Con muy buen pie se reinician las negociaciones en México entre la oposición democrática y el régimen de Nicolás Maduro. Afirmamos que con buen pie porque de entrada se firmó un acuerdo para liberar una cifra importante de dinero, activos de Venezuela en el exterior, que estaban congelados debido a las sanciones contra el régimen venezolano por su carácter ilegìtimo.
Este acuerdo representa un gran éxito para las organizaciones sociales que integran el Foro Cívico, quienes durante varios años han venido luchando para que se atiendan problemas de salud, educación y electricidad que afectan gravemente a las capas más vulnerables de la población venezolana. Este dinero será administrado por la ONU por intermedio de organizaciones internacionales que garantizan la pulcritud de su manejo, además que habrá rigurosa observación de las partes involucradas en el acuerdo.
Esta debe ser la gran noticia, el gran motivo de satisfacción para la sociedad venezolana. Como se reseñó en los medios: “Los políticos se pusieron de acuerdo para aliviar el drama social de los venezolanos”. Eso es lo realmente importante y abre opciones auspiciosas para que la negociación arribe a un entendimiento en materia electoral, mediante el cual haya unas elecciones libres, transparentes y supervisadas por la comunidad internacional que permitan la reinstitucionalización de la Presidencia de la República y de esta forma cerremos el capítulo de las confrontaciones mortales que impiden el avance de los procesos de mejoras económicas ya en marcha, gracias al empeño del empresariado venezolano, con todo y la rémora que significa trabajar con el peso sobre sus espaldas de un régimen de orientación totalitario, negador del libre comercio, a no ser aquel que desarrollan sus cómplices.
Lo de Camila Fabri es secundario, son bravuconadas que no deben preocuparnos y que más bien causa pena ajena. Lo realmente importante es que se reinicio la mesa de negociación y entre sus promotores están Gustavo Petro y Alberto Fernández quienes geopolíticamente algunos consideran aliados de Maduro y en verdad están apostando fuertemente por el rescate de la democracia venezolana mediante elecciones. Otro asunto es que nosotros sepamos aprovechar estas jornadas de entendimiento y no las compliquemos a nivel de la opinión pública haciendo exigencias que se procesan en otras instancias, caso concreto es el de la transgresión de los Derechos Humanos, los cuales no pueden ser parte de esta negociación porque su violación representa un delito que toca juzgar a la Corte Penal Internacional.
No puede ninguno de los involucrados en la negociación de México transar decisiones que inciden en asuntos llevados ante esta Corte. Las actuaciones de esta instancia no están sujetas a condición externa sino sometidas a la estricta aplicación de la ley y a las pruebas contenidas en las causas respectivas. Eso debe darnos tranquilidad, no importa lo que acuerden en México, el juicio contra la nomenclatura del régimen proseguirá su curso de forma inalterable.
Las detenciones ilegales, las torturas infligidas a los detenidos, la muerte que hayan ejecutado los esbirros del régimen, las desapariciones forzadas, los abusos sexuales, como ataque sistemático a la población, constituyen crímenes de lesa humanidad, como se establece en el artículo 7 del Estatuto de Roma. Ello involucra a quienes “Ordene, proponga o induzca la comisión” de dichos crímenes como se lee en el ordinal b) del artículo 25 del nombrado Estatuto, crímenes que por otra parte gozan de imprescriptibilidad, lo cual con suma sencillez y claridad consagra el artículo 29 del Estatuto: “Los crímenes de la competencia de la Corte no prescribirán”.
Al ser materia de orden público estas acciones no están sujetas a acuerdos o convenios de los particulares, por lo cual no podría ser objeto de negociaciones en las reuniones de México. A lo sumo se podría pedir la suspensión de la investigación por doce meses, pero tendría que ser a través del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), como lo ordena el artículo 16 del Estatuto. Ya lo anterior se solicitó y pasado el lapso se quiso renovar, lo cual se negó y ha proseguido el juicio correspondiente en el cual están involucrados los agentes materiales de los delitos antes detallados, subiendo por las cadenas de mando hasta involucrar al propio Presidente usurpador de la República.
Lo que se está negociando en México es otro juicio, el juicio ciudadano ante la gestión de Nicolás Maduro, lo que se está negociando en México es que haya elecciones libres para que prive el mandato del voto. Esa negociación tuvo el buen inicio de un entendimiento para socorrer en algo los graves padecimientos del pueblo venezolano y eso hay que celebrarlo porque además del beneficio directo, que lamentablemente no es mucho ante lo grande de la crisis, envía un mensaje positivo a los ciudadanos respecto a que la política si puede ser instrumento para solucionar los problemas sociales que sufre el pueblo.
Jorge Rosell y Jorge Euclides Ramírez