En la fecha actual se reviven elementos distintivos sociológicos enmarcados en la conexión con lo trascendental y la ciudad de Barquisimeto es el epicentro para una cita religiosa muy importante en Venezuela, la cual permite visualizar cómo se unen todas las instituciones del sistema político para qué los ciudadanos puedan experimentar en su intimidad un vínculo superior; donde revivan sus sentimientos por el terruño y todo lo que los define como individuos. Porque nuestra sociedad posee sus propias pautas, las mismas son simbólicas y permiten distinguir los ciclos que comienzan, donde se devela cuán fuerte está el país cuyo rumbo cambió en forma contundente.
De igual forma, la ciudad se prepara para mostrarle al mundo sus buenas costumbres, así como también que los larenses han podido prevalecer ante las dificultades y hoy pueden erguir sus cabezas frente a la orfandad de un gobierno que solo recauda impuestos, y no cumple con sus atribuciones formales. La ciudadanía demostrará una vez más como el arraigo se impone y permite transformar en forma de valores los espacios públicos, que serán reclamados por las tradiciones y buenas costumbres en la fecha donde el gentilicio local se verá derramado bajo su mejor expresión.
Por otra parte, muchos feligreses de seguro van a renovar sus esperanzas en un mañana mejor porque la quietud del ahora no complace a nadie. El avance de la economía terciaria proviene del accionar empresarial, cuando éste niega la desesperanza y hace a un lado los argumentos provenientes de la narrativa política, lo que le permite la creación de empresas para satisfacer necesidades. Aquí no existe ya espacio para los cuentos mágicos, la realidad se vive y se percibe con todos los sentidos; el valor de los errores hoy se cancela en dólares por esa razón los empleados de la nómina pública no pueden dejar sus reclamos, están obligados a renovar las consignas que van a esgrimir ante la desidia gubernamental en los días venideros, porque este año se enrumba Venezuela hacia una mudanza de paradigma en pro del progreso verdadero.
En resumen, la ciudadanía reclama bajo todas sus expresiones sociales estabilidad porque entiende que “al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios” como algo perentorio que en un sistema que politiza todos los aspectos de la vida privada parece cuestionado, pero que aquí siempre pudo existir y se hace imperante su retorno; el Estado debe velar por el bien colectivo no puede ser un andamiaje para el control que solo represente cálculos para el poder político, ya será visible en un río humano de feligreses como el país aspira el retorno a la normalidad porque la identidad social apegada a la democracia tarde o temprano triunfará.
Finalmente, la providencia divina nos dará un respiro necesario ante los retos que el nuevo calendario nos presenta, porque la renovación unido a lo trascendental marcará el inicio de los ciclos a superar para el año en curso, donde la ciudadanía saldrá a construir el país que todos soñamos al aportar una porción de su tiempo en lo público que es donde todos hacemos vecindad.
Eduin Adjunta
@adjunta90