El mejor resultado del diálogo en México sería obtener la flexibilización petrolera, el uso controlado de recursos congelados para atender temas sociales y una apertura política que permita a la oposición salir del letargo, aseguró el economista y presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, en torno a las expectativas de la reanudación de las conversiones en la capital azteca
Estima que en la primera ronda se esperan dos acuerdos. 1) La licencia petrolera de Chevron (y probablemente la flexibilización de venta de petróleo hacia terceros países) y 2) el acuerdo social que descongele recursos del país para atender temas como electricidad y salud principalmente.
Advierte que es poco probable que los procesos de negociación entre actores muy desiguales en fuerza institucional terminen en democratización plena y elecciones competitivas. El mejor escenario esperado es una apertura política negociada que abra espacios a la participación opositora.
Sobre la situación cambiaria, afirma que se trata de una estrategia artificial del gobierno para mantener vivo el bolívar, lo cual tiene impactos muy negativos en el mercado y puede terminar revirtiendo los avances que había logrado con la flexibilización de mercado, advirtiendo que esta no es la vía correcta para fortalecer la moneda, es la confianza y no estamos cerca.
Sobre el alza del dólar oficial y el mantenimiento del IGTF, advierte que es evidente que el gobierno presenta problemas de flujo de caja. Los aumentos en descuentos de petróleo compitiendo con Rusia en el mercado negro y los problemas de cobranzas en Rusia, ponen en aprietos la estrategia de estabilización cambiaria. No hay forma de evitar sobresaltos.
Sobre las expectativas de crecimiento para este año, indicó que las proyecciones iniciales contemplaban un crecimiento del PIB de 10% en 2022, admitiendo que en dos primeros trimestres se cumplió con creces, pero la economía se ha desacelerado en el segundo semestre por lo que es probable que el crecimiento sea más moderado que lo que inicialmente se había esperado.
Acerca del debilitamiento de los ingresos, dijo que la crisis hizo que el país tuviera que estimular otros ingresos (legales e ilegales) para complementar un ingreso petrolero mermado. Pero los requerimientos de infraestructura son gigantes y no hay forma de abordarlos sin recursos petroleros y créditos internacionales.
Sobre la supuesta candidatura del Benjamín Rausseo, dijo no sabía sobre esto, pero si está claro que ante una evidente debilidad del liderazgo político general, los riesgos de surgimiento de un outsider (este u otro irreverente) están presentes. La experiencia mundial es contundente en estos casos.
Asimismo, sobre la posibilidad de candidaturas de hombres como Lorenzo Mendoza o el economista José Manuel Puente, dijo que en una elección donde hay vacíos de liderazgo, es posible el surgimiento de insiders (políticos regionales) o outsiders (fuera de la política) que conecten el interés de la población. Dentro o fuera de primarias esto puede ser un fenómeno electoral que nadie pueda parar.
Descarta que se vaya a producir en el corto plazo, una solución al problema de la falta de crédito, “lamentablemente no estamos viendo una expansión potencial del crédito en los próximos meses. Quizás si se produce una flexibilización petrolera, el aumento del flujo de caja mejore la disponibilidad de la banca pero no será tan rápido«.
En torno a la apertura de negocios de alta gama, en algunas zonas de la capital, advierte que no hay una sola Venezuela. La población se divide en segmentos. Los altos con ingresos mayores a la media Latina y los bajos excluidos y con problemas de cobertura alimentaria. La oferta de lujo es para los primeros (cerca de cuatro millones de personas). Más grande que Uruguay y Panamá.
Asegura que no cree que estamos cerca de la hiperinflación aún. Pero si admite que estamos viendo más desequilibrios e incremento de la presión inflacionaria. Por eso es tan importante la apertura a los mercados internacionales para el país.
Sobre el comportamiento del tipo de cambio a futuro, indicó que no hay forma de tener un cálculo preciso porque hay mucha falta de información. Pero está claro que hay un proceso marcado de sobrevaluación y el dólar sigue siendo hoy el bien más barato de la economía, lo cual paradójicamente no es una buena noticia.
Ratifica que el 78% de la población venezolana, rechaza el gobierno de Maduro y quiere un cambio, de allí que sea imprescindible el escenario de las elecciones libres y democráticas para darle oportunidad a la gente que lo desea y que tiene derecho a ello.