#OPINIÓN Buscando lo que no habías perdido, perdiste lo que ya tenías #9Dic

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,…¡tierras raras, muy raras!...¡personas raras, muy raras!

Parafraseando la salutación inicial en el brillante discurso de Rodolfo Izaguirre del 29 de septiembre pasado y reconociendo que tres personas me han recomendado que elimine párrafos de este artículo, les saludo, antes de comenzar, con la misma fórmula de Rodolfo: «Mis queridas víctimas».

Saber que nada puedes lograr para enmendar un entuerto no implica que no puedas, al menos, reconocer que los entuertos son eso: entuertos. 

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A largo plazo, la verdad causa mucho menos daño que pretender, mentir o manipular.

Hay una parte de la Psicología que estudia la jerarquización de las necesidades humanas y los valores intrínsecos de los seres humanos. Creo que tuvo sus orígenes en las ideas propuestas en 1943 por un psicólogo norteamericano, Abraham Maslow, sobre la jerarquía de las necesidades humanas. De 1943 a hoy, las propuestas iniciales han sido abundantemente enriquecidas.

Así como los teóricos de la negociación distinguen entre los intereses legítimos y las posiciones o caprichos, las necesidades tienen preeminencia sobre los deseos o inclinaciones. Para los seres humanos, respirar aire en la cantidad y en la proporción necesaria y adecuada de gases para subsistir es una necesidad mientras que respirar aire en un bosque de pinos con aromas del Mediterráneo no es una necesidad sino un deseo.

Los psicólogos que estudian la jerarquía de las necesidades humanas y los valores intrínsecos sostienen que las necesidades cualitativamente superiores identificadas en una sociedad o en individuos determinan rumbos de conductas y afirman que se pueden predecir tales conductas con un aceptable nivel de certidumbre. 

Según mi experiencia personal –diferente a lo propuesto por Maslow- como participante en un experimento tiempo atrás, pude concluir que los psicólogos que diseñaron aquel experimento en el cual participé, jerarquizaron 35 necesidades humanas agrupándolas en 5 niveles y añadieron un “área extendida” que, segmentada en 7 áreas de valores afines entre sí, contienen, a su vez, 22 “valores intrínsecos”. 

«Un valor intrínseco es algo que valoras por sí mismo. Dicho de otra manera, un valor intrínseco es algo que aún valorarías incluso si no obtuvieras absolutamente nada más de él. A veces, los valores intrínsecos se denominan «valores terminales», porque reflejan los puntos finales en nuestro sistema de valores a los que apuntan todos nuestros otros valores. Los valores no intrínsecos a veces se denominan «valores instrumentales», porque solo nos preocupamos por ellos como un medio para lograr otros fines.»

Para estos investigadores, las 7 áreas y los 21 valores intrínsecos en ellas contenidos son: (1) Preservar (naturaleza, belleza, pureza y espiritualidad), (2) conocer (verdad, aprendizaje), (3) hacer (realización, libertad), (4) experimentar (felicidad, placer, no sufrimiento, longevidad), (5) encarnar (legado, reputación, virtud), (6) defender (lealtad, justicia, equidad), (7) crianza (diversidad, respeto, cuidado, protección).

Constantemente durante el experimento, me recordaban que debía tener presente la distinción entre deseos, necesidades y valores intrínsecos.

Me preguntaba qué interés podían tener un psicólogo bien intencionado y un psicólogo (o tal vez un psiquiatra o político) mal intencionado en jerarquizar las necesidades humanas. En manos del primero, esta herramienta puede ser muy útil para muy buenos objetivos mientras que, en manos del segundo –quien obra con maldad-, es la herramienta perfecta para esclavizar a sus semejantes. 

El psicólogo bien intencionado en una sociedad responsablemente organizada comenzaría su investigación partiendo por las necesidades catalogadas en el tercer nivel que son las necesidades cualitativamente superiores más básicas (asumiendo que en su sociedad no hay carencias fisiológicas para la supervivencia)  mientras  que el psicólogo mal intencionado incorporará a sus propósitos los cinco niveles de la jerarquía. Eso explica que, en Cuba, la admisión a la facultad de psicología sea la más difícil y restrictiva reservada a los «cuadros» más leales al régimen.

Los dos primeros niveles son necesidades fisiológicas siendo, las incluidas en el primer nivel, aquellas necesidades para que un ser humano logre ser un «ser vivo» (p.ej.: aire, hidratación, presión atmosférica, temperatura, funcionalidad)  y, las incluidas en el segundo nivel, las necesidades –también fisiológicas- para que un ser humano pueda permanecer con vida (p.ej.: alimento, nutrientes esenciales, cobijo seco, ausencia de enfermedades o infecciones mortales o incapacitantes, sueño reparador).

