador de Ajedrez y estudiante de posgrado. Por todo lo anterior, gracias Fe y Alegría, Dios los bendiga siempre ¡FELIZ CUMPLEAÑOS FE Y ALEGRÍA!
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