¿Qué hace el Estado en su conjunto, incluyendo alcaldías, con las importantísimas entradas impositivas que recibe? No hay obras públicas de consecuencia; ni hay inversiones en producción de bienes por parte de empresas de la nación.
Esta pregunta y esta inquietud la tiene no solo el empresario venezolano, Juan Pablo Olalquiaga, expresidente de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria) y exvicepresidente de la Asociación de Industriales de Latinoamérica (AILA), sino que ronda en la mente de casi todos los venezolanos, sobre todos aquellos que son contribuyentes del Fisco Nacional.
Advierte que en el país tampoco hay un sistema de salud que resguarde a la población; el sistema de educación público está totalmente desmantelado; y no hay programas de redistribución de ingresos que alivien la enorme desigualdad
Ha señalado que no solo es que otros países con niveles de recaudación tan altos como el nuestro, tienen condiciones de vida muy superiores a las que tenemos los venezolanos, en términos de los servicios públicos que estos impuestos financian.
Destaca que países como Francia y Austria, con niveles de recaudación como porcentaje del PIB superiores al de Venezuela, alcanzan a reducir la desigualdad de ingresos entre sus ciudadanos en hasta un 35%, de acuerdo con Our World in Data.
Venezuela, con su carga tributaria tan elevada, es a la vez un país de muy alta desigualdad de ingresos entre sus ciudadanos. Según la encuesta ENCOVI y el BM, Venezuela puede haber sido en 2021 el país con mayor desigualdad en el continente, señala Olalquiaga.