Eduardo Fernández es un dirigente político coherente y, como tal, respetando otros criterios, el adecuado para iniciar un gobierno de transición en Venezuela.
La declaración fue hecha por el doctor Eloy Gil, exgobernador de Sucre, que se identifica como socialdemócrata que apoya a un socialcristiano para el proceso electoral del 2024.
En su exposición consignada a El Impulso por el Instituto de Formación y Educación (Ifedec), que preside Fernández, Gil indica que la coherencia es la cualidad de la persona que actúa en consecuencia con sus ideas o con las palabras que expresa.
Cita al respecto lo dicho por Fernández el 4 de febrero de 1992 cuando se produjo el intento de golpe contra Carlos Andrés Pérez: “Expresó categórico repudio al hecho de fuerza que pretende quebrantar la Constitución, las leyes y la vocación democrática del pueblo venezolano. Queremos que nuestros problemas se resuelvan cívicamente, democráticamente”.
Reafirmó su pensamiento el 27 de noviembre de ese año con estas palabras: “Dentro de la democracia, con respeto a la Constitución, con respeto a las leyes, estos hechos hacen mucho daño, retrasan el desarrollo económico, retrasan el progreso social, político, institucional y aún el progreso moral. Los cambios deben darse civilizadamente”.
Hace tres años insistió en que es necesario mantener una conducta democrática: Vamos a cambiarlos, pero no por la fuerza de los fusiles o de los cañones. Vamos a cambiarlos con los votos del pueblo. Es el pueblo . venezolano”.
En todas sus palabras se observa coherencia y en todas tiene razón, dice el ex mandatario. Aquellos acontecimientos nos han hecho mucho daño. Estamos cada vez más atrasados desde el punto de vista económico y hoy nos comparan con Haiti y Zimbabwe. También social, política y socialmente el atraso es evidente.
Eduardo Fernández sí tiene un programa de gobierno, el cual es actualizado continuamente y abarca cada uno de los estados e incluso, municipios y parroquias, mediante trabajo efectuado por Ifedec.
Gil hace un llamado a la reflexión en el sentido de que en este momento no se trata de buscar un líder carismático, ni de nuevas caras, sino del más adecuado ante la coyuntura que estamos atravesando. Y el adecuado es Eduardo Fernández para iniciar un gobierno de transición.
