Trabajo de www.talcualdigital.com
Los niños de los hogares más pobres son los que menos se benefician de la financiación nacional destinada a la educación pública, según afirma Unicef en un nuevo informe publicado este martes 17 de enero. La organización pide que se realice una inversión adicional y más equitativa para sacar a millones de niños y niñas de la crisis del aprendizaje.
El informe, titulado Transforming Education with Equitable Financing (Transformar la educación mediante una financiación equitativa), señala que, como término medio, el quintil de alumnos más pobres solo se beneficia del 16% de la financiación pública destinada a la educación, en comparación con el quintil más rico, que se beneficia del 28%.
Entre los países de ingresos bajos, solo el 11% de la financiación pública para la educación se dedica a los alumnos más pobres, mientras que el 42% se dedica a los más ricos, precisa el informe que cita hallazgos arrojados por datos acumulados de 2010 a 2022.
«No estamos cumpliendo nuestras obligaciones para con la infancia. Hay demasiados sistemas educativos en el mundo que invierten lo mínimo en los niños y niñas que más lo necesitan», declaró Catherine Russell, directora Ejecutiva de Unicef.
«Invertir en la educación de los niños y niñas más pobres es la forma más rentable de garantizar el futuro de los niños, las comunidades y los países. El verdadero progreso solo puede llegar cuando invertimos en todos los niños y niñas, en todas partes», dijo Russell.
Según el Presupuesto de 2023 que Nicolás Maduro presentó a la AN y que TalCual publicó en exclusiva, del total de recursos, el Ministerio de Educación tiene asignado el 18,6% del total (Bs 31.744.482.066). Según cálculos de Carlos Calatrava, director de la Escuela de Educación de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), solo para la recuperación de la planta educativa pública se requiere de al menos 11 mil millones de dólares.
Un punto porcentual más beneficiaría a 35 millones
El informe examina los datos sobre el gasto público para la enseñanza preescolar, primaria, secundaria y superior de 102 países. Sin embargo, como es recurrente en los balances de la ONU desde hace años, Venezuela no aporta data oficial. Solo se incluye una referencia sobre el aporte de la Oficina para Asuntos Humanitarios (OCHA) por concepto de ayuda humanitaria.
El estudio concluye que un aumento de un punto porcentual en la asignación de recursos públicos dedicados a la educación del 20% más pobre podría sacar de la pobreza del aprendizaje a 35 millones de niños en edad de asistir a la escuela primaria.
A escala mundial, el estudio señala que es más probable que el gasto público para la educación llegue a los alumnos de los hogares más ricos tanto en los países de ingresos bajos como en los de ingresos medios.
La brecha es más pronunciada entre los países de ingresos bajos. Varios ejemplos muestran que los alumnos de los hogares más ricos se benefician de una financiación pública para la educación seis veces superior a la de los más pobres.
Según el informe, los niños que viven en la pobreza tienen menos probabilidades de acceder a la escuela y la abandonan antes. Además, los niños de los hogares pobres están menos representados en los niveles superiores de la enseñanza, que reciben una cantidad mucho mayor de fondos públicos per cápita para la educación. También tienen más probabilidades de vivir en zonas remotas y rurales que, por lo general, no cuentan con suficientes servicios y se encuentran en el extremo más desfavorecido de la brecha digital.
Incluso antes de la pandemia de covid-19, los sistemas educativos de todo el mundo no cumplían plenamente sus objetivos para con los niños, ya que cientos de millones de estudiantes asistían a la escuela, pero no dominaban las competencias básicas de lectura y matemáticas. Según estimaciones recientes, dos terceras partes de los niños de 10 años de todo el mundo no pueden leer ni comprender un cuento sencillo.
Según el informe, una medida fundamental para hacer frente a la crisis del aprendizaje es que los gobiernos proporcionen una financiación equitativa y den prioridad a los recursos destinados a la educación pública, entre otras cosas centrándose cada vez más en el aprendizaje básico. Esto supone garantizar que la financiación pública para la educación preescolar y primaria llegue a todos y prestar especial atención a los pobres y marginados en los niveles superiores de la enseñanza.
Algunas conclusiones
- En la última década, el gasto público en educación ha sido más equitativo en el 60% de los países sobre los que se dispone de datos.
- Sin embargo, casi el 30% de los países destinan menos del 15% de los recursos de la educación pública a los alumnos de los hogares más pobres. Entre los países de ingresos bajos, este porcentaje es alarmantemente elevado, ya que alcanza el 80% de los países.
- En 1 de cada 10 países, los alumnos de los hogares más ricos reciben cuatro o más veces los fondos del gasto público en educación, en comparación con los alumnos de los hogares más pobres.
- Los llamamientos en favor de la educación en situaciones de emergencia suelen recibir solo entre el 10% y el 30% de las cantidades necesarias, con importantes disparidades entre países y regiones.
Unicef insiste en que es necesario tomar medidas urgentes para garantizar que los recursos destinados a la educación lleguen a todos los alumnos.
En el informe se formulan cuatro recomendaciones fundamentales: desbloquear fondos públicos para la educación con el fin de promover la equidad; dar prioridad a la financiación pública del aprendizaje básico; monitorear y garantizar una asignación equitativa de la ayuda a la educación en contextos humanitarios y de desarrollo; e invertir en modalidades innovadoras para impartir educación.