Olas de brillante lava color naranja y cenizas humeantes salieron el lunes del volcán activo más grande del mundo: el Mauna Loa, que tiene su primera erupción en 38 años. Las autoridades hicieron un llamado a la población de la Isla Grande de Hawai a que se prepare en caso de emergencia.
La erupción del Mauna Loa no representaba un riesgo inmediato para ningún poblado, pero el Servicio Geológico de Estados Unidos advirtió a los cerca de 200.000 habitantes de la Isla Grande que una erupción “puede ser muy dinámica, y la ubicación y avance de los flujos de lava pueden cambiar rápidamente”.
Las autoridades pidieron a los residentes que estén listos para evacuar en caso de que la lava comience a fluir hacia zonas pobladas.
Muchos de los actuales residentes de la zona no estaban por aquí la última vez que el Mauna Loa hizo erupción hace 38 años.
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Bobby Camara, residente de Volcano Village, ha vivido en la Isla Grande toda su vida y dijo que todos los residentes de la isla deberían estar atentos a la erupción. Comentó que le ha tocado vivir tres erupciones del Mauna Loa y subrayó la necesidad de mantenerse alertas.
“Pienso que todos deberían estar un tanto preocupados”, declaró. “No sabemos hacia dónde va la lava, no sabemos cuánto va a durar”.
La erupción comenzó la noche del domingo luego de una serie de sismos bastante significativos, señaló Ken Hon, científico a cargo del Observatorio Volcánico de Hawai.
Gunner Mench, propietario de una galería de arte en Kamuela, dijo que se despertó poco después de la medianoche y vio la alerta sobre la erupción en su celular.
Mench y su esposa, Ellie, salieron a grabar el inquietante resplandor rojo sobre la isla, viendo cómo la lava bajaba por una de las laderas del volcán.
“La podías ver saliendo disparada por los aires, por el extremo de esta depresión”, comentó Mench.
“Por el momento es simple entretenimiento, pero hay preocupación” de que pueda llegar a zonas pobladas, dijo.
La Isla Grande ha registrado una mayor urbanización en las últimas décadas y desde 1980 su población se ha duplicado con creces.
Alrededor de 23.000 habitantes viven en la ciudad de Kailua-Kona, al oeste del volcán, mientras que en Hilo, al este, viven unas 45.000 personas. El total representa más de la tercera parte de la población de la isla. Las autoridades están particularmente preocupadas por varias subdivisiones ubicadas a unos 50 kilómetros (30 millas) al sur del volcán, en las que habitan unas 5.000 personas.