Cuando faltan solo horas para dar inicio con la Procesión 165 de la Divina Pastora a la ciudad de Barquisimeto, todos los preparativos por parte de la Iglesia Católica están en su etapa cúlmine, lo que genera ilusión, emoción y esperanza por parte de todos los feligreses, quienes tienen dos años esperando volver a compartir con la Virgen en su recorrido desde Santa Rosa hasta la ciudad capital del estado Lara.
Monseñor Víctor Hugo Basabe, Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Barquisimeto conversó con El Impulso y describió toda la alegría que se percibe en la población larense por saber que volverán a caminar con la Pastora de Almas. «Venimos de dos años donde no pudimos estar con la Virgen, pero ahora, Santa Rosa ha estado repleta de personas expresando su devoción«, comentó Basabe.
La autoridad de la iglesia católica en Barquisimeto mencionó que lo que genera la Divina Pastora en los larenses es indescriptible, ya que los devotos entregan su tiempo a visitar el pueblo de Santa Rosa desde los días previos a la procesión, lo que significa que la Virgen obra desde los corazones de todos los devotos.
«Recuerdo cuando en el año 2021 venía en camino a Santa Rosa para participar en la Eucaristía en el día de la Divina Pastora a puertas cerradas (…) pero ahora es totalmente diferente, todos aprovechan que se volvieron a abrir las puertas del templo para todos», agregó.
Monseñor aprovechó la oportunidad para hablar de la gran cantidad de migrantes venezolanos, quienes tuvieron que partir del país por distintos problemas que evidenciaban en Venezuela. A ellos los recordó y los instó a mantener firme su devoción y fe a la Divina Pastora: «Llevan a la Virgen en sus corazones y donde sea que estén, también están con nosotros«, recalcó.
Entre los mensajes de esperanza que emitió Monseñor Víctor Hugo Basabe a El Impulso tuvo que ver con lo que genera la Divina Pastora en los larenses, pues recalcó que muchas personas no tienen una devoción firme a la fe mariana, pero cuando llega el día de la Pastora de Alma, toca sus corazones y enamora a «propios extraños».
De hecho, Monseñor dijo que «la Divina Pastora está en el ADN del larense«, lo que significa que la fe mariana forma parte de la formación de la población.