Inesperadamente, el final del experimento consiste en representar la personalidad del participante  cuantificando la presencia de cada una de las 5 áreas de valores intrínsecos afines (ya no de 7 como las clasificaron inicialmente durante el experimento y, francamente, no sé el por qué lo hicieron así).  

Estas 5 áreas de valores intrínsecos afines son:

La primera es el área de lo personal en la cual se encuentran valores intrínsecos asociados con bienestar, placer y logros personales del participante.

Le sigue como segunda, el área del bienestar externo en la cual se encuentran valores intrínsecos que están asociados con el bienestar, el placer y la reducción del sufrimiento para humanos y animales en todo el mundo.

La tercera es el área de lo equitativo en la cual se encuentran valores intrínsecos centrados en la igualdad y los derechos humanos, incluida la regulación justa y las prácticas respetuosas.

La cuarta es el área de lo tradicional en la cual se encuentran valores intrínsecos que enfatizan el cumplimiento de las reglas (por ejemplo, leyes civiles y religiosas) y la preservación de los rasgos y tradiciones humanos.

La quinta y última es el área de lo virtuoso: en la cual se encuentran los valores intrínsecos relacionados con los rasgos de carácter positivo, como honestidad, amabilidad o coraje.

Con esta información en mano, no era necesario ser psicólogo para predecir que el régimen, su psiquiatra y sus políticos se comportarían de la manera que se desprende de estas noticias del pasado domingo:

«Plataforma Unitaria exige a Maduro fijar fecha para seguir diálogo en México y denunció que el régimen de Nicolás Maduro “busca zafarse de los acuerdos” producto de los mecanismos de negociación.»

«Señala el comunicado que el régimen “miente acerca de los alcances del acuerdo firmado y, además, pone nuevas condiciones para avanzar en lo político que no forman parte de los acuerdos previos.”» 

Mientras que los representantes del régimen en México muestran un porcentaje altísimo de presencia del área de lo personal (bienestar propio, placer y logros personales), no sucede lo mismo con las otras cuatro áreas cuyas presencias son casi ínfimas o inexistentes. Personas con perfiles como el que ellos muestran no son capaces de negociar. Ni siquiera si lo desearan fervientemente lo lograrían. Carecen de esa capacidad y lo que producen –y no pueden evitarlo- es un combate incesante, ausente de intereses legítimos, ya que, en el fondo, hay un choque irreconciliable de valores intrínsecos. Ese perfil se encuentra plagado hoy de deseos incrustados –quizás desde la infancia- ya satisfechos o por satisfacer y, según ellos, así está bien y debe continuar. Y, para ellos, los deseos se deformaron en «valores intrínsecos que les son propios» mediante la racionalización de aquellos. Quiero decir con «racionalizar un deseo» un proceso argumentativo interno -consigo mismo- para convencerse de que un deseo es, en realidad, una necesidad.

Dentro de los tipos o modalidades de negociaciones está la que se denomina «negociación con cartas abiertas» durante la cual las partes se intercambian información, proponen soluciones, valoran los intereses legítimos de cada parte, descartan posiciones o conductas emotivas, se aferran a estándares aceptados por la «gran mayoría», y, entre otras muchas más características, se reparten equitativamente el fruto de sus aportes cooperativos. Ese tipo de negociación jamás ocurrirá en México. ¡Nunca! 

Un autor que leí -y a quien no recuerdo para darle su debido crédito- acuñó la expresión «negociación soviética» para referirse a un estilo de negociación que tiene dos características. La primera es que una parte –los soviéticos, por supuesto- escala el conflicto y sus peligros adheridos. La segunda –también conocida como «ley del embudo» es que la solución consiste en todo para ellos y nada para los demás.  Ese tipo de negociación siempre ocurrirá en México. ¡Siempre!

Me temo que hubo un pequeño malentendido. Creo que los representantes del régimen no fueron a México precisamente a que les entregaran los fondos congelados en el exterior. En realidad, no los necesitan. Ellos deben saber, desde la época de sus enfrentamientos clandestinos del pasado, que toda causa subversiva requiere de recursos financieros y, seguramente, crear un fondo con recursos fue uno de sus primeros objetivos logrados. Solo, solito, solo uno de ellos, de entre varios muchos, pudiera tener, directa o indirectamente, acceso a más dinero que todo de lo que se habla en México. El interés principal, posiblemente, fue que la Presidencia Interina no tuviera acceso a esos fondos de los que hablan en México.

Por otra parte, observo en personajes de la oposición carencias en las áreas del bienestar externo, de lo equitativo, de lo tradicional y de lo virtuoso y, en especial, los valores intrínsecos de la lealtad y de la equidad. 

Algunos que se identifican como opositores, también racionalizan sus deseos de figurar y los deforman en valores intrínsecos que también les son propios los cuales, según ellos, deben alcanzarse a cualquier precio. 

Sí, a cualquier precio. Incluso despedazando al Presidente Interino y habrá quien lo entregue a los carceleros del régimen. 

