《El lugar que amamos, ése es nuesto hogar; un hogar que nuestros pies pueden abandonar, pero no nuestros corazones》
Oliver Wendell Holmes
《Es mejor escribir para sí mismo y no encontrar público qué escribir para el público y no encontrarse a sí mismo》
Ciryll Connelly
《No hay filosofía más aborrecible para la iglesia qué el ser humano》
James Joyce
《De jóvenes aprendemos de adultos comprendemos》
Anónimo
《La ira justificada es peligrosa pues la dejamos llegar muy lejos》
Mom
《Si te equivocas, admítelo》
Regla 45
Cualquier proyecto viable requiere de reglamento y las reglas son los ladrillos de la acción emprendida sea social, material o creativa.
La acción más compleja inventada por la naturaleza del humano siempre será la de la idea y el pensamiento. Nada más temible que la era del pensamiento que desde siempre enfrentamos. Implica: sociedad, compañía, negocio, industria, comercio, operación, tarea, iniciativa, trabajo, proyecto, acción, designio, plan y firma.
A mi humilde parecer la firma alude a la palabra verificable. Para los nipones, la firma alude a la palabra. Y la palabra es sagrada. Por eso existe el sepuku o la autoinmolación. Así de santificada es la palabra empeñada al punto de valer la vida su incumplimiento.
Todo esto me recuerda una máxima de Sidarta Gautama Buda que asegura que las grandes cosas crecen en silencio. La palabra hace crecer la madurez inmersa, verbo y gracia, la trascendencia desde el silencio íntimo.
Por eso los pasajes del crecimiento más significativos quedaron en la memoria e incluso, en el soma. De papá recuerdo como amar puede estallar en cólera. Papá era una persona querida en la urbe donde vivíamos pero no se le aguaba el ojo para molestarse.
Los Palos Grandes era de las pocas urbes caraqueñas que tenían una rítmica liviana, diría que hasta apacible, sobre todo en la época de los 60 aquella donde el terremoto del 1967 (si mal no recuerdo) estalló sobre la capital. A mi me encontró en el Hotel el Tama en San Cristóbal, capital del Edo. Táchira. Me asusté tanto que a mis 10 años de edad el rugir del sismo me hizo colocar mi cabeza sobre la almohada pues crei que se trataba de Godzilla (true story). El encargado de cuidarme mientras papá estaba en la capital, el Maitre de hotel un sueco de nombre Bertensen Hansen no me permitió parar de la cama. Luego me enteré que el sueco sobrevivió el seísmo Chileno el más fuerte registro sísmico de la historia en la escala de Richter.
El recuerdo de las cosas pasadas no es necesariamente el recuerdo de las cosas como ocurrieron, escribió con mucha puntería Marcel Proust. Por eso Godzilla rugió en el pabellón de la oreja y jamás sentí tanto miedo al punto que crei que era mi fin.
Por suerte aquí estoy todavía oyendo el sonido del recuerdo el más sonoro de todos los silencios. Aquellos que solo escuchan niños, místicos y uno que otro poeta maldito.
Cuando era joven podía recordar cualquier cosa, hubiera sucedido o no escribio Mark Twain, creo que ese es mi caso. El polvo huele a hollín. Y tengo que cumplir promesas y tanto que correr antes de ir a dormir. Pero el pasado no se cura decía la Reina Isabel. Tal vez tampoco el presente.
Así que papá tenía su mundo puesto en la introspección más apretada. Toda su preocupación se le iba en mantenernos y eso nunca la tuvo fácil. Papá era un autodidacta que no había ido más allá del 6to grado para trabajar y mantener a sus hermanos y madre cuando el abuelo Nicolás murió estando en su tierra natal luego de viajar a regular un problema de heredad con sus hermanos.
