Los carteles de apoyo, las banderas de Serbia y los sonoros cánticos con el apodo de Novak Djokovic en la arena Rod Laver fueron el marco de su retorno al Abierto de Australia, un torneo en el que avasallado en el pasado reciente pero en el que no pudo competir hace un año.
Djokovic asintió a las expresiones de cariño al saludar con la mano izquierda al entrar a la cancha a las 10.30 de la noche del martes. Acto seguido, se puso a trabajar al ofrecer un magnífico despliegue de tenis y si acaso una leve molestia en un muslo izquierdo que tenía vendado.
Con sus padres y hermano en las gradas del Melbourne Park por primera vez desde que ganó su primer título de Grand Slam hace 15 años, Djokovic empezó el duelo de la primera ronda disparando un ace de 125 mph (201 kph). Se llevó el primer juego sin ceder puntos e inclinó el primer set a su favor con una seguidilla de 12 puntos rumbo a una victoria 6-3, 6-4, 6-0 sobre el español Roberto Carballés Baena, el 75to del ranking que acabó pasada la medianoche.
“Un ambiente increíble. Muchísimas gracias por haberse quedado tan tarde, a todos. También gracias por darme una bienvenida tan cálida, ni en mis sueños me lo hubiera imaginado», dijo Djokovic al dirigirse al público al ser entrevistado a pie de cancha. “Me siento muy feliz estar de vuelta en Australia y en la cancha donde he tenido el mayor éxito en mi carrera”
La participación de Djokovic es quizás uno de los temas más hablados, quizás el principal en el primer Grand Slam de 2023. Ello obedece a que el astro serbio no pudo disputar un solo punto la pasada temporada en el escenario donde ha conquistado nueve de sus coronas en las grandes citas, luego que le cancelaron la visa y fuera deportado de Australia al cabo de una saga legal por no haberse vacunado contra el COVID-19.
Nunca se vacunó y también se perdió el US Open por ello. Pero el gobierno de Australia relajó las restricciones por la pandemia, lo que permitió que Djokovic pudiera volver al país, eliminando la norma que le hubiera impedido ingresar por tres años tras la revocación de la visa.
Djokovic ha insistido que lo ocurrido en enero de 2022 le afectó mucho, pero que no guarda resentimientos. Y el martes se pudo palpar que los australianos no le guardan ningún tipo de antipatía.
Al evaluar su nivel de juego, Djokovic mencionó que pasó por “altibajos” en el segundo set pero que no le dio “oportunidad de respirar” a su rival. En cuanto a la molestia muscular, reconoció que afrontó el partido con recelo, pero que al final “la pierna se encuentra bien”.
“No es lo ideal, pero está cerca (de recuperarse del todo”, añadió.
No fue el mejor Djokovic y no ocultó cierta frustración al inicio del duelo al mirar al palco donde se encontraba su entrenador Goran Ivanisevic y el resto de su séquito. Pero Djokovic no necesita estar a tope. Rindió el mejor tenis posible para dar el primer paso en busca de su 22do título de Grand Slam para igualar a Rafael Nadal en la tabla histórica del tenis masculino.
Djokovic, el jugador con más semanas en la cima del ranking de la ATP, también podría recuperar ese sitial en las próximas dos semanas. El actual número uno, Carlos Alcaraz, se bajó del Abierto de Australia por una lesión en la pierna.