La tradición del Carnaval es muy antigua en Barquisimeto, algunos registros hemerográficos hablan de grandes celebraciones en 1880 en cuya organización incluso participó el célebre médico Antonio María Pineda.
Hace más de un siglo en Barquisimeto estas fiestas se esperaban con gran ansiedad y desde el mismo año que llegaron los automóviles en 1913, estos se utilizaron en los desfiles. De esos tiempos remotos el Carnaval que más sonó fue el de 1928 y El Impulso le dedicó su primera página a aquel acontecimiento el 18 de febrero.
El doctor Honorio Sigala, respetable barquisimetano, fue el presidente del Comité Organizador y el gobernador Pedro Lizarraga brindó su apoyo para la realización de las fiestas y la ciudad se vistió de fiesta en aquel entonces con coloridas y alegres carrozas motorizadas. Amalia I fue la reina electa en un magistral acto efectuado en el Cine Circo Arenas y que incluso contó al cierre de la celebración con brindis de champaña.
Durante varios días el centro de Barquisimeto se vio concurrido por las caravanas y las comparsas. Concursos, juegos, reuniones y bailes amenizaban aquel fastuoso Carnaval hace 95 años, en el que competían «payeros y sanjuaneros«, que era como se dividía la ciudad, por llevarse los reconocimientos.
La alegría de los carnavales de 1928 no se repetiría por más de seis años, pues a su llegada el general Eustoquio Gómez a la gobernación en 1929, éste los prohibió, lo cual no se entendía, porque en Maracay su primo el Presidente Juan Vicente Gómez seguía celebrando el Carnaval.