«Una emboscada si es descubierta y propiamente contrarrestada,
pagará con intereses el mal pretendido».
Vegecio
Si algo está caracterizando al coronel psicópata últimamente ante su posible destitución o remoción es su desesperación por ocultar las huellas de la corrupción y en ese afán quita de en medio a quienes lo pueden dejar al descubierto. Y ¡horror! Hay gente que ni hubiéramos pensado que se le está aliando para que se mantenga atornillado cometiendo corrupción. ¡Es que rostros vemos, intenciones corruptas no sabemos!
Tan excepcional que es conseguir a un funcionario ético, lleno de honor, del sentido de responsabilidad y de respeto a las leyes, como lo es Barry, pero de estos hombres muy pocos hay, y al coronel psicópata no le agradó el hallazgo de un hombre de quien él hace impostura. Porque al coronel psicópata le gustaría tener la buena reputación que tiene Barry, por lo que finge ser un hombre honorable cuando es un fraude y deshonesto patán, ladrón de siete suelas.
Sabemos que el coronel psicópata es además un envidioso y él envidia de Barry su sentido de lo correcto, su sentido de la decencia. Pero el coronel no es que quiera ser correcto ni decente sino que se encabrita al encontrarse con personas que sí lo son. Su envidia insana consiste en que le enoja, lo llena de odio y de ira que otros sean decentes y honorables, cuando el sufre de una incapacidad moral para serlo. Por qué Barry no se quedó callado y no hizo caso omiso de la corrupción que yo lidero, dice el coronel psicópata. Porque es que el coronel psicópata es un idiota moral, su caja de valores es oscura, no entiende porque la gente actúa con corrección porque él está acostumbrado a actuar con corrupción. Su mente no alberga valores ni principios, el coronel psicópata no sabe concebir pensamientos honestos porque nunca se ha manejado con honestidad, por lo que es un ciego moral, un idiota moral que concibe las normas como hechas para los demás pero no para cumplirlas él.
Porque ya es vox populi, su conducta indecente e inmoral, porque es del conocimiento institucional como ha ensuciado e envilecido a la empresa, porque todos saben quién es el coronel psicópata, a medida que ya no puede ocultar su verdadera personalidad, sus mañas, vicios y deformaciones éticas y las peores malas costumbres; en ese despliegue por ocultar rastros está dejando mucha gente herida, lastimada y se está haciendo cada vez de más enemigos porque se siente seguro que sus valimientos serán eternos, sin percatarse que a cada cochino le llega su sábado y lo que hoy festeja con bravuconería, jactancia y prepotencia, mañana serán los episodios por los cuales se le hará preso, pues está dejando demasiados rastros de su actividad corrupta y delincuencial. Pero se siente confiando en que su maldad, sadismo, corrupción y un etcétera de vicios y parafilias en perjuicio de gente inocente quedarán sin castigo.
Barry fue formado con honor, viene de un hogar con principios y valores, no ha sido contaminado con el cartel como el que controla el coronel psicópata, pero en la institución constituía una amenaza a la seguridad de la red de corrupción y de malhechores de este maldito coronel que se ha enquistado en un organismo que no merece tanta pudrición como la que le ha colonizado este criminal lombrosiano.
Barry descubrió apenas uno solo de los múltiples eslabones de la red de corrupción del coronel psicópata y ello le reportó o le costó su cambio de sitio de trabajo, una humillación en su pundonor y la satisfacción demoníaca de Lesbia Carlota la funcionaria corrupta dedicada a la extorsión de los usuarios por orden y cuenta de este militar nunca más ascendido y que tributa los dólares a los intereses del grupúsculo del felón maldito.
