Con un plumaje brillante de color rojizo, la chocolatera es un ave abundante en variedad de hábitats abiertos de tierras bajas y, al ser una especie que se ha adaptado a los hábitats alterados por el ser humano, es bastante común en áreas urbanas.
Su nombre común deriva de su plumaje acanelado. Tiene el dorso canela rojizo, más intenso hacia el lomo, pecho y abdomen. Alas con rémiges negruzcas en la punta, cubiertas del color del lomo con manchas negras transversales.
Al volar lo hace de forma directa y rápida, con aleteos regulares y movimientos vigorosos de las alas.
Busca su alimento en áreas abiertas para encontrar semillas en el suelo, su principal comida.
Se nutre rítmicamente con movimientos de cabeza por cortos períodos.
Es un ave monógama, capaz de reproducirse casi durante todo el año. Mantiene un vínculo fuerte de pareja, y cuando descansan, lo hacen uno al lado del otro, es común verlos sobre ramas acicalándose mutuamente.
Construye su nido entre uno y dos metros sobre el nivel del suelo, en árboles o arbustos rodeados de vegetación. También usa nidos abandonados por otras aves. Macho y hembra incuban los huevos y alimentan a los polluelos.
Su canto lo define un monótono hu-hu-hu. Gracias a su especie es frecuente referirse a las parejas de novios como “tortolitos enamorados”.
