Si no es por la justicia extranjera, que ha investigado las denuncias formuladas contra las actuaciones delictivas de Maikel Moreno, éste seguiría siendo considerado como respetable magistrado del régimen, porque en nuestro país nunca se tomaron en cuenta las advertencias que se han venido haciendo sobre la corrupción que existe en el Poder Judicial, ya que de lo contrario estaría, desde hace tiempo, tras las rejas de un penal.
Aún más, tomando en consideración su prontuario delictivo por homicidios, jamás habría sido postulado, en la Asamblea Nacional, como aspirante a ser miembro del Tribunal Supremo de Justicia; pero, lo fue porque precisamente forma parte del régimen y gozado del apoyo de éste.
Estas apreciaciones fueron hechas por el doctor Miguel Soto, profesional del Derecho y docente universitario, quien en declaraciones a El Impulso indicó que si aquí hubiera una pizca de justicia, ya Moreno habría sido investigado no ahora, sino hace mucho tiempo, por las causas que, el 26 de enero de este año, le ha imputado la Fiscalía Federal del Sur de La Florida en un tribunal de Miami, Estados Unidos, expulsado del TSJ y llevado a prisión.
No es de extrañar, por tanto, el silencio que existe en el máximo tribunal del país y en el propio seno del Ejecutivo Nacional, ya que no son cuatro conchas de ajo los diez millones de dólares que, según la acusación de la fiscalía estadounidense, el mencionado funcionario recibió de empresarios que firmaron contratos con organismos del gobierno.
Es por eso que no extraña que haya habido un silencio sepulcral después que a fines de la semana pasadas, las agencias internacionales de noticias dieran a conocer que a Moreno se le han imputado cargos por conspiración para cometer blanqueo de capitales, encubrimiento de blanqueo de capitales y participación en transacciones de bienes provenientes de actividades delictivas.
A la gente no se le puede olvidar que ese hombre tuvo penas de cárcel antes de ser magistrado del TSJ, recordó el doctor Soto. En 1.987 fue apresado por un homicidio en Ciudad Bolívar, siendo funcionario de la Disip y dos años después al incorporarse a ese organismo volvió a caer preso por otro asesinato, que tuvo lugar en Caracas. Con esos antecedentes no podía ser magistrado del máximo tribunal del país.
Hay que prestar atención a lo que está sucediendo en el tribunal del sur de La Florida, que está juzgando a Moreno, expuso. Porque él está siendo procesado por la comisión de delitos tan graves que ameritan encarcelamiento hasta de treinta años y los testigos son individuos venezolanos, quienes han hecho señalamientos también muy graves como los de que el magistrado podía nombrar y destituir jueces, influir en causas penales y desestimar cargos, así como sacar a un juez para colocar otro para hacer lo que a él le convenía. En fin, actuar como un capo en la aplicación de justicia. Hay mucha tela que cortar en este escandaloso juicio.