Amigos y voluntarios se congregaron el domingo en la Catedral de Santa Sofía de Kiev, para rendirle último adiós al voluntario Andrew Bagshaw, muerto junto con su colega Christopher Parry cuando evacuaban a personas en una ciudad ucraniana bajo combates.
Bagshaw, de 48 años, de ciudadanía bitánico-neozelandesa y Briton Parry, de 28, desaparecieron días atrás en vía a Soledar, en la región ucraniana de Donetsk, donde arreciaban los combates.
En la iglesia, los voluntarios hablaron de sus recuerdos de Bagshaw y leyeron en voz alta mensajes de sus familiares.
Nikolletta Stoyanova, una amiga de Bagshaw, habló luego de la valentía que tenía éste.
“Cuando nadie quería ir a Soledar, ellos no podían dejar de ir, porque él pensaba que si alguien necesitaba ayuda, él tenía que ayudar”, expresó Stoyanova.
El padre de Bagshaw, Phil, dijo a reporteros en Nueva Zelanda que su hijo quería ayudar de alguna manera.
“Era un hombre muy inteligente, un pensador muy independiente”, expresó el padre. “Y él pensó mucho sobre la situación en Ucrania y pensaba que era algo inmoral. Sentía que lo único constructivo que podía hacer era ir allá y ayudar la gente”.
La policía ucraniana informó el 9 de enero que había perdido contacto con Bagshaw y Perry luego que éstos partieron hacia Soledar. Sus cadáveres fueron recuperados luego.
En un comunicado difundido hace pocos días, la familia de Parry expresó que éste “se sintió atraído a Ucrania en la hora más oscura”. Añadió que Parry “ayudó a los más necesitados, salvando más de 400 vidas y muchos animales abandonados”.
Amigos dijeron que los restos de los voluntarios serán entregados a sus familias en Reino Unido.