A los olvidados…
“Una creencia no es simplemente una idea que la mente posee.
Es una idea que posee la mente”
Robert Oxton Bolton
“Estamos tan acostumbrados a disfrazarnos para los demás,
…que al final, nos disfrazamos para nosotros mismos”.
Françoise de la Rochefoucauld
“Qué otra cosa es la vida de los mortales, sino una comedia en la que unos actores se disfrazan y ataviados con sus máscaras representan sus respectivos papeles hasta que el director de escena les ordena retirarse de las tablas”.
Erasmus
A uno olvidarse no le cuesta nada. Lo fregado es recordarse con precisión. Y con el paso del tempo el olvido es un imperativo y al mismo tiempo una desgracia. En el momento que las cosas se van relegando, uno también. ¿Verdad Ma?… allí estas ahora, en un espacio donde las cenizas no llenan la ausencia, acaso el recuerdo imperturbable del amor…
Los espacios parecen menos amplios, mientras los sentimientos son más estrechos. Son arrugas anímicas. Hay que entender que para relacionar los espacios de tiempo hay que ir hacia atrás para poder cocer e unificar con nuestro sentido de existencia. Pero las ideas en el tiempo son caprichosas. Tienen espíritu y conciencia propia. Y los caprichos, nos enseña la historia, no suelen dar los mejores resultados sino algunos que no convienen. Los niños y los adultos, somos caprichosos con el afecto. Y cuando llega lleno de nostalgia el barranco es un desfiladero al lado de uno mismo. No hay puentes que sostengan las ideas caídas en el olvido caprichoso.
Así que de nuevo empezamos a construir recuerdos. Esos espacios que nos llenan de todo lo bueno que nos queda después de la quemazón de la adolescencia. Así me acuerdo vagamente, sostenido por mi papá, en un invierno donde nevaba en la ciudad de Roma y yo apenas había sido bautizado por un Papa en la plaza San Pietro del Vaticano junto a otros pelafustanes cocos lisos y babosos. Recuerdo la alegría de papá abrazado a mí por la cintura.
Papá tenía una risita que aprehendía tanto como intimidaban sus arrebatos. No había muchos con el valor de maltratar al supremo sin inquietarse ni un poco. Al parecer olvidaba con la misma eficiencia que se molestaba. Pero Peppino igual que mamá eran padres únicos y excepcionales. Una magia profunda los acomodaba con destacado sentido común.
Mamá Carmen, apodada Sargento Saunders, con un misticismo propio dirigía norte franco la nao familiar. Ni sextante, ni aparejos eran más justos que sus cálculos absolutos para cualquier empresa. No contenía duda que la obsesión arrebatada entraba de lleno en la ordenanza que debía ser tan equilibrada como nivel de catalán. El equilibrio era la palabra clave para que todo funcionara óptimo. La homeostasis de la perfecta ama de casa…en el fondo mama sabía que solo equilibrados con los otros, nos equilibramos a nosotros mismos.
Nota del Autor:
El espacio se redujo al mínimo cuando el ejecutivo empezó a cortar la electricidad y si algo atenta contra el recuerdo y su espacio estrecho, es la oscuridad. Por eso no se puede escribir con las ideas opacas, con el equilibrio de la luz desecho y un gobierno que de luces y moral no digamos modales, no tiene la más perra idea…seguiremos con arrugas intimas y espacios estrechos en entregas siguientes. Feliz navidad con arbolito apagado, sin pesebre y un San Nicolás más In-Maduro que nunca…Y a caernos a goles en la Qatar-sis 2022… voy por la Canarinha…
MAFC
