Trabajo de: www.lanacionweb.com
Es muy frecuente escuchar, sobre los puentes internacionales Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, a los ciudadanos preguntarse: «¿Qué pasó con la reactivación total de estos tramos binacionales? ¿Por qué siguen tan limitados?»
Semanas antes de la inauguración del puente internacional Atanasio Girardot, autoridades de ambos países usaron la frase «reapertura total de frontera». Incluso, el mismo 1° de enero, cuando se estrenó el paso formal que une a Tienditas con Cúcuta, esa frase fue esbozada por los representantes que oficializaron la activación del puente.
Sin embargo, la realidad dista de ese planteamiento. Si bien están los avances que se han venido registrando desde la reactivación del paso de vehículos de carga pesada, el pasado 26 de septiembre, aún hay varios cabos sueltos que impiden hablar de una reapertura global.
Por un lado, los puentes de Ureña y San Antonio del Táchira, los más emblemáticos de la zona, están limitados a la circulación de peatones y de gandolas. Aún la ciudadanía está a la expectativa del tránsito de vehículos particulares y del transporte público por ambos trayectos.
Otro punto es el horario. Los pasos formales siguen abiertos solo por 15 horas, pese a los reiterados llamados que han realizado diversos sectores de la sociedad civil para que sean habilitados las 24 horas, como era antes del cierre de frontera, el 19 de agosto de 2015.
«Sentimos que la reapertura se ha estancado. Yo vivo en San Antonio del Táchira y no he visto cambio significativo. La zona comercial sigue sola, sin visitantes que le den vida», manifestó Sonia Prato, residente.
Prato, de 57 años, va a Colombia cuando realmente lo necesita. «Ese sol es muy fuerte y ya por la edad no es fácil atravesar el puente todos los días», indicó, al tiempo que añoró ver nuevamente pasar vehículos de todo tipo por el puente Simón Bolívar.
Para la ciudadana, no se trata de una exigencia, sino de un derecho que, a su juicio, le han quitado las autoridades de ambos países por temas de índole político que «no deberían hacer mella en nuestra vida social. Pero sí la hace y mucho», agregó.
La quincuagenaria, al igual que la mayoría de los habitantes de Bolívar y Pedro María Ureña, no entienden por qué tanta dilación para abrir por completo una frontera a la que solo les bastó horas para bloquearla, hace más de siete años.
En torno al transporte público, la situación tampoco ha avanzado. Los buses binacionales no han logrado reactivarse porque aún no les han habilitado los muelles para cargar en el terminal de Cúcuta. La dilación se extiende y enfría toda clase de convenio establecido entre los dos países.
«No es justo que nos mantengan así, con tantos engaños. Hace falta más seriedad en el asunto de reapertura. Es necesario que abran todos los puentes al 100 por ciento», remarcó Sonia Prato desde la avenida Venezuela, a escasos metros del puente internacional.
Colombia ya tiene el tramo despejado. Los túneles fueron removidos al igual que las vallas. No obstante, Venezuela sigue sin mover esos obstáculos, dando a entender que la reactivación aún no es factible por ese punto formal de la frontera colombo-venezolana.
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