La muerte del abuelo dejó a papá al frente del hogar y mi padre asumió las riendas, tanto que sus tres hermanos tuvieron vida propia. Américo el hermano menor se graduó con méritos de Arquitecto en la UCV, Tere su hermana mayor se casó con el Tcnel. y tuvo siete (7) hijos y Venecia la pequeña (nombre original de Venezuela) casó con Zio Antonio que sufría (y murió de) mal de Parkinson. La mayoría coincidió en que fue un santo no por su carácter dócil y afable sino por soportar a Venecia, todo un volcán en erupción, pero no por ello menos amorosa.
Papá había logrado sacar de la oscuridad a la familia y de alguna forma descuidó su crecimiento académico pero no profesional.
Peppino conoció a Carmen (mamá) siendo profesor de caligrafía en Villa de Cura. Mamá era apenas una niña pero papá en el acto se enamoro perdidamente de su futura esposa. Carmen no pudo ser mejor esposa y mamá. Y Peppino no pudo ser mejor esposo a pesar del carácter difícil que le quedó de una niñez que nunca tuvo.
Luego del fugaz noviazgo, la pareja se casó y tuvieron sus dos primeros hijos: Charlie y Nell mientras papá era nombrado (con apoyo del Tcnel en época de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez el presidente mas joven de la historia de Venezuela) presidente de la Línea Aereopostal de Venezuela, en la capital Italiana, Roma, donde naci, el tercer y último vástago de Carmen y José. Como nota curiosa, fui bautizado por el Papa Pío-XII en la plaza San Marco del Vaticano en esos bautizos comunitarios.
- Las reglas de Peppino
Papá nunca supo que la ira justificada era muy peligrosa porque cualquiera la puede llevar demasiado lejos. Tampoco supo que la vida no está obligada a darnos nada. Pero papá tenía sus reglas intrínsecas las que no numeré pero a mi se me ocurrió hacerlo. Y no eran secuenciales.
Que recuerde tenía varias reglas que observé de su proceder. Las enumeré las reglas 51, 45, 39, 36, 1..lo arbitrario era solo referencial y no como ya dije, secuencial.
La regla 51 es graciosa porque alude a al tipo pesado, huraño, amargado per sé. En criollo rajao decimos cara’e rabo. Dice… si intuyes que alguno está jodiendo, lo está. Quedó claro la desconfianza a priori y precautoria de Peppino.
Las reglas # 45-46 iban juntas pero no revueltas. Se trata de la capacidad de aceptación. Papá si algo sabía, y mamá se lo había inculcado a rajatabla, era que la perfección (o lo pergecto) es enemigo de lo bueno, no así, lo perfectible. La 45 explica…a veces te equivicas y la 46, si te equivocas, acéptalo y actúa consecuente. La regla #34 tiene un toque científico. Explica contundente, no existen coincidencias.
Luego al final viene la regla # 1, la más conspicua de todo el reglamento. Era la regla policiaca de papá Peppino Jamás confíes en un sospechoso.
Hoy es un hecho notorio que las reglas de Peppino y las normas ISO de mamá fueron un combo exitoso amén de las fallas que todo sistema perfectible.
Finalmente estoy con papá en el pantry de la cocina. Peppino trajo los croissants de hojaldre y todos desayunabamos alegres sin saber que los finales felices no existen, pero el amor sí, más allá de sobrevivir en tiempos del cólera.
Nota del autor: La muerte no tiene regla. Tal vez deba enumerarse como la regla cero. O mejor la regla cero zurdo, es decir, la regla cero a la izquierda o cero chavismo. En días donde la regla zurda aparece alguien deja este mundo sin aviso ni protesto. Hoy la hija de un amigo querido (casi un hijo) perdió a su hija menor de 4 años. No supe como consolarlo.o.consolarme. Algo terrible pocas veces puede sentirse en cabeza ajena. Recuetdo la expresión de John F. Kennedy… cuando se muere un niño, ya nada será igual. Pero la que más me hace temblar es la de Orson Welles: Nacemos solos, Vivimos solos, Morimos solos. Al final todos quieren ir al cielo peto nadie quiere morir y como suele suceder el dolor es la fuerza que envuelve el entendimiento. (Gibran Hali).
MAFC