Comuna 13 de Medellín: Cultura que derrota la violencia #11Ene

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Por: Violeta Villar / www.lawebdelasalud.com

La causa de los convencidos del poder sanador de la cultura, tiene testimonio de fe y esperanza en la ruta artística de Comuna 13, sembrada de murales, de galerías comunitarias y música. Un ejemplo para el mundo del poder transformador de los sueños

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Medellín “transita” entre la autopista aérea del metrocable y su red de metro ferroviario, además de autobuses tradicionales que ponen a andar a la segunda ciudad más poblada de Colombia, después de Bogotá.

Metrocable: la ciudad que transita en el aire

Medellín también se levanta sobre los 1,300 metros sobre el nivel del mar y parte de su paisaje son montañas pobladas de distritos o comunas, de ellas, la más famosa, Comuna 13, antiguo territorio de guerras declaradas cuya paz fue posible por la música, la pintura, la literatura…. la suma, en sí, de otra dimensión de la vida: la llamamos cultura y, en este caso, de la transformación impulsada por el esfuerzo de los creadores locales.

Vista de Comuna 13 desde una casa-taller cultural

Jonathan Stiven Arroyo, a quien todos conocen como Tatam, forma parte del colectivo Casa Kolacho cuya propuesta de Graffitour o recorrido histórico y cultural por la Comuna 13 de Medellín, conecta esta historia de paz con el hip hop y narra cómo la libre elección fue capaz de cambiar la oscuridad de la guerra por los colores de otra oportunidad.

Tatam detiene el autobús para iniciar el viaje a la experiencia de Comuna 13, mientras el “techo” cercano de la ciudad que circula en el aire vuelve inevitable mirar.

Tatam, en el autobús, desde Casa Kolacho y rumbo a la entrada de Comuna 13

“Tres advertencias” dice Tatam y, ante esas “tres” que recita en pausas prolongadas, el grupo de turistas contiene la respiración imaginando que en algún momento dirá palabras temidas.

La primera advertencia: Cuidado con los perros, que son de bien, pero pueden morder.

El grupo imagina. Calla y otorga temores. “Pueden quedarse sin memoria en el celular de tantas fotografías”, expresa con rigurosa seriedad Tatam al describir la segunda advertencia.

“A la tercera va la vencida”, cabría pensar. Y suelta Tatam desde el exhorto cómplice: Caminen por Comuna 13 con familiaridad.

Cuidado con los perros, con quedarse sin memoria en cámaras o celular y un llamado a disfrutar con fraternidad son tres recomendaciones que en nada hablan de peligro, miedo o inseguridad.

Es la bienvenida a Comuna 13. A territorio de paz.

Una vereda estrecha, con banderas que cuelgan sus colores, abre el camino del grupo que desciende del autobús y sigue en orden perfecto a Tatam, militante de la otra patria llamada hip hop que es también una manera de soñar con un futuro mejor.

Entrada a Comuna 13. Las banderas dan la bienvenida a los turistas de todas partes del mundo

Escalones hacia la cultura

El ascenso por las calles estrechas pobladas de casas-galerías, casas-restaurantes y miradores naturales encuentra al visitante con un paisaje urbano e historia contada.

Comuna 13 reúne galerías que muestran el talento local

La parada inevitable conduce a la paleta casera de mango verde y a la tertulia cotidiana.

No lejos del lugar, el sistema de escaleras eléctricas asombra como una novedad en medio de la sencillez urbana del conjunto de la comuna.

Yoni Alexander Rendón, en el libro Comuna 13 (el arte y la cultura como medio de transformación social), con prólogo de J. Balvin, cuenta que fue el lunes 26 de diciembre de 2011 cuando Alonso Salazar, alcalde de Medellín, inauguró una iniciativa pionera: escaleras eléctricas utilizadas como medio de transporte en el barrio, proyecto que ha acompañado, entre otras, el título de ciudad innovadora que se ganó la ciudad.

Esta innovación le ahorra 350 escalones de cemento a los habitantes del sector y, por tanto, cierra brechas laborales y escolares.

En el ascenso los pasos se consiguen con el tobogán en homenaje a Sergio Céspedes Serna, un niño a quien la violencia le arrebató la vida antes que la paz llegara a Comuna 13.

La comunidad pensó en honrar su memoria con un monumento tradicional. Los padres prefirieron un tobogán para que otros niños jugaran y en su alegría se multiplicara la vida que en mala hora perdió Sergio Céspedes.

Desde el tobogán sinuoso la Comuna 13 es una algarabía de colores y sonidos.

Pero no siempre fue así.

