El clima de protestas visualizado en los últimos días responde a un malestar acumulado cuyo límite expiró junto con la capacidad adquisitiva que permitían los sueldos de los educadores, quienes respondiendo a una mística vocacional hoy se ven con la necesidad imperante de visibilizar su vulnerabilidad económica ante la sociedad a quienes sirven. Por tal motivo, el ejecutivo debe volver a maniobrar según sus escrúpulos y quemar otra barajita que no se parezca al instructivo ONAPRE, porque el clima actual se muestra de mucha volatilidad y puede convertir el escenario en un caldo de cultivo que permita la creación de propuestas concretas ante los problemas padecidos en todo el país.
Asimismo, las acciones de calle realizadas por otros gremios de la nómina pública, van reflejando que el venezolano quiere expresar su descontento con el sistema dominante de forma activa, dejando a un lado la distancia y seguridad que otorgan las redes sociales y haciendo del espacio público su lienzo, donde también puede expresar su estado anímico contra un andamiaje obsoleto cuyos directores serán en la medida del tiempo corriente; reemplazados en su totalidad porque los signos de cambios ya se hacen evidentes, se escuchan en forma de consignas y se visualizan en quienes hoy protestan con gallardía.
De igual forma, no se puede hacer a un lado una monotonía que conspira contra los jerarcas del poder, porque las rutinas reflejadas en forma de dádivas como bonos denigrantes son sepultureros naturales para quienes los aplican, por ello hoy las demandas de los educadores buscan revitalizar la quietud de un sistema que solo vive en el pasado engullendo hasta la muerte a quienes estén ideologizados con sus mentiras. Quizás por esa razón los portadores de luz para las futuras generaciones hoy dan cátedra de lucha al tomar sus demandas y hacerlas agenda nacional.
En resumen, el torniquete burocrático que hoy aflige al recurso humano de la nómina pública, se comienza a resquebrajar cuando se disipa toda la niebla de medias verdades que mantenía las demandas ciudadanas encasilladas en la desesperanza. Porque la Venezuela que pervive está compuesta en su mayoría de individuos decididos, cuyo esfuerzo hoy permite inventarios en los anaqueles que solo esperan por el discurso correcto el mismo de esperanzas y los haga participar activamente por la reinstitucionalización del país.
Finalmente, las iniciativas creadoras que se desprendan luego de esta movilidad que los maestros han comenzado en el territorio nacional, servirán para las narrativas que los próximos líderes nacionales utilicen, las cuales deben tener en su argumentación propuestas para los diferentes problemas padecidos por los ciudadanos, quienes tienen el veredicto final que puede ser favorable e imponer la estabilidad que se perdió hace más de dos décadas, cuando el trasnocho se hizo de lo público, panorama reversible solo con la luz de los educadores quienes son el puente para el cambio verdadero.
Eduin Adjunta
@adjunta90
