#OPINIÓN Red de Instituciones Larenses: ¡Navidad! #21Dic

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La Navidad (en latín Nativitas, “nacimiento”) es una de las festividades más importantes del cristianismo, junto con la Pascua de resurrección y Pentecostés. Esta solemnidad, que conmemora el nacimiento de Jesucristo en Belén, se celebra el 25 de diciembre en la Iglesia católica, en la Iglesia anglicana, en algunas comunidades protestantes y en la mayoría de las Iglesias ortodoxas. En algunas de estas tradiciones también el 24, la Nochebuena (en inglés, Christmas Eve; en alemán, Heiligabend o Heiliger Abend) y el 26 (Second day of Christmaszweiter Weihnachtsfeiertag o Stephanstag) son partes importantes de la fiesta de Navidad.

En cambio, se festeja el 6 de enero o el 7 de enero en otras Iglesias ortodoxas como la Iglesia ortodoxa rusa o la Iglesia ortodoxa de Jerusalén (6 de enero) o la Iglesia ortodoxa de Ucrania (7 de enero), instituciones que no aceptaron la reforma hecha al calendario juliano para pasar al calendario conocido como gregoriano, nombre derivado de su reformador, el papa Gregorio XIII. El 25 de diciembre es un día festivo en muchos países celebrado por millones de personas en todo el mundo y también por un gran número de no cristianos. 

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Los angloparlantes utilizan el término Christmas, cuyo significado es “misa (mass) de Cristo”. En algunas lenguas germánicas, como el alemán, la fiesta se denomina Weihnachten, que significa “noche(s) consagrada(s)”. Las fiestas de la Navidad se proponen, como su nombre indica, celebrar la Natividad (es decir, el nacimiento) de Jesús de Nazaret.

La Navidad inicia un tiempo litúrgico llamado tiempo de Navidad, que finaliza con la solemnidad del Bautismo del Señor. Coloquialmente, al periodo que comienza con la Navidad y finaliza con la Epifanía del Señor también se le conoce como pascuas

Existen varias teorías sobre cómo se llegó a celebrar la Navidad el 25 de diciembre, que surgen desde diversos modos de indagar, según algunos datos conocidos, en qué fecha habría nacido Jesús.

Los orígenes pueden variar de acuerdo a la festividad. Aunque la fecha exacta del nacimiento de Jesús de Nazaret no se encuentra registrada ni en el Antiguo Testamento ni el Nuevo Testamento (Biblia), el 25 de diciembre ha sido significativo en los pueblos de la antigüedad que celebraban durante el solsticio del invierno en el hemisferio norte (desde el 21 de diciembre). La adopción de esa fecha se realizó siglos después, empezando por el testimonio de Sexto Julio Africano en el año 221 acerca de la fecha de nacimiento en Judea y el calendario litúrgico filocaliano de 354 después de Cristo.

San Lucas el Evangelista dice que la Anunciación del arcángel San Gabriel a la Virgen María sucedió seis meses después de la concepción de Juan el Bautista (Lc, 1, 26). Las liturgias orientales y occidentales concuerdan en la identificación de esta fecha con el 31 del mes de adar, que corresponde a nuestro 25 de marzo, fecha en la que la Iglesia celebra la Anunciación y la concepción de Jesús. La fecha del nacimiento, por tanto, debería ser situada 9 meses después, es decir el 25 de diciembre. 

Algunos han objetado que no pudo nacer en diciembre, ya que el Evangelio de San Lucas se habla de unos pastores que pasaban la noche al raso, lo que indicaría que no es una época invernal. Sin embargo, la respuesta estaría en las normas de pureza del judaísmo. Los rebaños de ovejas se diferenciaban en tres tipos: los compuestos solo de ovejas de lana blanca, consideradas puras y que después de pastar volvían a entrar en el redil en el centro de las poblaciones; las compuestas por ovejas de lana en parte blanca y en parte negra, que por la tarde entraban en rediles dispuestos a las afueras de las poblaciones; y las ovejas de lana negra, consideradas impuras, que no podían entrar ni en las ciudades ni en los rediles, debiendo permanecer a la intemperie con sus pastores en cualquier periodo del año. El Evangelio también dice que los pastores hacían turnos de guardia, lo que indicaría una noche larga y fría, lo que encaja con un contexto inverno.

Fuente: Wikipedia.

Supongo que viviendo la realidad en la cual sobrevivimos los venezolanos, sea difícil para los integrantes de la Red de Instituciones Larenses pasar o, desear una feliz navidad a las familias y a los amigos pues, la gran mayoría de las familias criollas están desmembradamente esparcidas por el mundo, como consecuencia de la diáspora infame que destruye la base de la sociedad.

Estruja el corazón aquella vieja canción que popularizó Luis Aguilé…

¡VEN A MI CASA ESTA NAVIDAD!

Desde lo más profundo de mis sentimientos, a los miembros de la Red, a la Junta Directiva y a todo el personal de “El Impulso,” a todos los venezolanos, especialmente a los que están fuera de las fronteras de esta mi única y amada patria, y a todos los seres humanos de buena voluntad, en oración y en un gran abrazo, muchísimo más grande que la distancia que nos separa y más fuerte, inmensamente más fuerte que el sentimiento que nos une, les llegue el inmenso deseo porque tengan un corazón pleno de…

Paz y armonía… ¡Siempre!

Maximiliano Pérez Apóstol

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