En el texto Casa Kolacho: Narrativas transmedia de participación ciudadana en la comuna 13 de Medellín, Colombia, sus autoras, Laura Rojas De Francisco y Diana Henao Rengifo (*) recuerdan la fractura social que trajo consigo la violencia en esta comuna que alberga al 5.5% del total de la población de Medellín, cerca de 140,000 personas:

“En la década de los noventa, se vivió una dinámica conocida como sicariato (Montoya Prada, 2009) que frente a la ausencia del Estado y la falta de atención al conflicto, propiciaba prácticas delictivas y fue combatida por las milicias urbanas (Bedoya, 2010). Esto llevó a operaciones militares dentro de las cuales destacaba la denominada Operación Orión, porque implicó unos costos sociales asociados a la vida diaria de los jóvenes del barrio y gran parte de la ciudadanía (Ramírez, 2008; Medina, Posso y Tamayo, 2011)”.

La Operación Orión, citan las investigadoras, fue definida por la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación como “la acción armada de mayor envergadura realizada en un territorio urbano a raíz del conflicto armado en Colombia”.

En la memoria colectiva de Comuna 13 quedaron grabadas para siempre las escenas violentas de dos meses de incursión en la comunidad por parte de las fuerzas de seguridad del Estado.

La guerra nunca logró traer la paz.

Laura Rojas De Francisco y Diana Henao Rengifo describen que luego las milicias fueron reemplazadas por el Bloque Cacique Nutibara, un grupo paramilitar al cual se le atribuyen desapariciones forzadas.

En este contexto, describen, el colectivo Casa Kolacho decide crear procesos comunitarios y artísticos para enfrentar la violencia que habían vivido muy de cerca con el asesinato del líder comunitario Héctor Pacheco “Kolacho”, “por hablar de paz en tiempos de guerra”.

La causa de Kolacho y de otros creadores culturales convencidos del poder sanador de la cultura, tiene testimonio de fe y esperanza en esta ruta cultural, sembrada de murales, de galerías comunitarias, de representaciones artísticas o catas de café.

¿Qué es el Hip-Hop? ()

“El Hip-Hop como movimiento cultural surge en Estados Unidos en los años 70 en barrios populares de Nueva York, habitados por minorías e inmigrantes. Sirvió como herramienta de expresión, denuncia y movilización social contra la violencia, la pobreza y el racismo. (…) Son tres los componentes del Hip-Hop (Garofalo, 2008, citado por Laura Rojas De Francisco y Diana Henao Rengifo en Casa Kolacho: Narrativas transmedia de participación ciudadana en la comuna 13 de Medellín, Colombia) El rap: canción hablada, monólogo o diálogo entre raperos El break dance o baile Graffiti: representación gráfica del Hip-Hop Los Dj’complementan () En el texto Casa Kolacho: Narrativas transmedia de participación ciudadana en la comuna 13 de Medellín, Colombia, sus autoras, Laura Rojas De Francisco y Diana Henao Rengifo

Tatam destaca que “llegar primero que la delincuencia” a los jóvenes ha sido un esfuerzo colectivo que se acompaña con iniciativas poderosas como contar con la Ciudadela Universitaria del Occidente que acerca la educación.

Rendón cita en su libro Comuna 13 que otros actores como la Asociación Cristiana de Jóvenes (ACJ), conocida en inglés y de manera global por sus siglas YMCA, “también sirvió de apoyo a los jóvenes que le querían apostar a la paz”.

ACJ-YMCA impulsará junto con los artistas del hip-hop el concierto anual, Revolución sin muertos, en protesta por el conflicto armado.

Este tipo de iniciativas fortalecerá a los movimientos culturales.

“La violencia no nos vence”, será frase repetida sin cansancio y con una misma convicción: convertir a Comuna 13 en territorio de paz y en memoria de un país.

Cada quien hace lo suyo: desde el rap, el break dance, el graffiti o emprendimientos como la galería de Ana María Portilla y Violeta Moreno o Manuela Córdoba con sus catas de café.

Galería a cielo abierto
El recorrido por Comuna 13 se acompaña de una galería a cielo abierto, gracias a las propuestas plásticas de varios artistas, entre otros:
Yesgraff
Fateone96
Chota13
Apolo mde
Setafuerte
Angiie _artist
Keremcreations
YorchArt
Jomag Art
Bichotdr
Perrograff

En el libro Comuna 13 (el arte y la cultura como medio de transformación social),

La tercera recomendación de Tatam se disfruta sin límites: recorrer la Comuna 13 como quien está en casa.

Luego, cada quien contará su historia y aquello que más le impresionó mientras se desanda camino y quedan atrás los murales multicolores, la última paleta de mango, los cuadros de la galería que luego habitarán en otras paredes.

Destino parada y Casa Kolacho para cerrar el círculo de una historia que tuvo final feliz.

Ojalá que en otros territorios, en algún lugar del mundo, también la paz, gracias a la cultura, gane la batalla que la guerra declara.

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