El doctor César Pérez Vivas, exgobernador del Táchira y abanderado de Concertación Ciudadana para las primarias en el país, afirma que el régimen de Nicolás Maduro desconoce totalmente las decisiones de protección a los ciudadanos venezolanos, emanadas del sistema americano de derechos humanos.
Es por ello que Maduro se incomodó cuando el presidente de Colombia, Gustavo Petro, en su visita a Caracas planteó el reingreso de Venezuela al sistema interamericano de derechos humanos y exigió, además, transparencia en el sistema electoral, como era de esperarse.
El sistema interamericano de derechos humanos surgió con la adopción de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, precisamente en Bogotá, en abril de 1948.
Conviene recordar que esa Declaración fue el primer instrumento internacional de derechos humanos.
Once años después la Organización de Estados Americanos (OEA) creó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Su misión es promover y proteger estos derechos en el continente.
En 1969 la OEA adoptó la Convención Americana de Derechos Humanos, que entró en vigencia en 1978 y, además de crear nuevos derechos, instituyó la Corte Interamericana de Derechos Humanos, estableciendo definiciones, funciones y procedimientos.
De esas instituciones han emanado mandatos directos en forma de informes y sentencias al Estado venezolano.
Este régimen, en su criterio antidemocrático, autocrático e insensible, los ha calificado de “injerencismo”, que no es más que un anacronismo en el mundo de hoy.
El tal injerencismo no es aceptado en la política, ni mucho menos en el Derecho internacional.
En su posición arbitraria, desconsiderada y dictatorial, Maduro ha rechazado la iniciativa de reingreso al sistema interamericano de los derechos humanos planteado por Petro.
La insensibilidad de Maduro y su camarilla hacia los derechos humanos ha llegado a un nivel increíble en estos tiempos. Y, en consecuencia, nada le ha importado que en la actualidad se encuentren en Colombia más de dos millones de venezolanos, que salieron de nuestro país porque aquí no podían vivir en estado de miseria. Y es que el régimen ha querido invisibilizar el drama de la estampida humanitaria que su política represiva y socioeconómica ha ocasionado lamentablemente.
