Quien no se preocupe por nada pronto no tiene nada de que preocuparse, por ellos debemos invitarnos a todos sin distinción y con inclusión a que nos preocupemos por lo que ha pasado y sigue pasando en nuestro país, luchar juntos como una sola persona en la reconstrucción de la patria, que no quede un solo ser humano que no esté enterado, que su aporte por más pequeño que sea es una gran contribución, que sea un sueño hecho realidad ¿Por qué no soñar y pensar? en que las empresas básicas de Guayana nuevamente estén funcionando a toda máquina y que volvió a ser admirada en el mundo , mostrarla como lo que era moderna, poderosa, de primera línea y orgullo de nuestra nación, generadora de riquezas y puestos de trabajos, manejadas con pulcritud; Dios permita que sí se esté hablando de la recuperación del país y que este sueño y deseo de todos los venezolanos sea un punto de honor.
Con el mismo sueño y amor los que hablamos en positivo y deseamos de corazón, sin malicias ni mala intención que sea lo mejor y nos de bienestar a todos; también soñamos y deseamos la recuperación total de los centrales azucareros, soñemos con esos motores encendidos, los trabajadores como una máquina, con un salario digno y seguro, con su estómago y el de su familia complacido, los estrenos en navidad junto a las hallacas, a las medicinas y otros beneficios que le dan paz y tranquilidad al trabajador y su entorno; estas no son dádivas son derechos adquiridos, ganados con sacrificio y desgastado su vida.
La fe ciega es peor que la falta de fe, afortunadamente no es el caso de nuestro país, aquí aún hay mucho talento que apuestan a los positivo a lo grande y a la pronta recuperación a una nación próspera, plena en empleos, crecimiento económico, corrección a todas estas anomalías tan fuera de orden y más en un país considerado el más rico y lindo del planeta, donde todo está virgen y por desarrollar donde hay suficientes recursos de donde todos podemos vivir y convivir bien.
Se escucha que en conversaciones de pobre siempre termina en tristeza, pero el caso nuestro o de nuestra nación es la idiosincrasia del venezolano que es capaz de hacer chiste y reírse de su mala situación, por tal, contamos con todos en la pronta solución, aun sigamos soñando, pensando en positivo y con la fuerza de todos que cese la desintegración familiar, la estampida o la diáspora que solo han dejado hogares vacíos y lágrimas, demostrarle a nuestros hermanos que el país se arregló y que aquí cabemos todos y un mensaje a nuestros gobernantes para que de una vez por todas esas empresas sean recuperadas y habrá como consecuencia ocupación para todos.
Ahora más que nunca el campo es la solución, unidos todos por la paz, la convivencia, el respeto y la prosperidad de nuestro país.
José Gerardo Mendoza Duran