Tuvo los cojones Barry de denunciar por la calle de en medio, pero le tendieron una emboscada porque el poder venenoso y corrupto del coronel psicópata se impuso. Este es un negocio ilícito aparte del que le lleva Ananás al psicópata junto con todos sus subordinados, es un negocio ilícito aparte del que lleva Isabel la barragana del psicópata en la oficina que ahora jefatura. Este es un negocio ilícito aparte del que llevan Sussana y su hermana, este es un negocio ilícito aparte del que llevan los obreros sinvergüenzas y sin amor propio, este es un negocio ilícito aparte del que lleva Chucho el apóstata hijo putativo del psicópata, este es un negocio aparte de todos los negocios ilícitos que se concretan en la institución intramuros y extramuros. No habría espacio en la dimensión de esta epístola por su número de caracteres para enumerar todos y cada uno de los negocios ilegales y de corrupción que se llevan a cabo en la institución por efecto de la mampara que les da el giro de la misión, la visión y el fin de la empresa que ha sodomizado el felón verde e idiota moral, el tío negro, el ladrón corrupto de la costa que ni el espíritu Santo quiso… Pero seguramente los pormenorizaremos en su tiempo, porque cada oficina y cada departamento tienen montada su propia choza de la corrupción y el coronel psicópata impulsa y resguarda su funcionamiento al margen de las leyes porque encontró la guarida perfecta para cometer delitos impunemente logrando ampararse en los monos voladores que son sus tenientes alcahuetas protectores.
Barry salió de la institución con la frente en alto por la satisfacción del deber cumplido, aunque la deshonestidad del coronel psicópata tentacularmente hizo de las suyas en la oficina de donde este intachable funcionario introdujo la denuncia en la que revela el modus operandi de Lesbia Carlota y de este militar corrupto que junto a su barragana Isabel, se han hecho de una fortuna en dólares extorsionando a los usuarios. Todos los días sistemáticamente bajo cualquier pretexto, amedrentamiento y de amenazas a que no coronarán sus aspiraciones dentro de la institución, Lesbia Carlota atraca de frente a cada usuario, despoja de dólares al instante a cada cual y cuando le viene caprichosamente en ganas eleva el monto de la vacuna para dejarlos estar en paz, una paz y tranquilidad que nunca llegan porque cada día son nuevas los antojadizas exigencias y corruptelas que hay que satisfacer al coronel psicópata y a Lesbia Carlota. No tienen vergüenza, ni tienen honor, malditos crápulas. Cara dura, delincuentes.
Barry detalló con lujo de detalles la forma y manera como Lesbia Carlota y el coronel psicópata se hacen de grandes sumas de dólares diariamente a costa de los usuarios que en razón de las circunstancias no les queda de otra que quedarse callados y entregar lo que se les demanda, porque las autoridades a quienes les compete poner en marcha los procedimientos para exigir las responsabilidades administrativas y penales, se hacen de la vista ciega y de los oídos sordos por lo dólares que el coronel psicópata les inyecta. Cuanta inmundicia pulula en la institución que parasita el coronel psicópata.
Como siempre los psicópatas atacan a las personas que no pueden defenderse o que se encuentran imposibilitados al momento de defenderse, esa es una estrategia maquiavélica de la triada oscura; pero olvidan estos seres de materia gris menguada, que en otros escenarios, en otra ocasión y en otros rostros podrán ver y sentir la justicia certera a favor de los que hoy han hecho sus víctimas. Porque la vida da muchas vueltas coronelito nunca más ascendido. Y los castigos hasta pueden ser infligidos a los inocentes.
En esa recogida por Lesbia Carlota únicamente por la mañana reporta miles de dólares a la corrupción exclusivamente por esa vía sin tomar en cuenta el resto de los negocios ilícitos del coronel psicópata dentro y fuera de la institución.
Como todo depredador, el coronel psicópata siempre tiende emboscadas a sus víctimas. Todo el tiempo urde la forma y manera de causarle daños de cualquier índole a gente inocente y desprevenida de que está tratando con un narcisista, que no tiene miramientos éticos ni morales. Se trata de un desalmado psicópata primario.
«La gente es cómo se comporta.
Si te comportas con deshonestidad eres deshonesto,
si te comportas como un psicópata eres un psicópata».
Crisanto Gregorio León
Crisanto Gregorio León