La palabra alacrán tiene su origen en el árabe hispánico al‘aqráb, que a su vez proviene del árabe clásico ‘aqrab. También es conocido como escorpión, que proviene del latín scorpĭo, -ōnis y esta del griego σκορπίος skorpíos.
Cuenta con un par de pinzas de agarre y una cola estrecha y segmentada, puede verse frecuentemente formando una reconocible curva hacia delante sobre la espalda y siempre rematada con un aguijón.
Su apariencia varía según la especie y la zona donde habita, pero, entre las características similares podemos ver que son rugosos y de color opaco, las pinzas son muy delgadas, el esternón es triangular o subtriangular, el aguijón tiene púa (como si tuviera dos aguijones), y un aspecto robusto en la cola.
El género Tityus está presente en Venezuela con 59 especies conocidas (32 endémicas). En la zona metropolitana hay dos, la T. d¡screpens y la T isabelcecillee, consideradas de gran importancia médica debido a que habitan las zonas del país en donde hay mayor densidad poblacional y su picadura puede llegar a ser mortal porque posee un veneno sumamente tóxico.
La mayoría de las especies no suponen una amenaza grave para el ser humano y los adultos sanos no suelen necesitar tratamiento médico después de sufrir su picadura.
En cuanto a las 25 especies riesgosas, tienen un veneno que mezcla toxinas peptídicas y sales capaces de alterar el sistema nervioso.
Su picadura es dolorosa, provoca malestar severo en la zona afectada y se dispersa por todo el cuerpo, causando a la víctima a un estado de hiperestesia, haciendo que el paciente se vuelva extremadamente sensible al menor contacto en todo el cuerpo.
La acción neurotrópica de veneno actúa sobre el bulbo raquídeo, que controla los movimientos respiratorios y cardíacos, lo que lleva a que la víctima muera por paro respiratorio. La principal toxina presente en el veneno se conoce como Tityustoxina.