Pedro Roberto Álvarez Meléndez fue un periodista del medio impreso y radial destacando en ambos por el dominio de sus formas de comunicar cuando escribía noticias.
Se desempeñó como corresponsal del diario caraqueño Últimas Noticias, reportero de El Informador y otros periódicos de Centroccidente.
En la radio su mayor presencia fue en Informativo Tricolor de la Cadena Mundial, cuando Carlos Argenis Lugo estaba al frente de su dirección en Barquisimeto.
Era impresionante su destreza para construir oraciones y frases radiales, siempre breves y precisas lo que le daba encanto a sus textos. Los mismos se leían rápido por la eficacia de que las dotaba cuando se sentaba ante la máquina de escribir reemplazada por la computadora digital.
Se trata del periodista forjado en las filas de la combativa Asociación Venezolana de Periodista para luego cerrar filas, por méritos propios, en el CNP cuando aprueba los exámenes exigidos por el jurado.
En las jornadas radiofónicas a su lado descubrimos al periodista norteamericano Joseph Pulitzer. Éste es el inspirador de las universales reglas para redactar: breve, sencillo y justo. Pedro las conocía y practicaba en sus diarias labores de comunicador social. Recuerdo gratamente que un día me las escribió a máquina, muy propio del Maestro que comparte sus conocimientos.
También el sincero compañero de labores siempre buena gente y sobre todo el culto hombre con una educación a todas prueba.
Además su evidente vocación de servicio con la gente de los estratos populares que solía visitar la radio. Entonces, se ponía de manifiesto su sentido de justicia pregonado por la escuela del periodismo checo.
De origen obrero-campesino, es otro de esos referenciales autodidactas sin estudios formales completos, pues apenas concluyó la escuela primaria para desarrollarse intelectualmente por esfuerzo propio.
Su vasta formación intelectual la fundamentó en la constante lectura. Era un consumado lector de poesía, narrativa, periodismo y ciencias sociales para hacerse de una elaborada biblioteca personal que compartía con amigos y allegados. La impulsora de ese proceso fue su madre de quien siempre se expresaba orgulloso.
En sus años juveniles incursionó en la política en la lucha contra la dictadura perezjimenista en las filas del PCV. Luego, durante los años 60 del siglo XX, forma parte de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), el brazo armado del MIR y PCV, que enfrenta al gobierno democrático de Rómulo Betancourt.
Fue detenido purgando condena en la Cárcel de Maracaibo para alejarse, al recobrar la libertad, de la militancia política de izquierda. En consecuencia, forma parte de la oleada de jóvenes que en la década de 1960 intentó la toma del poder por medio de las armas para terminar en la derrota.
Pedrito era dueño de una desbordante sensibilidad para el quehacer artístico por lo que coleccionaba piezas arqueológicas y objetos fuera de orden más su pasión por la música. En su persona latía la fibra sensible del poeta que paulatinamente fue expresándose hasta acumular una considerable cantidad de textos.
Las varias veces que laboramos juntos en los noticiarios de Tricolor, Minuto y Cristal nos manifestó su deseo de publicar su obra poética. Su sueño se hizo realidad en 2007 cuando edita su libro de 60 páginas titulado “Capullos de Ternura, Olevel, un crepúsculo de amor en poemas”.
Un título en que una vez más está presente el versátil periodista, visto que está construido con antetítulo y subtítulo mientras que Olevel es el núcleo central.
Su poesía es de tono romántico, amoroso y sentimental en la que la mujer, hijos y familia ocupan el lugar principal. Sin duda tiene un elevado contenido y mensaje humano. En la misma llama a amar y perdonar en esta vida al igual que Olevel, un hada maravillosa de la naturaleza. Perdonar como lo planteaba Jorge Luis Borges cuando dijo “perdonar es olvidar”.
Es un cultivador de la poesía breve al estilo del norteamericano Ezra Pound. Uno de esos poemas, de los 50 que integran el libro, es “Nuevo amanecer” en que rinde homenaje a sus padres:
Mis padres me enseñaron a querer/nadie me enseñó a odiar/de ellos aprendí a amar/con un nuevo amanecer/en la mente del saber/y en la luz de tu mirar
Su sensible y humano libro de poesía se puede leer en la Sala de Autores Larenses de la Biblioteca Pública Pío Tamayo.
Pedro Roberto Álvarez Meléndez falleció en el mes de febrero de 2019 dejando inéditos otros de sus versos breves y en prosa. Un vate con apenas un libro publicado que siempre expresó el orgullo por su origen campesino. También integra la lista de pocos periodistas-escritores radiofónicos en Lara.
Freddy Torrealba Z.
Twitter: @freddytorreal11