Fue entre la aridez terrosa de las planicies del municipio Torres, entre los cardonales de Carora, su capital que, don Federico Carmona, imaginó e hizo realidad la maravillosa idea de fundar a…
“EL IMPULSO.”
El diario en circulación (hoy en formato digital) más antiguo de Venezuela.
Fue el 1° de enero de 1904 cuando el origen de una dinastía periodística hizo realidad lo que podríamos denominar un panfleto que, desde su aparición ha estado informando y formando, en un principio a los habitantes de la región y ahora digitalizado… al mundo. Cumpliendo así con el cometido y la visión de don Federico Carmona, desde los años de la Venezuela rural, a principios del siglo XX.
De la imprenta Torres que funcionaba en la misma casa de habitación de don Federico Carmona, fusionada con la Imprenta Sucre propiedad de don Rafael Losada, salió la edición de dos hojitas de 22 centímetros de ancho por 31 centímetros de alto que fue repartido a lomo e’ mula por diferentes parajes del estado Lara, ante la necesidad de crear un periódico que narrara los acontecimientos más relevantes del acontecer diario.
En su primera impresión EL IMPULSO reseña el descubrimiento de:
“LA CURA CONTRA LA TUBERCULOSIS EN LOS HUESOS, ESPECIALMENTE, EN NIÑOS, Y LA AMENAZA QUE REPRESENTAN LAS GARRAPATAS.”
En la Venezuela, donde apenas el 10% de su población sabía leer, fuimos muchos los larenses que aprendimos en él, haciendo de su papel lo que denominábamos “El libro Primario.”
El proyecto de edición impresa de EL IMPULSO soportó el avance insurreccional de las tropas de Cipriano Castro el 23 de mayo de 1899 contra el presidente Ignacio Andrade, derrocado poco después y ascendiendo Castro a la primera magistratura tras una elección. Sobre-existió dos Guerras Mundiales, a las tiranías de los sátrapas Juan Vicente Gómez y Marcos Perez Jiménez, clausuras y cárcel, a los ataques fortuitos de algunos políticos que no supieron valorar a la libertad en democracia y nos condujeron a la situación actual, manipulando la ignorancia, las ansias de poder y a los intereses personalistas, hambreados de pretensiones de riqueza fácil, corruptos insaciables que han asaltado al erario público.
Salvador Macías, uno de nuestros más sobresalientes cronistas, apunta desposeído de lisonjas, que don Federico “fue quizás, el periodista más popular y destacado de su época en Carora y unas cuantas millas a la redonda. Fue el que más renombre conquistó en su tiempo”.
Esta apreciación de Macías, es coincidente con otros cronistas y viajeros que conocieron en persona la determinación y el entusiasmo de don Federico y su magna empresa de buena tinta y de impoluto papel.
“Vivir del periodismo y para el periodismo”, destaca Macías, en referencia al modo de existir de don Federico, en una de sus crónicas, publicadas en varios medios impresos de Barquisimeto.
“Él, junto a su esposa doña Francisca Figueroa, y hermanos, avizoró un rumbo para el impreso, trasladándose luego de un tiempo, para la ciudad capital” (Barquisimeto), idea que alimentaron en incontables conversaciones a la luz de las velas y largas horas de cavilación.
Inalterable, justo, incorruptible, se ha mantenido EL IMPULSO ante el asedio de gobiernos de turno.
¿Quién puede negar que EL IMPULSO ha sido la voz de quienes no son escuchados?
¡LA VOZ … de quienes han sido callados!
Aunque no pudo sortear el monopolio que se ejerce con el papel, EL IMPULSO sigue siendo un connotado defensor de las libertades públicas e individuales. Su línea editorial se ha planteado desde su génesis, presenciar y reseñar pequeños y grandes acontecimientos, siempre comprometido con “el brillo de las libertades”.
Fuente: Luis Alberto Perozo Padua
EL IMPULSO sigue comprometido con el periodismo valiente, oportuno y veraz, con aquellos valores que defienden la democracia y nos identifican como venezolanos.
Sin desviarse del sendero de la tradición, el profesionalismo, la vocación y mística de trabajo para retratar la magnitud de los hechos noticiosos que se viven en nuestro país, es por ello que ha logrado ser una universidad en el post-grado de la difícil profesión del periodismo.
Para un mensaje de felicitación no son cortas mis palabras, pero son muy pocas ante el agradecimiento eterno que sobre la Junta Directiva y de todo el personal tengo a través de más de cincuenta años de apoyo altruistamente incondicional.
Vaya entonces mi deseo porque Dios Todopoderoso haga realidad los anhelos de la dinastía Carmona, de Carlos Eduardo, Juancho y Gisela, de la Junta Directiva y de todo su personal…
“Amor, paz y armonía… por siempre.”
Maximiliano Pérez Apóstol