#OPINIÓN Cruz de navajas y la señora Ananás #21Dic

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«¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma?».
Lucas 9, 22-25

Antecedentes. A pesar de que las denuncias son reiteradas en contra del rey capturado, el coronel muestra una “inentendible” y sin igual preferencia por esta catarina depuesta. Se denuncia inoficiosamente al rey ante el coronel psicópata, lo que es perder el tiempo porque el militar es el jefe de la banda. Se le insiste al coronel sobre los dólares que producto de las extorsiones mantiene el rey en la oficina, pero el soldado nunca más ascendido siempre se hace el Willie Mays.

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El coronel prefiere las catarinas. Del rey todos saben sus gustos y preferencias, que es uña y sucio del coronel. Tal cual catarina, al coronel siempre lo vemos entre catarinas. No solo es el rey cómplice y engranaje de la red de extorsión y la venta ilícita de documentos, sino que al igual que Chucho quien es más que un affaire del coronel; el rey es otra de las catarinas consentidas del psicópata. Se le dijo: coronel, el rey tiene un celular nuevo de alta gama, del que sabemos lo recibió a cambio de otorgar documentos ilícitamente al hijo de un rico comerciante. Pero entre tanto el coronel coetáneamente también está recibiendo altas sumas en dólares por entregar documentos ilícitamente a Génesis, hija de otro rico comerciante.

Ellos, el coronel y el rey siempre han sido partícipes del crimen. Y respondió el coronel psicópata: Al rey nadie lo acusa sin pruebas, así que si no tienen pruebas, entonces que el rey disfrute su nuevo celular. Malayo coronel, la prueba es el celular. El celular del rey y tu vehículo japonés son signos exteriores de riqueza en funcionarios que no devengan esas fortunas para adquirirlos. ¿Cómo pudo adquirir el rey un celular de alta gama de recién edición con el ínfimo salario que devenga? Si cuando en la mesa oval se le dijo que lo justificara, el que justificó “amorosamente” al rey fue el coronel. Pero entre tanto el coronel recibe del hombre tatuado un automóvil japonés a cambio de otros documentos ilícitamente otorgados, porque el hombre tatuado el dueño del galpón nunca llenó los requisitos que exige la institución para alzarse con esas credenciales. Claro, muchos son los guisos que estos dos montan, muchos son los negociados y apenas relatamos sendos por lo caraduras de ambos para justificar los bienes de los que se están aprovisionando producto de la corrupción. Pero el tiempo habló y el rey cayó. Pronto ha de caer la bruja Theodora.

Todos los días, cada día, por lo menos a los cinco más comprometidos en la red de extorsión; se les ven como exhiben y ostentan sus lujos y vestimentas; el coronel psicópata, Isabel la etílica y los integrantes de la banda de corrupción. Esos signos exteriores de riquezas con los que gritan a todo pulmón que están haciendo corrupción y quedan al descubierto, como nuevos ricos producto de delitos. Así como la mansión que se construyó para sí y para su etílica barragana, el coronel psicópata allá en los altos y que es la bandera de la corrupción, el faro que llevará a los tribunales anticorrupción a dar con las evidencias. Sí coronel, no es el cuerpo de Benito, es el cuerpo del delito, ¡bufón!, psicópata ladrón, corrupto.

El desprestigio de la cruz y la oportunidad de oro de Ananás. Habíase producido la vacante por impulso del Jefe psicópata en la remoción del cargo de una alta funcionaria, cuya altura en el puesto era tan alta como sus niveles de corrupción, por lo que habiendo superado procustianamente al Jefe psicópata quien por la envidia que le deviene de su narcisismo no podía permitir que un subalterno estuviera facturando más que él, máxime que para su disgusto la susodicha cometía el pecado de no compartir con el militar las ganancias mal habidas en esos ardides. El propio Marión, el militar nunca más ascendido, se las ingenió para echarla de la gestión, porque no quería competencia y peor aún que no le daba cuentas, o no le llegaban al precio. También eran un partner, se trataba de dos mujeres altaneras que se fueron de la institución llenas de muchísimos dólares, de los cuales al infierno darán cuentas y a la cárcel predeciblemente porque siempre está vigilante el largo brazo de la ley. Sobre todo porque son delitos que no tienen prescripción.

