La mente se fue llenando con lo que la inquieta imaginación fue imaginando. La imaginación es ese estado de fluencia de las ideas que como por arte de magia se apoderan de ella. Es como si las ideas fuesen el recurso que la requiere para que siempre tenga ocupación. Es, pues, un modo de que la mente se ejercite y mantenga activa sus inquietudes. Lo cierto es que, repito, me fui llenando de imágenes, que catalogo como recursos, que se mantienen activas como si fuesen recuerdos. Si es que los recuerdos pueden considerarse como imágenes, o que las imágenes sean en realidad recuerdos. Hay que discernir la percepción. Si son imágenes los recuerdos o si, por el contrario, los recuerdos son imágenes. Prefiero dejarlo así y no llegar hasta el discernimiento. Recuerdo e imagen son términos diferentes así lo discierno. Puedo recordar una imagen o puedo imaginar un recuerdo. Imaginando un recuerdo le doy prioridad a la imagen sobre el recuerdo, y recordando una imagen la prioridad es para el recuerdo.
Lo que está claro, es que tanto la imagen como el recuerdo son fenómenos propios del pensamiento de la mente. Pensar es imaginar, ocupo con la imagen el pensamiento y una imagen puede ser un recuerdo. Recordar es traer al pensamiento las imágenes; el recuerdo es una función fluente del pensamiento. El recuerdo es una imagen, pero la imagen no es el recuerdo. El recuerdo es una revelación que se ocupa de traer a la mente el pensamiento del recuerdo. La mente en este sentido es la receptora del proceso. La palabra sustenta a la imagen porque de esta manera el referente pasa a ser la palabra, La imaginación necesariamente siempre necesita referencia. La palabra sustenta la vigencia de la imagen. Las palabras sustentan la vigencia del recuerdo. El funcionamiento del pensamiento no es precisable. La palabra ocupa el pensamiento. El pensamiento de esta manera se llena de palabras para darle sustentación al texto.
Carlos Mujica