En un foco altamente infeccioso se ha convertido la esquina de la carrera 25 con la calle 41 y los peatones prefieren lanzarse a la calle antes que caminar por encima de la basura que desde hace días se ha acumulado en ese lugar.
Los desperdicios desparramados a lo largo de la calle se complementan con los malos olores que allí manan y que por supuesto atraen a moscas, cucarachas ratas y ratones que se meten en las viviendas y comercios aledaños, lo cual causa molestias a la colectividad como es de esperarse.
Carlos Pérez, transeúnte, comenta que eso tiene así varios días y que a veces ni siquiera es culpa de quienes recogen la basura, porque los perros callejeros y los indigentes rompen las bolsas y riegan los desperidicios buscando algo de comer o que les sirva para sobrellevar su miseria, dejando a su paso la desagradable estela de desechos y olores fétidos.
El llamado es a las autoridades para que apliquen mecanismos que impidan este tipo de situaciones que además de afear a la ciudad, contribuyen con la contaminación que a su vez se traduce en problemas sanitarios que van en detrimento de la colectividad.