Nunca es tarde para emprender o aprender un nuevo oficio, ese es el lema que caracteriza a Fabiola Lairet, una venezolana que a los 40 años descubrió su pasión por la gastronomía japonesa y se vio motivada a prepararse para especializarse y convertirse en una de las exponentes más destacadas del sushi en España, país donde radica.
En una amena entrevista para El Impulso, esta talentosa ingeniera civil nacida en la ciudad de Táriba, estado Táchira y criada en Barquisimeto, contó que hace 20 años llegó a tierras españolas, específicamente a Barcelona.
«Aquí no podía estudiar porque era complicado convalidar, además tenía que aprender a hablar catalán, por lo que decidí quedarme en casa para criar a mis hijas y en eso de estar en la casa comencé a cocinar. Tiempo después me canse de estar encerrada y así fue que me fui a una escuela a estudiar cocina. Estuve un año estudiando cocina mediterránea y al mismo tiempo hacia cursos de comida asiática», dijo.
Posteriormente en 2010 decidió emprender en la gastronomía japonesa, abriendo su primer local llamado Monster Sushi en la capital de Cataluña, pero en 2013 sintió la necesidad de aprender más técnicas para su elaboración, por lo que se le presentó un dilema: Viajar a Los Ángeles o a Tokio para prepararse con los mejores.
«Decidí irme a aprender más sobre la comida japonesa de primera mano y la opción más sencilla era ir a Los Ángeles porque me tenía que llevar a mis hijas. Eran 8 horas al día con el maestro Andy Matsuda, mientras mis hijas iban a un campamento», relató.
Sin embargo, cada día que pasaba esta venezolana se enamoraba más de su ocupación, trasladándose en 2014 a Tokio, para trabajar en el restaurante de la familia del chef Matsuda, donde perfeccionó su técnica.
Primera sushi chef de España
Con orgullo, Fabiola Lairet comenta que es la primera mujer sushi chef titulada de España por All Japan Sushi Association (Asociación de Sushi de Japón), reconocimiento que en suelo español comparte con otras 7 personas, todos del género masculino.
Esta distinción es avalada por el Ministerio de Salud y Bienestar japonés y ha sido otorgado a solo 800 personas en todo el mundo.
«Este reconocimiento certifica que yo conozco todas las técnicas para manipular pescado de una manera correcta, además de tener conocimientos amplios de la cultura japonesa», indica.
Al ser consultada sobre los locales que hasta la fecha ha abierto, detalla que es la fundadora y chef ejecutiva de cinco restaurantes, cuatro en Barcelona y uno en Madrid:
«En Barcelona tengo Monster Shushi restaurant, Monster Sushi delivery y Robata. Hay un grupo que se interesó en las marcas y es quien en este momento tiene todo el músculo para hacer la expansión y son los que están con la maquinaria financiera para la escalada en Madrid y otro en Barcelona y posiblemente en el resto de España».
Aunque no se lo ha planteado, dice que si se le diera la oportunidad de abrir un establecimiento en Venezuela, sería un proyecto que «amaría, sería algo muy bonito».
«Alimentar es un acto de amor»
Esta venezolana confiesa que su mayor inspiración es poder presentar un producto de calidad a los comensales y trata de fusionar distintos sabores internacionales.
«Cuando se elabora sushi se requiere de un buen producto. Me inspiro en nuestros sabores latinos, asiáticos. Me inspira el buen producto virgen, que se sirve crudo, es un privilegio honrar al agricultor, al recolector, al que alimenta al ser vivo y la naturaleza, cocinar es honrar a esas personas y deleitar es a nuestros comensales, a la final alimentar es un acto de amor», manifiesta.
«En mi carta hay muchos matices, vamos desde el sushi tradicional hasta la fusión japonesa peruana, incluso algunos toques chinos», expresa.
A sus 55 años, esta destacada mujer asegura sentirse orgullosa de todo lo que ha logrado hasta ahora, así como de sus proyectos futuros.
«Voy a cumplir 56 años y me siento muy orgullosa de seguir teniendo sueños y metas, eso es algo que te hace sentir super joven. Me encanta ser inspiración para todos nuestros jóvenes y trabajar con ellos», agrega.
Lairet, además de cocinar, aprovecha su tiempo libre para brindar mensajes motivacionales a personas que desean triunfar en el ámbito de la gastronomía.
«Doy charlas motivacionales en escuelas de cocina y también en universidades y me gusta cuando la gente me ve como fuente de inspiración. Muchas veces tuve miedo de muchas cosas pero dicen que si no das el primer paso no llegas a ninguna parte», concluye con tono de satisfacción.