El 2023 no será fácil para Venezuela. El gobierno de Nicolás Maduro no tiene incentivos de negociación real con la oposición y preferirá mantener el poder antes de ceder espacios, aun cuando la economía se siga deteriorando y la crisis social se profundice.
Las primarias representan la única oportunidad con que cuenta la oposición hoy en día para que pueda darse un proceso de cambio político en el país, por lo cual se puede anticipar que el gobierno hará todo lo posible por bloquearlas y evitará que se produzcan acuerdos.
Pero la oposición sería fácilmente vencida si las primarias salen mal, si la participación es muy baja y, por supuesto, si nadie respeta los resultados, porque entonces iría dividida y debilitada a los comicios, lo que constituye el escenario ideal para el oficialismo.
Igualmente ocurrirá si no se hacen y se termina escogiendo al candidato por un camino distinto, llámese encuesta o consenso, lo que generaría confrontaciones entre unos y otros que podrían establecer mayor abstención y dispersión del voto opositor.
El abogado Jorge Ramos Guerra, ex gobernador, ex parlamentario del Estado Lara, articulista, Docente en la Universidad “Fermín Toro” de Barquisimeto y brillante político venezolano, examina la realidad y no cree que las primarias se den porque la defenestración de Juan Guaidó puso al descubierto una ola de corruptelas desde las empresas Monómeros y Citgo, “y mi juicio personal es que se delató en algunos opositores su compromiso con el gobierno, siendo chantajeados por el mismo gobierno”.
Citó el caso de familiares de políticos incursos en hechos de corrupción; de allí la desconfianza de los venezolanos en las organizaciones partidistas.
¿Con este desorden de aspirantes quien cree ganará las elecciones en el 2024?
-Nicolás Maduro.
¿Por qué?
-Por lo que dijo Maquiavelo: “divide y reinarás”.
Las tensiones políticas y económicas no ceden en Venezuela donde el presidente Nicolás Maduro gobierna desde 2013, tras la muerte de Hugo Chávez.
En Venezuela, la armonía y amistad cívica entre ciudadanos, tan necesaria para la vida en comunidad y el logro del bien común, ha sido minada por un discurso de odio.
Sobre este particular consultamos a Ramos Guerra si existen actualmente niveles de paz social y cómo ve el panorama político en Venezuela a un año para las elecciones.
“No estamos viviendo la etapa de convivencia y sociabilidad ciudadana porque con la llegada de Chávez al poder se desataron todos los odios y resentimientos que existían, incluso en los últimos años de la democracia pero no fueron tomados en cuenta por la dirigencia política del momento”.
Citó dos realidades incuestionables, una política que se enunció en su momento en la década de los 80 y el agotamiento del llamado pacto de Punto Fijo que dio estabilidad a los primeros gobiernos democráticos.
“Muchos políticos se olvidaron de renovar sus propias ideas, los partidos se fueron inundando de corrupciones. Y la otra realidad es la económica que tampoco quisieron entender porque el petróleo no podía seguir subsidiando el sistema democrático”.
El ex gobernador de Lara habló del mantenimiento de una altísima burocracia, incluyendo la figura del tarifado que cobra 15 y último sin trabajar, por lo general al servicio de los partidos, en este caso Acción Democrática y Copei.
¿Si las primarias se hacen con éxito pueden aumentar las posibilidades de una transición política hacia un modelo democrático?
-Por supuesto. Eso es lo que se habla en los términos peloteros con un outsider.
¿Quién sería?
-Quien reúna el perfil intelectual ético y político, como el Padre jesuita Luis Ugalde. El gobierno que pretenda rescatar la democracia o asumir el reto de hacerlo, tiene que estar integrado por las mejores mentalidades de la República.
¿Usted sigue siendo adeco?
-Soy miembro del Ejecutivo Nacional del partido.
¿Por qué ahora es adversario de Bernabé Gutiérrez?
-Yo no soy adversario de él. Esa candidatura se dio porque no surgió otra alternativa interna y por lo tanto tiene su legítimo derecho a vender su opción; lo que si creemos es que la dinámica va a ir diciendo los apoyos que pueda recibir. Y si llegara a darse una figura nacional unitaria, Acción Democrática no podría negarse a ello.
Pero usted habla muy mal de él en público
-Yo puedo hacer comentarios que es otra cosa. Hablamos sobre política y su candidatura, e incluso he hecho críticas muy puntuales en cuanto a la Ley de participación estudiantil que no es otra cosa que el asalto a los liceos y universidades.
Bernabé Gutiérrez, por aclamación de todos los secretarios generales y de organización de la tolda blanca, reconocida por el Tribunal Supremo de Justicia, presentó su candidatura, pero ratificó en medios informativos, que esa organización política no va a participar del proceso que organiza la Comisión Nacional de Primarias.
Un día usted habló sobre lo que llamara don Mario Briceño Iragorry “La traición de los mejores”. ¿A qué se refería?
-Cuando lo escribió es porque se dio cuenta que nuestros mejores hombres se habían traicionado a sí mismo por no haber sido consecuentes con el deber ser de la política, y en Venezuela esa lista es larga.
Usted ha dicho que el régimen militarista tiene a ciertos políticos en la cartera. ¿Quiénes son?
-Son tantas las denuncias que se han venido formulando, que se han inmunizado. La Ley contra la corrupción es una demostración de su incumplimiento. Allí se desconoce la declaración jurada de bienes de gobernantes y diputados porque en Venezuela la lucha política ya no es ideológica sino delictiva. Una triste realidad que ha permitido que seamos una sociedad de cómplices, como lo dijera el General Tomás Lander en 1840. No veo disponibilidad de que las cosas cambien, y para muestra un botón: el poder judicial, culminó diciendo Jorge Ramos Guerra.