En comparación con el 2021, el año que finalizó el sábado pasado fue positivo porque en el anterior tuvimos que sufrir los rigores ocasionados por la pandemia del virus COVID-19, el cual obligó a mantenernos encerrados, declaró Pablo José Chirinos.
El presidente de Fedecámaras-Lara dijo a El Impulso que apenas se pudo trabajar los meses de noviembre y diciembre del 2021 porque el resto del año hubo restricciones.
Lo que sí nos perjudicó el año pasado fue la inflación, la cual fue muy alta; la devaluación de la moneda, en lo que corresponde a las causas internas, y ya en el plano externo, la inflación que hay en el mundo, que afectó a Venezuela, ya que dependemos mucho de las importaciones de materia terminada y de materia prima.
Cabe señalar asimismo que el Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras, que comenzó a ser aplicado a finales de marzo del año pasado, contribuyó a incrementar la inflación, que como ya señalaba es muy alta.
Para el licenciado Chirinos, hubo un crecimiento en el sector de alimentos y en el farmacéutico; pero, los más afectados fueron el sector automotriz, a nivel de ensamblaje y el de la construcción. Éste, en Lara, estuvo casi paralizado.
Si tomamos en cuenta los indicadores que han venido haciendo los especialistas en economía, este 2023 será positivo porque avizoran un repunte en diversas actividades, manifestó el dirigente gremial.
En este sentido podría haber una mejoría en los ingresos petroleros, si como se ha anunciado Chevron, que tiene licencia de los Estados Unidos para operar sin dificultades, exporta el crudo al norte.
Igualmente se están liberando 3.500 millones de dólares como resultado de los convenios políticos, para hacer inversiones tanto en el sector eléctrico como en la salud, ya que en estos dos servicios se han venido agravando los problemas en todo el país.
Hay otros mil millones que se liberaron con el fin de utilizarlos en el sector educativo, indicó. Este programa comenzó el año pasado en once estados y esperamos que se extienda al resto del país. Y lo importante es que las compras se van a hacer en Venezuela y ya no se van a realizar más compras de alimentos importados, lo que podría estimular al sector nacional en este renglón.
Considera Chirinos que abrir las fronteras con Colombia y Brasil es un buen síntoma para recuperar la economía en poblaciones venezolanas, pero aún faltan por ser firmados los acuerdos de complementaridad.
En ese aspecto, como se espera, participarán las cámaras de comercio de los países involucrados en lo que respecta a la importación y exportación de productos.
En primer momento se favorecería Colombia, pero luego los dos países, porque se impedirá el contrabando porque habrá actividad formal.
Se espera también que en el primer trimestre de año se abran las fronteras de las islas ABC de los países bajos, es decir, Aruba, Bonaire y Curazao, resaltó. Porque nosotros estamos en capacidad de suministrarles carnes y alimentos.
El hecho de abrir las fronteras generará puestos de trabajo y generara intercambio comercial importante, subrayó. Pienso que esto ayudará a que se reconstruya un salario mínimo igual a los países fronterizos y, entonces, ese salario nuevo ofrecería mejores condiciones de vida y evitaría que los trabajadores se sigan yendo.
