Tanto la primera como la segunda vuelta para las elecciones presidenciales de Brasil, pero sobre todo ésta, han evidenciado una gran polarización, cuya cabeza es el propio Luiz Inacio Lula da Silva.
Ese es el primer aspecto del análisis acerca del momento político que está viviendo ese país, que hace el doctor Nelson Valera, quien tiene una amplia experiencia como diplomático venezolano.
El segundo punto que se debe tomar en cuenta es que en el plano parlamentario, la mayoría de los congresistas pertenecen al partido del candidato perdedor a la reelección, Jair Bolsonaro. Si éste mantiene el pulso de su organización política habrá una confrontación.
Lula se manejó muy bien al escoger como candidato a la vicepresidencia a Geraldo Ackmin, del Partido Socialista Brasileño, y reuniendo favores como el de Fernando Henrique Cardoso, que son gente de centro y centro izquierda. Como Lula no tiene fuerza suficiente en el Congreso, el vicepresidente podría ser el hombre más adecuado para manejar las relaciones parlamentarias del nuevo gobierno, ayudado también por los de Henrique Cardoso y apoyándose en algunos presidentes europeos y liderazgos que profesan una izquierda progresista, como es el caso del Partido Socialista Obrero Español. Igualmente podría obtener respaldo del Partido Demócrata de los Estados Unidos, porque Obama fue muy cercano a Lula da Silva, quien podría tener buen entendimiento en el curso de los dos próximos años con Joe Biden. Todo parece indicar que encontrará una fortaleza internacional y, por supuesto, nacional tal como lo ha venido haciendo Gustavo Petro, en Colombia, que ha estado buscando tender puentes hacia los extremos.
En tercer lugar, analizando la geopolítica regional, Lula se encuentra con un camino de avance para tener aspectos positivos en política multilateral porque las cinco economías más importantes de América Latina están en manos de gente de izquierda, de centro izquierda o del progresismo. Esto lo ayudará mucho en inscribir de nuevo a Brasil en un panorama latinoamericano, cuya fortaleza va a ser él mismo, porque si se analiza el liderazgo de la región, Lula siempre ha tenido una altura que lo ha distinguido.
La relación bilateral con cada uno de los países va a ser buena. Porque la política exterior de los dos gobiernos anteriores de Lula, asesorada por César Moris, ha sido muy pragmática, clara y desarrollada por gente de carrera. Eso mismo aplicado a las relaciones bilaterales se va a aplicar un relanzamiento Brasil-Venezuela, tipo Colombia, con algunas connotaciones distintas. Pienso que como Lula fue amigo de Hugo Chavez habrá una relación distinta, pero cercana con Maduro.
El juicio a Lula no está decidido
Por su parte, la organización Democracia y Libertad en declaración de su coordinador general, profesor Pedro Pablo Alcántara, a los medios expresó, en relación al estrecho triunfo de Luiz Inacio Lula da Silva, que éste ha experimentado la victoria y la corrupción, y sabe que el juicio en su contra está parcialmente desestimado, pero no ha sido resuelto ni definido todavía en la Corte Suprema de Brasil.
Más allá del intento que tenga de reivindicar, lo cual hay que tomarlo como favorable, Brasil está francamente dividido. Este resultado electoral no es concluyente. Puede ser el primer paso para una reconciliación nacional, pero tiene que jugar un papel muy claro Lula fuera de las conductas divisionistas que ya observamos tanto de Fidel Castro como de Chávez, Maduro, Daniel Ortega y Pedro Castillo.
Lula, aparte de las diferencias que se puedan tener con él, es un hombre que tiene una lección de historia tras de sí y un gran desafío para contribuir al desarrollo de su país como cabecera de América Latina.
Lula va a tener que maniobrar muy bien porque su victoria es pírrica, añade. Pierde el estado de Sao Paulo con un gobernador respaldado por Bolsonaro y en el Congreso tiene minoría. ¿Con quién va a gobernar? Tiene que llevar a cabo una política muy inteligente haciendo causa común con países que le puedan dar a Brasil posibilidades de ampliar sus exportaciones.
Democracia y Libertad celebra que los brasileños hayan escogido pacífica y electoralmente, en acatamiento a su Constitución, a un nuevo presidente, independientemente de que ya haya ocupado el poder. Esa es la gran victoria.
En cuanto al Foro de Sao Paulo, al cual pertenece Lula, la organización Democracia y libertad indica que continúa siendo una amenaza porque es un problema ideológico, no es un problema de percepción adecuada de la realidad.
Conviene recordar que la recuperación económica de Brasil fue obra de Fernando Henrique Cardoso y ésta fue continuada por Lula, hecho que ahora le ha rendido beneficios.
Pero todas las realidades terminan en el presupuesto y la del momento nos indica que en América Latina no hay superávit sino déficits. De modo, pues, que hay grandes expectativas sobre lo que podrá hacer Lula.