La avenida Hermano Nectario María o Ribereña como se le conoce popularmente es una de las arterias más importantes del sur de la ciudad, diseñada originalmente para aliviar el tráfico automotor entre el este y oeste de Barquisimeto, además de ser una vía expedita hacia el municipio Palavecino. En esta oportunidad mencionaremos los que pueden considerarse como algunos de los puntos neurálgicos de esta autovía ubicados entre el oeste y el centro de la capital larense.
La cuesta de El Garabatal en el sentido oeste – este es uno de los tramos donde los conductores se desplazan a mayor rapidez y el letrero que indica velocidades máximas de 40 y 60 kilómetros por hora no es ni acatado ni puesto en práctica por nadie, pues la mayoría de los conductores piensan que son normas anticuadas o vestigios del siglo pasado.
En el distribuidor del sector Santo Domingo cruzar esta avenida puede resultar peligroso porque los peatones tienen que saltar unas bardas colocadas allí y que separan a este barrio en zona norte y zona sur. Para las personas mayores o con algún impedimento prácticamente es imposible pasar de un lado a otro en ese punto.
A la altura de la calle 38 o vía que comunica al mercado San Juan desde La Ribereña la queja apunta a que la iluminación nocturna es muy deficiente y cruzar la avenida Ribereña en ese punto también es muy riesgoso, más cuando los conductores generalmente se desplazan por allí a gran velocidad.
El distribuidor ubicado en el puente Macuto o vía que comunica hacia El Manzano y Río Claro desde la avenida Hermano Nectario María es otro tramo que debe cruzarse con mucha precaución, pero aquí ocurre un caso muy particular, y es que a pesar de haber una pasarela en buen estado, muchos prefieren seguir pasando de un lado a otro por debajo de la misma y exponiéndose al tráfico.
Para culminar, el distribuidor Jirajara es un paraje desolado por el que circular a pie puede ser bastante peligroso. A un lado del puente que comunica en la urbanización Nueva Segovia la basura se acumula a montón y los malos olores invaden a quien tenga la mala suerte de pararse en ese lugar. Esta vía, según apuntan las denuncias, es utilizada también los delincuentes y motorizados que bajan desde el Este luego de cometer sus fechorías y desaparecen por ese lugar raudos y veloces.