¿Cómo dormirán si el Presidente Interino o miembros de su familia caen en el Pandemónium

¿Es que le falta coraje, le falta tomar riesgos, qué es lo que le falta a este hombre y a su familia? ¿Es que él incurrió en algún delito, robó, es que despilfarró, desfalcó? 

¿Y por qué no dicen quiénes han incurrido en hechos cuestionables?  

¿Es que creen que ayudan a la causa de la libertad defenestrándolo? ¿Es que creen que la emergencia humanitaria compleja se solucionará borrando la Presidencia Interina del mapa? ¿Desean que el interinato acabe para tener paso libre hacia un destino futuro e incierto que desean? ¿Es que el interinato es inconstitucional, contrario al bien común, atenta contra la legislación vigente, es aliado de los invasores? 

¿Quién, en su sano juicio, desprecia una institución legítima y a cincuenta o más aliados para comenzar de cero como si nada hubiere pasado? 

Y es que –desde la perspectiva más egoísta y aunque lo desprecien como persona o que no puedan contener sus deseos o posponer sus satisfacciones personales para el momento adecuado- lo que más nos conviene a todos es el éxito y permanencia de la Presidencia Interina. 

Dos declaraciones recientes me han producido ruido. No me voy a referir a las personas sino a lo que implica cada una de las declaraciones. 

La primera consistió en lo siguiente.  Después de haber enunciado los elementos que integran la crisis humanitaria compleja en Venezuela y haber explicado que las negociaciones en México son una herramienta y no un fin, dijo: «Yo no conozco otra… (Omissis) …El que conozca otra y crea que es pertinente, pues, dele…». 

Como dije antes, esta frase me causa ruido porque podría ser manipulativa. Me suena a una breve y exagerada simplificación de una situación muy compleja que parece esconder alguna inseguridad en el hablante desviando la atención. Él, más que nadie, sabe que no es realista que alguien simplemente le puede «dar», solo por quererlo, aun conociendo otras herramientas y creerlas pertinentes. En una brevísima oración trazó un rumbo definitorio que prácticamente excluye ampliar e incorporar recursos disponibles y aprovecharse de ellos.

La segunda declaración provino de un personaje que dejó entrever que si hay otro candidato por la oposición, derrotaría a dos candidatos: a Maduro y al de la oposición. Solo me interesa mencionar que opino que sería suicida obrar de manera de dividir el voto opositor entre dos o más candidatos en las elecciones presidenciales de 2024. Esto es tan evidente que … punto y aparte.

Mi amigo de ultramar me escribió y me entristeció profundamente cuando leí: 

«Curso para la mejor comprensión de la historia contemporánea de Venezuela. 

Asignaturas y temas a desarrollar libremente. 

Conceptos y definiciones: 

Patria, patria,…, patria o muerte, muerte, muerte,… muerte de hambre, de enfermedades, de mengua, de torturas, de colectivos, de lanzamiento desde las ventanas del Pandemónium, ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, de no trasplantados, de niños, FAES, SEBIN, DGCIM, instalaciones clandestinas para torturas, Ramo Verde, PNB… ¡suicidios, “auto suicidios”! Patria, patria, ¿querían patria? ¡México, Noruega, esta es la patria, la patria grande y es la única que habrá! ¡Sépanlo! ¡Patria con o sin ustedes! Patria “pa’tirar ‘pal’ techo”! Invasiones continentales y extra continentales: cubanas, rusas, chinas, iraníes, radicales, terroristas, narcos, redes criminales, carteles. América ya no es para los americanos. ¿Monroe, quién es ese? Reuniones en México ¿para qué?, ¡No hay garantías, no hay garantes de nada! Mediación, negociación, rendición, armisticio, capitulación, reparto de comisiones, encomiendas, ecocidio, envenenamiento de las aguas, concesiones mineras y petroleras, petróleo, petróleo, petróleo, oro, oro, oro, gas, hierro, níquel, cobre, uranio, coltán, torio,…¡tierras raras, muy raras!…¡personas raras, muy raras!» 

Le respondo a mi amigo de ultramar: Con las garantías adecuadas, me reuniría hasta con el mismo Lucifer por una buena causa para otro. Pero, me preguntaría: ¿para qué reunirse si Lucifer es el antivalor intrínseco y no hay ninguna razón para pensar que va a cambiar? Hay que buscar otra manera de obligarlo que no de convencerlo. ¿Quién es el iluminado que piensa que el régimen entregará «su modelo de patria» impulsado por el altruismo?

Lucifer reina en el Pandemónium. Y aquí, también. No van a cambiar. Perdimos lo que ya teníamos.

Dios guarde a V. E. – mi querida víctima de este tedioso escrito- muchos años, 

Luis Alejandro Aguilar Pardo

Twitter @Nash_Axelrod

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