La indiferencia de los organismos públicos en el pasado y en el presente no han permitido, como está a la vista, un verdadero desarrollo estable y sostenido de la caficultura venezolana, siendo numerosos factores que habría que analizar, para evaluar el comportamiento histórico de este sector.
Especialistas en la materia, advierten que, desde hace unas cuantas décadas la economía cafetalera Venezolana, se ha nutrido de aciertos y errores sin éxito en la intervención del Estado; la indiferencia de los organismos públicos en el pasado y en el presente no han permitido un verdadero desarrollo estable y sostenido de la caficultura venezolana muchos factores habría que analizar. Se advierte que se han tenido que adoptar medidas de políticas públicas, en la mayoría de los casos, bajo presión del sector primario, eslabón más débil del circuito productivo y comercial de este importante sector agrícola, no sólo venezolano sino de gran importancia del comercio mundial, al punto de que es el primer producto agrícola de transacciones internacionales y fuente única de ingresos de varios países en vías de desarrollo, ubicados en el eje intertropical del planeta.
Se recuerda que Venezuela hasta las tres primeras décadas del siglo pasado, fue el primer exportador de café del mundo, luego de la aparición del petróleo dejó de ser un cultivo empresarial para convertirse en un cultivo de subsistencia, todo este escenario por no contar con el apoyo de los gobiernos de turno en la implementación de políticas de Estado, donde parte de los ingresos provenientes del petróleo se deberían haber aplicado con el control necesario para sostener al café y su cultura, en cambio dejaron que nuestros vecinos Brasil y Colombia se adueñaron del mercado mundial.
Caficultura a la deriva
Actualmente, en la Venezuela de hoy como consecuencia de esos errores del pasado inmediato, cuando nuestra economía cafetalera debería competir en los mercados internacionales por la calidad del grano producido y la excelencia de nuestro producto procesado: en cambio, estamos a la deriva sin poder sostener la relación Costo, Precio, Calidad de todo el al circuito cafetero desde el caficultor hasta el comercio al detal como punto final de venta del café molido.
Es razonable y hasta complejo cuando se tratan de definir precios del café a nivel de caficultor, basados en los precios y calidades del Mercado Internacional, Tanto, Brasil, Colombia y Centroamérica, ya tienen establecidas las normas de operaciones técnicas de los sistema de exportación y sus producciones de café, de calidad son exportadas sin dificultad, y sin el temor de fallar en la aplicación que exigen los mercado mundiales. Precisamente, es allí donde radica gran parte del problema de la caficultura venezolana, es ahora con una economía globalizada, donde se nos exige, alta Productividad y Rendimientos, para competir en los mercados mundiales y en el mercado interno,
Corregir distorsiones
En la Venezuela actual, muchos factores que han debido corregirse no se han hecho, hay que despolitizar esta área económica urgentemente, para que nuestro mercado sea más transparente, tememos una invasión de café Colombiano o Brasileño porque ellos son más eficaces y pueden exportar café, aun con los precios mundiales en baja por un periodo no determinado, recordemos que el café es un «comodities». Si en Venezuela existiera una economía sana en lo estructural, (Financiera, Monetaria, Productiva y Comercial) no se formarían ni monopolios ni oligopolios de productos agrícolas, existiría un Fondo de Compensación de Precios para el caficultor y el sector primario no se vería afectado por las fluctuaciones de precios en la Bolsa de Nueva York. Habría una competencia sana del mercado interno, prevalecería la ley de oferta y demanda y el consumidor final solamente aceptaría precios del café tostado y molido 100% café puro, y en base a la calidad del producto, se fortalecería la demanda del caficultor como productor primario y de la industria como proveedor del comercio de consumo final.
Los acuerdos sectoriales son importantes concretarlos y cumplirlos, los diferenciales de precios internos del café, frente a los precios internacionales necesariamente deben existir, por ahora, niveles que no afecten el costo de producción del caficultor y a la vez, impidan la entrada de café crudo o molido foráneo legal o ilegalmente; la agroindustria debe jugar un papel destacado en estas situaciones y ser factor complementario en los acuerdos con los productores agrícolas del café y sus asociaciones. El 80% del café crudo producido es natural y lavados boca de trilla, para reducir costos y mejorar los beneficios del circuito cafetalero se debe realizar a través de acuerdos que reduzcan la intermediación del grano.