El clima de repulsión e indiferencia percibido en el país contra la palabra política, parece muy vigente de forma empírica con sondeos silvestres pero una gran realidad es que los Estados modernos no pueden desaparecer por el solo hecho de no ser populares. Su accionar están vigente como la mala calidad en servicios que puede ofrecer, siendo ello una razón más que obligada a la ciudadanía a conocer los desajustes existentes en la política real, porque aquí en Venezuela aún siguen sobrando Caciques y faltando “operadores políticos” cuyos trabajos puedan permear de buena manera hacia una sociedad política con mayor fortaleza, capaz de precipitar el cambio tan anhelado por todos.
Porque las transformaciones profundas demandan capacidades reales, que solo pueden ser posibles en el mundo político con un recurso humano de buen perfil, previamente calificado que tenga identificado un rol y ejecuten su accionar sobre el sistema político; obligándolo a producir respuestas. Dicho ciclo positivo le puede dar mayor dinamismo a una sociedad sin resonancia real que además permanece en estado de quietud totalmente infértil para los intereses generales, huérfanos de cualquier ayuda sin más subvención que su inventiva diaria, con la cual resuelven ante sus dificultades.
Por tal motivo, el construir en lo público debe atarse bajo las figuras antes descritas cuyas redes puedan tejer los soportes necesarios para qué los liderazgos reales lleguen con sus premisas a toda la sociedad. Dicha dinámica es la idónea, que debería ser aplicada por los partidos políticos en todo el territorio nacional mientras el panorama se disipa y toma forma un nuevo evento electoral donde se requieren maquinarias políticas, solo alcanzable en forma cabal si las organizaciones con fines políticos ya organizaron sus estructuras, y estén bien aceitadas para operar durante toda la etapa pre-electoral que es donde se motoriza a la ciudadanía en pro del voto.
Por otra parte, existe una serie de vicisitudes que deben superarse como sociedad, no puede ser posible que las respuestas a nuestros problemas pasen por un video en redes sociales, se necesita una mirada más realista ante lo padecido. La realidad mágica nos puede estancar más décadas sin una dirección verdadera por ello; donde se edifican los liderazgos es ante el calor social, quienes pueden construir hechos palpables en la actualidad, sin duda son los dueños del futuro, aquellos individuos que hoy enfrentan los retos con ideas y accionan para transformar, serán mañana los teloneros del éxito del liderazgo que compita por la Venezuela soñada.
Finalmente, la tan ansiada recuperación del país dejo de ser solo un deseo lanzado al firmamento, porque los constructores ya están ejecutando sus tareas en pro de los liderazgos que esperan competir por el poder político en las venideras primarias, este es el ambiente virtuoso que genera una elección, donde hombres y mujeres comiencen a postularse para dirigir lo público, asegurándose ante los retos implícitos de las tareas políticas y designando operadores políticos necesarios para obtener maquinarias que aplasten ideologías de hambre, hoy con fecha de caducidad impresa con el poder del voto.
Eduin Adjunta
@adjunta90