Por tratarse de un experimentado psicópata y aunque nada sabe de filosofía, el coronel narcisista aplicó un pensamiento de Ortega y Gasset. “Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella, no me salvo yo”. Entonces decidió zafarse de estas funcionarias Flácida y Cruceta porque fue la salida desesperada para en ese momento acomodar los entuertos al sentirse contra la pared porque ellas lo comprometían totalmente. Por lo que el coronel sacrificó a estas funcionarias para resguardar su propia imagen. No obstante todo quedó al descubierto cuando, se difundieron en los grupos de Whatsapp, sendos oficios donde con el sello del despacho institucional y la rúbrica del coronel, este militar dejaba constancia que “Lo que las funcionarias Flácida y Cruceta, hacen y han hecho, lo han hecho con mi total y absoluto respaldo y conocimiento”. Y en el texto las felicitaba por las labores encomendadas y cumplidas. De modo que a confesión de parte, relevo de pruebas. Oficios estos que tuvimos la precaución de guardar en nuestros archivos.

Recordé de inmediato de la Obra de Alejandro Dumas, “Los tres mosqueteros”, cuando el malvado Cardenal Richelieu, para favorecer a la criminal Milady de Winter, firmó y autenticó con los sellos cardenalicios una declaración para exonerarla de toda carga penal y terminó beneficiando a los mosqueteros, quienes hallaron esta carta y la usaron para salvarse. Y cuyo texto decía más o menos así. “Con mi autoridad de cardenal, dejo constancia que lo que ha hecho el portador, lo ha hecho con mi autorización y total conocimiento”. Es que hasta en las novelas se recoge el comportamiento psicopático y de quienes sufren del síndrome de hubris, como este malvado coronel nunca más ascendido.

Pues bien, apremiado a la sazón el coronel psicópata por querer tener en la inmediatez otra catarina como el rey, que es el modelo que él necesita, como un clon del rey. Comisionó entonces a Diana la tarea de conseguir a alguien sin probidad igual que el rey y con las mismas habilidades delictivas y los talentos ímprobos, pero también con las preferencias y los gustos del rey. Y “sorpresa”, Sussana sacó del sombrero a un estilista, al tío Ananás, para que tome las riendas de las oficinas que dejan estas robustas señoras. Y en esos días apareció en escena la “otra herejía del coronel psicópata”, la vieja peluquera Ananás, quien no tardó mucho en soltarse el moño, se disfraza de decente y pregona engañosamente sobre la imagen y el legado de moralidad, decencia y corrección que dejará a sus sobrinos. Tan corrupto como el rey en todas las fechorías que le encarga el coronel psicópata, dejó en pañales a las robustas señoras que sustituyó. Demuestra Ananás sus habilidades, mañas y destrezas en el delito de corrupción, con una experiencia años luz distante de estas mujeres salientes de quienes podemos decir son unas niñas de pecho comparadas con el tío Ananás, con el tío estilista.

Ananás, la vieja estilista del coronel psicópata, necesitó apenas unos pocos meses en los que demostró ser el ejemplar que buscó con ansias el militar sin honor, que haciendo dinero negro producto de la corrupción, es un delincuente con doctorado. Y habíase hecho partner también del rey en sus andanzas con Martínez y González, en esas fiestas desenfrenadas, llenas de putos y de putas, amigas también de Lesbia Carlota y la Madrugo; en fin la segunda inauguración de la Sodoma y la Gomorra en la empresa en el piso arcoíris. En todo caso prefiere y eso se le respeta que se le conozca como el tío Ananás el mejor ejemplo para sus sobrinos. ¡Vaya tío!

El curioso encuentro furtivo de Ananás y el coronel psicópata. Era una tarde de ocio y ellos se escaparon del gentío e hicieron suyas unas horas ardientes. Hay situaciones que nos parecen extravagantes, cuando la doble moral de unos perversos actores haciendo gala de su erotopatía, finalmente se dejan ver tal cual son y no es que antes se hubieran preocupado por esconder las plumas. Ahora, ellos mismos se han encargado de demostrar quienes son y se entregan en la oficina entre secadoras, peines, cepillos, navajas y tijeras, a satisfacer sus parafilias y su erotopatía. En la bisexualidad del coronel psicópata, encontró Ananás una catarina perversa y este encontró en Ananás a su amado rey depuesto. Y no eran cruces de navajas, como la canción del grupo Mecano; sino peleas de espaditas.

Aunque ustedes corruptos crean que Dios es indiferente al daño que causan a otros, Él los está vigilando. Y todas las riquezas mal habidas de las que se apoderan en el día de sus vidas, en perjuicio de inocentes y en el despotismo que ejercen sobre trabajadores y usuarios; productos de las extorsiones y el relajo moral, en la destrucción del prestigio de la institución; esas fortunas se las arrancarán las noches eternas del averno. Se están olvidando de algo más importante que el dinero negro que extorsionan, se están olvidando de sus almas.

«Esforcémonos en obrar bien: he aquí el principio de la moral».
Blaise Pascal.

Crisanto Gregorio León

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