Las autoridades buscaban un motivo para el tirador que mató a 10 personas en un club de baile de salón en la zona de Los Ángeles durante las celebraciones del Año Nuevo Lunar. Los asesinatos conmocionaron a las comunidades asiáticoestadounidenses en la región y empañaron las celebraciones en todo el país.
El sospechoso, Huu Can Tran, de 72 años, fue encontrado el domingo, muerto por un disparo que hizo él mismo en una camioneta en la que según las autoridades huyó cuando la gente le impidió cometer otro tiroteo el sábado por la noche. El New York Times reportó que un miembro de la familia que gestiona el local le arrebató el arma al agresor.
La masacre fue el quinto asesinato masivo este mes en Estados Unidos y golpeó una de las mayores celebraciones en California de una fecha señalada en muchas culturas asiáticas. El suceso hirió de nuevo a una comunidad que ha sido blanco de violencia en los últimos años.
También fue el ataque más mortal desde el 24 de mayo, cuando 21 personas murieron en una escuela primaria de Uvalde, Texas.
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No había más sospechosos prófugos, indicó el jefe policial del condado Los Ángeles, Robert Luna. En una conferencia de prensa nocturna, indicó que el motivo del ataque seguía sin conocerse. Además de los muertos hay 10 heridos, siete de ellos aún hospitalizados.
Aunque Luna indicó en su conferencia de prensa del domingo por la noche que no tenía la edad exacta de las víctimas, señaló que todos los fallecidos parecían tener más de 50 años.
El sospechoso llevaba lo que el jefe de policía describió como una pistola semiautomática con cargador extendido. Se encontró una segunda pistola en la vagoneta en la que se halló el cuerpo de Tran.
El jefe de policía de Monterey Park, Scott Wiese, dijo el domingo en la noche que los agentes llegaron al lugar menos de tres minutos después de recibir el reporte. Ahí encontraron una enorme masacre y a personas que intentaban escapar por todas las puertas.
“Cuando llegaron al estacionamiento el lugar era un caos”, señaló Wiese.
Unos 20 o 30 minutos después del primer ataque, el agresor entró al Lai Lai Ballroom en la cercana ciudad de Alhambra. Pero dos personas allí lograron desarmarlo y el hombre escapó, indicó Luna.
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El New York Times indicó que después de entrar en el club, el agresor apuntó con su arma a Brandon Tsay, que trabaja unos días a la semana en el local que inauguraron sus abuelos. Tsay dijo que actuó por instinto y se lanzó a agarrar el arma cuando tuvo la sensación de que el hombre quería lastimar a gente. Los dos forcejearon antes de que Tsay consiguiera hacerse con el arma, dijo.
Aunque la policía dijo que más de una persona participó en el suceso, Tsay y su familia dijeron que las imágenes de seguridad mostraban que el programador informático de 26 años evitó otra tragedia él solo.
Después, el sospechoso huyó en una vagoneta blanca, según los testigos.
El vehículo se encontró en Torrance, otra población con muchos asiáticoestadounidenses, a unos 34,5 kilómetros (22 millas) de ese segundo lugar.
Tras rodear el vehículo durante horas, los agentes de seguridad se acercaron y accedieron. El cuerpo de una persona parecía estar derrumbado sobre el manubrio y más tarde fue retirado. Miembros de un equipo de asalto revisaron el contenido de la vagoneta antes de retirarse.
En la misma conferencia de prensa, la congresista Judy Chu dijo que aún tenía interrogantes sobre el ataque, pero esperaba que los residentes se sintieran seguros ahora.
“La comunidad tenía miedo al pensar que no deberían ir a ningún evento porque había un hombre armado”, dijo Chu. “Ya no están en peligro”.
“¿Cuál fue el motivo de este hombre que disparó?”, preguntó. ”¿Tenía una enfermedad mental? ¿Había cometido violencia a nivel doméstico? ¿Cómo obtuvo estas armas, y fue a través de medios legales o no?”
Monterey Park es una ciudad de unos 60.000 habitantes situada en el extremo oriental de Los Ángeles y compuesta en su mayoría por inmigrantes asiáticos procedentes de China o estadounidenses de ascendencia asiática de primera generación. El tiroteo ocurrió en pleno centro, donde farolillos rojos decoraban las calles con motivo de las festividades del Año Nuevo Lunar. Un vehículo de la policía estaba estacionado cerca de una gran pancarta que proclamaba ”¡Feliz Año del Conejo!”.
La celebración en Monterey Park es una de las más grandes de California. Se planearon dos días de festejos, a los que han asistido hasta 100.000 personas en años anteriores. Pero las autoridades cancelaron los actos del domingo después del tiroteo.